Un examen de posiciones a favor y en contra que busca terrenos sólidos para llegar a acuerdos. La discusión sobre el aborto. Más una solución razonable.

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Aborto: origen de la discusión

Buena parte de los argumentos en pro y contra del aborto tiene un eje central. El acuerdo o desacuerdo sobre el momento en el que eso que existe dentro del vientre materno es una persona con vida y derechos.

🔴 Quienes promueven el aborto sostienen que dentro del vientre no existe una persona. Y que, por lo tanto, no tiene derechos y puede ser expulsado sin que se considere que hacerlo es el equivalente de matar a una persona.

Hay variaciones sobre la duración del período en el que aún no se es persona. Durante las primeras semanas, dicen algunos, aunque otros dicen que hasta el momento de nacer.

🔴 La posición opuesta es la de sostener que dentro del vientre, desde el primer segundo, existe un ser vivo, una persona con derechos. Y que esto es lo que hace del aborto el equivalente de un asesinato doloso.

Por tanto

Si pudiera determinarse en qué momento existe ya un ser humano dentro del vientre materno, eso ayudaría a dar la razón a unos o a otros.

La clave está en conocer razonablemente ese momento en el que se es persona viva, un ser humano igual en lo esencial a otros que no están dentro del vientre y al que no debe materse.

Ayuda de la ciencia

La ciencia puede ayudar esta discusión sobre el aborto. Son conocidas las etapas que sigue el desarrollo dentro del vientre:

• Un óvulo es penetrado por un espermatozoide y se tiene ya la fertilización. Algo que tiene una célula solamente y que se llama cigoto, dentro del que está la información biológica de ambos padres.

• De esa fertlización, que sucede en las trompas de Falopio, la célula se mueve a las paredes uterinas del vientre. En pocas horas las células se han multiplicado en gran cantidad y forman lo que se llama embrión.

• Hacia los 30 días, comienza a ser notorio el desarrollo de ojos, oídos y el sistema respiratorio. Poco después puede notarse el latido del corazón y movimientos en sus manos.

• Sigue el desarrollo del embrión durante semanas, hasta que en la octava cambia de nombre médico y se le llama feto.

• Sigue el desarrollo, notándose capacidad de oír, de dormir, mover su cuerpo y otros.

• Hacia las etapas posteriores, sube de peso, completa desarrollo, hasta que llega el momento de nacer, con capacidad de respirar fuera del vientre.

Permiso legal para abortar, no moral

Una discusión sobre el aborto

Sabiendo lo anterior es posible tener una discusión razonable sobre el momento en el que comienza la vida humana.

Si se dice, por ejemplo, que es cuando comienza el latido del corazón, o cuando se adhiere al útero, o cualquier otro momento, eso podría dar una respuesta.

Pero cualquiera que sea ese tipo de respuesta, haría surgir otra pregunta sobre qué existe ya dentro del conjunto de células que hace que en un momento pueda escuchar, o mover las manos o cualquier otra cosa.

Yendo hacia los momentos iniciales

Siguiendo ese ciclo de responder yendo hacia atrás en su desarrollo, se tendrá que conceder que el momento en el que todo comienza es el de la fertilización o concepción.

No creo que exista manera de desechar esa conclusión del inicio de la vida de una persona y tendrá que aceptarse que un aborto, por tanto, es quitar la vida a un ser humano.

Por supuesto, los partidarios del aborto no reconocerán esto con facilidad, al menos no la mayoría. Seguirán usado otras razones, pero al menos se habrá tenido una victoria importante para quienes reprueban el aborto.

Sus partidarios tendrán que acudir a otras defensas y ellas son notablemente débiles.

Por ejemplo, el que por ley se declare que el ser humano comienza su vida en el momento de nacer, que es lo que dijo Ayn Rand, es un argumento notablemente arbitrario y sin fundamento.

O bien, quienes dicen que no importa que sea un ser humano y que debe tratarse al cigoto, al embrión y al feto, como un invasor a una propiedad privada, que es el cuerpo de la madre. También ellos tendrían una argumentación notablemente más débil.

Mi temor es que a pesar de que la posición más sólida y razonable sea la de aceptar que la vida comienza en el momento de la fertilización, ello no sea aceptado por los partidarios del aborto. O si bien no tienen más remedio que reconocerlo, mantengan su posición con otros argumentos.

Solución: el momento del ADN

Quizá pueda verse esto como el momento en el que un nuevo ADN se ha formado. Uno único y distinto que especifica un tiempo exacto y razonable para determinar que ya se trata de una persona humana, igual que cualquier otra.

Esto haría más fácil una discusión sobre el aborto y con una solución razonable.

En resumen, mi punto es que debe aceptarse que en el momento en el que existe un ADN distinto al de otro ser humano. Eso puede ayudar a establecer el punto en el que ya existe un ser humano con vida propia. Una solución razonable a la discusión sobre el aborto.

Una notable vista al desarrollo fetal por medio de ultrasonido

Dos métodos o creencias

Los embrollos de desacuerdos en creencias vitales tienen buena parte de su origen en dos diferentes creencias acerca de lo que es posible saber.

La discusión áspera acerca del aborto pueden explicarse en su origen partiendo de dos distintas formas de ver el mundo.

En lo que sigue intento explorar algunas diferencias de opinión sobre el aborto partiendo de dos maneras de pensar —el empiricismo y el racionalismo.

Defino brevemente las dos tratando de colocar las bases de una solución razonable a la discusión sobre el aborto.

1. Empiricismo

El empiricismo sostiene que todo el conocimiento tiene su punto de partida en la experiencia de los sentidos.

Los sentidos son los que capturan los datos de la realidad y que a partir de esa información se desarrollan opiniones, valores, creencias.

De acuerdo con el empiricismo, por tanto, una persona sin sentidos tiene una incapacidad total de percibir la realidad. Y, por eso, también, carecería de todo conocimiento.

2. Racionalismo

El racionalismo tiene otro punto de partida para el conocimiento, no los sentidos, sino la razón misma.

La razón contiene principios, categorías, que organizan las percepciones y permiten lograr conocimiento.

De acuerdo con el racionalismo, por tanto, lo percibido por los sentidos sería solo un desordenado caos de información sin sentido. Y, por eso, no se tendría conocimiento si no se tuviera razón previa.

La diferencia

La gran diferencia, me parece, está en el punto de partida que ambas posiciones tienen.

Para el empiricismo, el punto de partida es la percepción sensorial, la evidencia empírica. Pero para el racionalismo, el punto de partida es la razón, donde ya existen principios que organizan lo percibido y pueden ir más allá.

Un racionalista sostiene que existen creencias que no necesitan ser demostradas empíricamente. Ella son ciertas sin que requieran evidencia tangible.

Son creencias que pueden verse como obvias, pero que justifican la posición del racionalista, como creer que «en entero es igual a la suma de sus partes», o que una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo.

En el caso del aborto la diferencia se muestra con claridad y provee un camino a una solución razonable a la discusión sobre el aborto.

• El empiricismo exigiría pruebas tangibles, sensoriales, de que el niño dentro del vientre de su madre es una persona. Mientras no se demuestre eso, el empiricista podría aceptar el aborto al no existir evidencia sensible sobre el niño y aceptarlo como persona.

En contra de un cristiano, por ejemplo, el empiricista pediría pruebas que demostraran que el niño tiene alma. Cosa que es imposible de justificar por la vía de pruebas empíricas. Aunque podría mostrarse un DNA diferente al de la madre.

• Un racionalista no exigiría pruebas tangibles, todo lo que solicitaría es usar la razón utilizando principios evidentes por sí mismos.

Aceptaría, por ejemplo, que existe vida en el bebé, que seguramente es una vida humana —lo que quizá le incline a rechazar el aborto.

Preferir al racionalismo

Entre las dos posiciones, me parece, es superior la del racionalismo. Las dos se necesitan mutuamente —reconocen el papel de los sentidos y el de la razón. Su diferencia central está en el punto de partida.

Partiendo de los sentidos, el empiricismo se ve limitado al conocimiento que venga por esa vía —una limitante de consideración. En cambio, el racionalismo partiendo de la razón también usa a los sentidos y su base es más amplia y diversa.

En el tema del aborto, por ejemplo, el empiricismo exigiría una serie de pruebas capaces de ser captadas por los sentidos. Solo esas serían las evidencias aceptables. Rechazaría quizá la creencia de que el niño fuera un ser humano, dependiendo de la definición sensorial que haga de ser humano.

Con el racionalismo ya no existen solo las pruebas sensoriales. También aceptaría razonamientos puros, evidentes en sí mismos o derivados de ellos. Aceptaría con mayor facilidad que el niño en el vientre es un ser humano y tendería a oponerse al aborto.

Entonces…

Con lo anterior intenté demostrar un origen de la discusión acerca del aborto. En parte derivadas de diferentes mentalidades de fondo, de las que no se suele ser muy consciente. De esto, un racionalista podrá proponer una solución como la que sigue.

Si existe controversia y desacuerdo sobre si un cigoto o un feto son seres humanos y pueden ser abortados sin consecuencias morales, convendría adoptar una posición razonable de precaución, el no permitir abortos hasta que existan pruebas contundentes al respecto.

Una de esas pruebas sería la del ADN. Si el ser dentro del viente tiene un DNA humano desde su concepción, ser lógico tratarlo así y, por tanto, sería inmoral matarlo. Una ley que lo permitiera sería una ley injusta.


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