La pregunta lleva sin remedio a la cuestión central. Esa que plantea si la tolerancia debe ser aplicada a la intolerancia. ¿Tiene límites la tolerancia, o debe ser ella absoluta?

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Introducción

La tolerancia, como una virtud deseable, debe examinarse en cuanto a sus limites. ¿Los tiene o debe ser ella ilimitada tomada como una virtud total sin fronteras?

📍 Los límites de la tolerancia lleva a temas como el derecho a tener opiniones y el dilema de respetar opiniones o personas. También trata tópicos conexos como guerras culturales y la falacia de la tolerancia redefinida.

Una respuesta razonada

La pregunta obvia que plantea el asunto es clara. ¿Debe serse tolerante con el intolerante? Ha sido contestada de esta forma:

«El liberalismo, sin embargo, debe ser intolerante de todo tipo de intolerancia. Si uno considera la cooperación pacífica de todos los hombres como la meta de la evolución social, uno no puede permitir que la paz sea alterada por ministros y fanáticos». Ludwig von Mises, Liberalism: The Classical Tradition, p.55. Mi traducción.

A muchos sorprenderá que si son partidarios de la tolerancia son también partidarios de uno de los valores centrales del liberalismo económico. El que por razones de convivencia y paz se muestra tolerante de creencias religiosas y metafísicas.

En un ambiente liberal, donde la tolerancia trabaja, el respecto mutuo permite paz y progreso, mediante la propiedad privada en manos de quien tiene la motivación de mejorar su vida.

En ese ambiente liberal, por ejemplo, serían igualmente reprobables dos sistemas de educación. El del monopolio educativo en manos del gobierno, o en manos de una iglesia. Igual que sería reprobable que toda publicación fuera previamente autorizada por la autoridad política, o por una religión.

El que cualquier iglesia obligara por la fuerza a las personas a convertirse a su fe, sería igual de reprobable que el gobierno que obligara a votar por él en las elecciones.

Tolerancia liberal

Lo que el liberalismo ha concluido es que la tolerancia es una consecuencia de la libertad. Lo que ha logrado una aceptación tan amplia que ha ocasionado una mala interpretación. La de la tolerancia absoluta y sin límites, esa que tendría que aceptar incluso a la intolerancia.

Esa contradicción de la intolerancia absoluta tiene una solución en el liberalismo y sustentada en la libertad. La tolerancia tiene un límite claro y él es la libertad ajena.

Un ejemplo de cómo opera la tolerancia liberal en oposición a la tolerancia absoluta, es el de la educación. Concretamente en el caso de la imposición de la educación sexual y la ideología de género.

Quien pretenda imponerlas alegando tolerancia y calificando a sus oponentes de intolerantes, comete el error de olvidarse de la libertad de educar a los hijos, si así lo quieren sus padres, sin esas creencias.

Si el liberalismo, gracias a su tolerancia, admite la existencia de la educación laica y la religiosa, será una contradicción no aceptar también escuelas en las que no se tenga instrucción de ideología de género.

¿Tiene límites la tolerancia?

La tolerancia es una consecuencia de la defensa de la libertad que el liberalismo realiza. Evitando el problema de la tolerancia ilimitada cuando ella viola a la libertad.

La tolerancia es una faceta de la defensa de la libertad y por principio no puede violarla. Entonces, la tolerancia sí tiene límites. La tolerancia como valor debe ser una idea restringida y con límites.

¿Tiene límites la tolerancia? Sí, sí los tiene y tienen que ver con la libertad como gran principio y norma.

Otra manera de ver los límites de la tolerancia

Lo que debe expresarse es que hay un límite de tolerancia y que si se rebasa se cae en una situación contraria, de intolerancia. Se explica así.

1. Cuestiones sin trascendencia

Primero lo obvio. Hay cuestiones de gusto en las que la diversidad de opiniones no tiene ningún impacto negativo. Son asuntos como los de preferencias musicales, de arte, de comida y cosas por el estilo, que son de gusto y carecen de importancia en el tema. A alguien le gusta el queso roquefort y a otro le produce asco, nada importante sucede con esta separación de opiniones.

2. Cuestiones con trascendencia

Pero hay cuestiones de más fondo. Asuntos como el de la religión profesada, o el de la preferencia de partidos políticos.

En estos temas, la tolerancia opera con un mecanismo de respeto mutuo: tú me dejas ir al servicio religioso que prefiero y tener las creencias políticas que quiero, a cambio de yo debo dejarte hacer lo mismo.

Tú puedes alabar a tu partido preferido y yo al mío. Nadie impone sus creencias al otro por la fuerza. Se necesita, en estas cuestiones, un sistema social de libertad y de responsabilidad personales.

Hay libertades de expresión y de religión, que necesariamente implican la existencia de cosas con las que se está en desacuerdo, pero que se toleran en aras de gozar uno mismo de esa libertad. Alguien rechaza la existencia de table dances pero la tolera, quizá como mal menor.

3. Cuestiones que no admiten la tolerancia

El tercer tipo de cuestiones son intolerables y prueba de ello es la existencia de leyes que castigan a las personas que cometen acciones de este tipo.

Es intolerable robar, matar, lastimar a otros y en general lastimar a otras personas en su cuerpos y propiedades. Sería risible tolerar al ladrón porque él sinceramente piensa que robar es justificable de acuerdo a sus creencias propias.

Con estas razones es sencillo probar que la tolerancia tiene límites y que no es un principio que se deba aplicar sin límites. Existen conductas que son intolerables y de eso no hay duda alguna.

No hay problema al tolerar que alguien coma cabezas de cabrito mientras oye música grupera dentro de un table dance. Pero no será tolerable que esa misma persona en idéntica situación mate a otra persona para comerla, o robe la cartera al de junto para pagar la cuenta.

No hay mucha discusión en las conclusiones anteriores, pero el tema no se agota allí.

4. Tolerancia en cuestiones extremas

Existen casos extremos, que se viven en partes del mundo, y que llegan a plantear situaciones que merecen reflexiones más profundas acerca de la tolerancia y sus límites.

¿Qué pasa cuando alguna religión contiene una creencia que ataca a ese sistema de libertades y tolerancia?

Por ejemplo, que predique la remoción del gobierno, mismo que la protege, por la vía de la violencia. O el caso de los que protestan en la calle, por la causa que sea, deteniendo el tráfico y afectando al resto de los ciudadanos su libertad de tránsito.

¿Es tolerable eso? Sin duda no hay razón para impedir la libertad de expresión y protesta, pero ¿puede permitirse que ella dañe las libertades de los demás?

Para terminar: dos ideas

Primero, la tolerancia es un valor propio de los sistemas liberales, en los que la libertad personal produce conductas variadas y diversas, que sin duda no son del gusto de todos. Eso es parte del juego liberal.

Segundo, la idea de que la tolerancia no es ilimitada, que hay conductas que no pueden ser toleradas. Los casos extremos donde aplica definitivamente la intolerancia son claros. Por ejemplo, el caso de una persona que mata a otra.

Sin embargo, esta época de libertades está mostrando casos nuevos, para los que los sistemas liberales no están muy preparados y que no tienen una respuesta real sencilla y clara.

Pero en los que puede lastimar profundamente al llevar a la tolerancia a ser un concepto ilimitado que se autodestruye.


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