El seguro de desempleo no sirve. Tiene buenas intenciones. Es una medida frecuente. Pero no funciona porque no considera el problema real del desempleo. La idea de Mises.

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Introducción

De todos los efectos que una crisis económica puede producir, el desempleo es el más notorio, el que toca las fibras más sensibles.

Nada tan conmovedor como ver o saber de personas que no tienen trabajo, o que lo han perdido. Es también natural que se busque la implantación de medidas destinadas a solucionar el desempleo. Medidas urgentes y poco meditadas.

Obviamente hay varias medidas, incluso leyes laborales, que se han propuesto o implantado. Una de esas medidas es el seguro de desempleo. Gracias al seguro de desempleo, por tanto, quien no tiene trabajo y reúne ciertas condiciones recibe un ingreso de cierta cuantía. Los fondos requeridos provienen del gobierno.

¿Es un buen remedio? Mises da una respuesta sólida. No lo es por una serie de razones.


📕 La idea contenida en esta columna fue tomada de su libro Mises, Ludwig von, Socialism , Indianapolis. Liberty Funf, pp. 438-440, «Unemployment Insurance».


Primero, eso de «destruccionismo»

Mises inicia su análisis del seguro de desempleo con la afirmación de que esa medida ha probado, en la práctica, ser una de las armas más efectivas del «destruccionismo».

Para Mises, el destruccionismo es la interferencia estatal en la vida económica. La conocemos con la frase «política económica» y su efecto real es la destrucción de esa actividad. Puede hacerse equivalente a intervencionismo económico.

Aprovechará esta introducción para razonar por qué no sirve el seguro de desempleo.

Otra manera de ver al desempleo

Su primer punto de análisis constituye un cambio enorme en la definición generalmente aceptada de desempleo. De ese giro radical se desprenden conclusiones que dan una visión muy distinta de la común.

Dice que el desempleo ha sido entendido como una desgracia que golpea a los hombres, pero que nadie ha pensado que la falta de empleo pueda ser mejor vista a partir de otra perspectiva, la falta de salarios.

📌 En el fondo lo que se pierde con el desempleo no es el trabajo, sino el ingreso que el trabajo otorga a la persona.

Bajo esta nueva perspectiva, el origen y la causa del desempleo son vistos de manera muy diferente.

📌 El desempleo ya no es la imposibilidad de encontrar trabajo. Mises ha cambiado el punto de partida usual a otro muy diferente. El desempleo es la falta de voluntad para aceptar un puesto con ingreso inferior al esperado o deseado.

Entonces, el seguro de desempleo no sirve

Con ese punto de partida tan diferente al usual, Mises establece lo irreal que puede ser un seguro de desempleo.

Si la persona carece de empleo, es porque se rehusa a aceptar un salario inferior al que desea. Un seguro de desempleo no sirve, no tiene sentido para quien no quiere trabajar.

📌 No puede darse un seguro en una situación que, lejos de ser accidental, es buscada intencionalmente por el desempleado mismo. Si esa persona redujera sus pretensiones y se acomodara a la oferta de empleos, encontraría un trabajo y, por tanto, un ingreso.

Unemployment Office
Oficina de desempleo. Unemployment Office» by Bytemarks is licensed under CC BY 2.0. 

Nivel de salarios, la clave

El trabajo, afirma Mises, es un recurso escaso, por lo que existe demanda no satisfecha de él. El desempleo, por tanto, es una problemática originada por el nivel de salarios y no por el nivel de demanda de trabajo.

Gracias al cambio del punto de partida, es posible examinar las cosas de manera distinta.

Más asistencial que seguro de desempleo

En el razonamiento del austríaco sigue la aseveración de que en realidad la denominación «seguro de desempleo» es un nombre equivocado.

Tan equivocado que ha llegado a cambiar de nombre y ser llamado «asistencia».

Esa asistencia o ayuda es provocada por quienes mantienen artificialmente altos los sueldos. Tan altos que solamente una parte de quienes desean trabajar encuentran empleo.

El resultado es el obvio: no todos encuentran trabajo, y quienes lo encuentran, lo hacen a expensas de quienes no lo encuentran.

Por consiguiente, la asistencia al desempleado es precisamente lo que hace al desempleo una situación permanente.

File:Ludwig von Mises.jpg«File:Ludwig von Mises.jpg» by Ludwig von Mises Institute is licensed under CC BY-SA 3.0

¿Falla del liberalismo?

Por otro lado, el desempleo es considerado por muchos como una prueba absoluta de las fallas del liberalismo económico.

Si el liberalismo produce ese terrible fenómeno, se cree, entonces hay que introducir medidas intervencionistas para remediarlo, como el seguro de desempleo.

En opinión de Mises este argumento en contra del liberalismo no tiene fundamento y es fácilmente rebatible. Los culpables de esas políticas de precio del trabajo son los gobiernos y los sindicatos.

El desempleo no es causado por la falta de demanda de trabajo, sino por las políticas de quienes imponen al trabajo precios que no están en sincronía con la productividad real del trabajo.

Por lo tanto, los países capitalistas que sufren de desempleo no constituyen una prueba del fracaso del sistema liberal.

Empleo en la URSS

Tampoco, dice Mises, el alto nivel de empleo de la Unión Soviética es prueba de la eficiencia del sistema socialista (Mises escribió esta obra cuando existía la URSS).

El estándar de vida del trabajador soviético, dice, es inferior al de sus colegas occidentales. Si los trabajadores occidentales aceptaran trabajar con remuneraciones inferiores, el desempleo de sus países disminuiría.

Adicionalmente, el desempleo es una situación que presenta grandes amenazas, quizá la mayor, para quienes apoyan ideas de libertad empresarial.

Aquellos que han terminado su preparación técnica o profesional y buscan empleo sin encontrarlo, son candidatos a entender ese doloroso fenómeno como un producto del capitalismo.

Esos jóvenes estarán inclinados a generar y aceptar ideas radicales y revolucionarias. Ellos favorecerán las medidas intervencionistas sin reconocer la verdadera causa del desempleo.

El seguro de desempleo no sirve

El razonamiento de Mises finaliza afirmando que las políticas económicas de intervención estatal y las peticiones sindicales cometen un error.

No son capaces de entender que elevar los salarios por encima del reflejo en el mercado de la productividad marginal del trabajo conduce al desempleo. Esos remedios al desempleo conducen en el largo plazo a más desempleo.

Más aún, los remedios, ayudas y obras públicas que se realizan para ayudar a solucionar el desempleo llevan al consumo del capital. Sin capital, se necesitará una disminución aún mayor de los salarios.

No sirve y además es difícil de cancelar

La verdadera dificultad, según Mises, de implantar los remedios adecuados, es el gran obstáculo de dar reversa a las medidas intervencionistas.

Cancelar el seguro de desempleo, una vez establecido, es algo casi imposible de hacer de manera satisfactoria.

De hecho, el gran problema de los gobiernos es encontrar maneras por las que pueda salir del laberinto de las medidas intervencionistas.

Concluyendo

Desde luego, la originalidad en el razonamiento de Mises es un regreso a lo básico. Al principio de la oferta y la demanda, aplicado al trabajo.

La conclusión es lógica. El desempleo es producto de la elevación de los salarios por encima de los niveles que se establecen en un mercado libre. Cuando esos salarios estén en el nivel adecuado, el desempleo irá a un mínimo.

La base del razonamiento de Mises es una idea sorprendente, pues cambia el punto de vista del análisis. No existe propiamente desempleo, lo que sí puede existir es falta de salarios. Y eso es distinto, muy distinto.

Es lo que hace que el seguro de desempleo no sirva. No se enfoca al problema real.

📌 Por lo pronto, el desempleo ya no puede ser visto como falta de puestos de trabajo. Al contrario, el desempleo es la falta de voluntad para aceptar ingresos menores a los esperados.

Y, aunque hubiera voluntad, las reglamentaciones laborales pueden impedir que personas dispuestas a tener ingresos menores lo puedan hacer legalmente.

Análisis como este de Mises tienen un grave problema, el de una objetividad merecedora de consideración racional que se acompaña siempre de una emotividad que lo descalifica inmediatamente sin siquiera darle una breve oportunidad de existencia válida.

Y, sin embargo, los análisis desapasionados y de apariencia tan calculadora, no pueden desecharse sin consecuencias sustanciales, incluso a pesar de que den la apariencia de insensibles y fríos.

La misma pasión y emoción que produce un genuino drama humano como el desempleo, que no debe descartarse, pero debe producir no el rechazo de esos análisis sino el anhelo de conocer más eso que tanto mal produce y así generar soluciones mejores y duraderas.

En fin, es posible llegar a la conclusión racional de que el seguro de desempleo no sirve para remediar el problema. Es solo una medida asistencialista difícil de desmantelar posteriormente.


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[La columna fue revisada en 2023-07]