La exploración de su definición. Tomando como base a la naturaleza humana con cuatro dimensiones esenciales: intelectual, estética, moral y espiritual. Más otras precisiones útiles. ¿Qué es felicidad personal?

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Introducción: felicidad y sus dimensiones

Es posible tener una idea acerca de este tan complicado tema, examinando las distintas dimensiones que ella comprende.

1. Dimensión intelectual o mental

Ella logra satisfacerse con la verdad, en lo que se emplea la facultad de la razón.

Es el desarrollo y creación de ideas y su apego a la realidad. La felicidad personal será alcanzada en la proporción en la que se busque y encuentre la verdad.

Mucho de la educación por la que pasa el ser humano tiene este propósito, conocer la verdad o acercarse a ella. Es tener y generar información confiable sobre la realidad, una tarea encomendada a estudiosos y científicos, pero de beneficio a todos.

También, otra parte es el producto del aprendizaje personal y académico, las lecciones que dan las experiencias propias y de otros.

En sentido opuesto a esta dimensión van las opiniones que defienden el relativismo. Es decir, las que afirman que la verdad no existe y, por eso dejan insatisfecha la dimensión intelectual.

2. Dimensión estética o armónica

Ella logra satisfacerse con la belleza —en lo que se emplea la facultad del gusto armónico.

Es la creación de belleza y la recreación en ella. La felicidad personal será alcanzada en la proporción en la que se busque y encuentren cosas bellas.

Es un rasgo también único del ser humano la apreciación de la belleza. Es manifestada centralmente en lo que se llama arte: música, pintura, literatura y demás. Representa un gozo, pero también diversión y entretenimiento.

En sentido opuesto a esta dimensión van los movimientos artísticos que defienden la fealdad y sostienen la hermosura no existe.

3. Dimensión moral o ética

Ella logra satisfacerse en el bien, lo correcto y bueno —en lo que se emplea la facultad del juicio.

La felicidad personal será alcanzada en la proporción en la que se busque y logre actuar de acuerdo con ese juicio.

Es otro rasgo único del ser humano el entendimiento de la separación entre lo que es y lo que debe ser. Se manifiesta en una serie de obligaciones que deben dominar la conducta personal, encontrando satisfacción cuando se actúa dentro de esos mandatos.

En sentido opuesto a esta dimensión están los movimientos intelectuales que defienden el relativismo moral y el relativismo cultural. Los que no existe la noción del deber ser, únicamente la de ser. Al sostener que no existe el deber ser, dejan insatisfecha la dimensión moral y ética.

4. Dimensión espiritual o inmaterial

Ella logra satisfacerse con la unidad —en lo que se emplea la facultad del amor.

La felicidad personal será alcanzada en la proporción en la que se se busque y logre una comprensión del sentido de la vida propia, de la existencia misma.

También es otro rasgo único del ser humano la aceptación de una dimensión etérea, Una que es llamada religiosa, espiritual, inmaterial y que se sostiene en la capacidad de amar. Se manifiesta en el amor entre humanos, el respeto a la naturaleza, y muy notablemente en la creencia en seres espirituales.

En sentido opuesto a esta dimensión están los movimientos intelectuales que sostienen el materialismo —afirmando que sólo existe la materia y atacando la vida espiritual. Al sostener que nada existe que no sea material, dejan insatisfecha la dimensión espiritual.

Felicidad personal, otras precisiones

La felicidad personal integral con esas cuatro dimensiones es una aspiración humana válida y legítima —sobre la que hago las precisiones siguientes.

A. Inalcanzable y dinámica

La felicidad no es un estado que pueda lograrse en su total intensidad. Por ejemplo, decir que se es 100% feliz. Las personas podrán acercarse a ese estado total, pero nunca alcanzarlo totalmente.

La felicidad es un estado dinámico, que cambia en el tiempo —lo que da estados de felicidad diferentes en distintos momentos.

B. Personal y en libertad

Es un estado definido por la persona y nadie más que ella puede conocerla lo suficiente como para decidir la felicidad de otros. Si bien esas dimensiones son aplicables a todos, los detalles de su alcance son decisión propia y personal.

Ella es sólo posible bajo condiciones de libertad del ser humano. Bajo circunstancias que le permitan decidir por él mismo el cómo, cuándo y qué hacer para alcanzar su felicidad.

Para un ser sin libertad, la felicidad personal no tiene sentido.

C. Racional y universal

La felicidad personal supone que la persona tiene la facultad de razonar y actuar de acuerdo con sus decisiones de elección entre opciones posibles. Para un ser que no es racional, la felicidad personal no tiene sentido.

Esas cuatro dimensiones de la felicidad personal son universales, aplicables a toda persona en todo lugar. Sin embargo, los detalles específicos para definirla y alcanzarla son decisión libre de cada persona.

Para un compositor de música, la dimensión central será la belleza expresada en música. Pero sin abandonar la importancia de las otras tres, buscando la verdad, comportándose de manera ética y con el sentido de lo sobrenatural.

Opositores y enemigos

Los movimientos intelectuales contrarios a una o mas de esas cuatro dimensiones producirán inquietud, desasosiego y disturbio interno. Crearán sentimientos de insatisfacción a pesar de ser posiciones intelectuales que la misma persona sostenga.

Igualmente opuestos a la felicidad humana son los regímenes políticos en los que se coarta la libertad de la persona para decidir por sí misma los detalles de su felicidad.

Especialmente los gobiernos que imponen sobre la persona la felicidad que los gobernantes han decidido que sea estándar.

Nota

Las cuatro dimensiones de la felicidad han sido tomadas de Morris, T. Philosophy for Dummies (1 ed.). IDG Books, a las que he añadido mis propios comentarios y precisiones.

El lector puede hacer un experimento mental, el de imaginar mundos en los que una de esas dimensiones fuera negada a la persona.

Por ejemplo, un mundo en el que se negara la posibilidad de conocer la verdad, donde por definición no habría ciencia, ni investigación, ni escuelas.

O uno en el que se negara la dimensión estética, o la ética, o la sobrenatural. El lector puede pensar en cómo serían esos mundos.

Una meditación personal

¿Qué es realmente? No es sencillo responder.

Puede ser que «felicidad sea leer un buen libro», o «discutir buenos temas con amigos». Sí, de acuerdo, son momentos de felicidad, y en su fondo deben mostrar algo en común.

«Felicidad es poder comer cuando tenemos hambre», puede pensarse con buena base. O, bien, «tener abundante agua en el desierto».

Son estas ocasiones de felicidad y contento que muestran muy claramente la satisfacción de algo deseado. Si nos quedamos con esta idea, podemos encontrar otras ocasiones de felicidad personal.

Por ejemplo, tener salud, no faltarnos dinero, ver a los hijos graduados, visitar a los amigos, conocer algo, viajar.

Lista de deseos

El problema ahora ya no es hacer una lista de deseos, necesidades, o como quiera usted llamarles. Podemos hacer una tipología de esas ocasiones de felicidad, aunque sea momentánea.

Mejor que eso, no tenemos que hacerla. En un libro hay una clasificación muy razonable de esas necesidades y deseos. Los coloca en uno de cuatro tipos de satisfacciones. Comencemos por lo más obvio y terminemos con lo menos

Las cosas físicas

Primero, las cosas físicas que satisfacen necesidades, como el agua, la comida y el resto. También está el dinero en el banco, el sitio en el que se vive, la ropa, el auto.

En fin, creo que es claro esto. Y tiene sus niveles como por ejemplo en el caso del agua: puede ser tomada del grifo, o vertiendo Evian en un caso de cristal.

Las cosas corporales

Segundo, las cosas corporales de la felicidad personal, donde el ejemplo clásico es la salud. Lo que hace incluir aquí a las medicinas, a los hospitales y doctores. Incluso al dentista.

Hay algo más de la felicidad en este nivel, como el placer corporal, en cosas como hacer deporte, descansar y demás.

Las cosas sociales

Tercero, las cosas sociales de la felicidad, como la familia, los amigos, el vivir en sociedad, el estar en una sociedad donde vivimos seguros.

Si somos animales que no pueden vivir solos, estas cosas son las que satisfacen nuestros deseos de compañía. Deseos de hablar, comunicarnos, decir chistes, beber en compañía, discutir sobre la felicidad.

Las cosas superiores

Cuarto, cosas de la felicidad personal que son de otro tipo y que incluyen al saber, a la sabiduría, a la virtud, el pensar, a la belleza. Discutir sobre la felicidad, por ejemplo, proponiendo ideas, o leer libros.

Orden ascendente de la felicidad

El orden es importante, conforme se avanza esas cosas van siendo más y más humanas.

Por ejemplo, todos los animales necesitan comer y beber. No hay diferencias contra nosotros, pero aún así, nosotros les hemos añadido algunos extras. Usamos condimentos, tenemos recetas, producimos vinos y cervezas, todo destinado a elevar la satisfacción.

En las cosas corporales, las segundas, igual que los animales tener salud es bueno, pero las adiciones que hemos hecho son importantes. Solo los humanos hemos añadido elementos adicionales, como la aspirina, la anestesia, los estudios de medicina y demás.

Igual en las cosas sociales. Cierto que hay animales solitarios, pero con los sociales tenemos parecido. Sin embargo, también hemos añadido extras, como la escritura, el teléfono, los medios de transporte, los gobiernos y sus leyes. Las redes sociales.

En esos tres tipos de cosas de la felicidad anteriores tenemos alguna similitud con los animales, pero incluso en las más básicas hay acompañamientos netamente humanos que no tienen los animales.

Ninguno de ellos produce champaña para beber, ni aparatos de ejercicio físico, ni códigos de vestimenta para banquetes.

El nivel alto

El cuarto tipo de cosas es lo más humano que podemos encontrar, son esas cosas que «son buenas para el alma».

No hay aquí ninguna similitud posible con los animales. Es la satisfacción de leer un libro, de escuchar música, de estar enterado de las noticias, de viajar y conocer otras partes. De entrar a un museo, de colgar un cuadro, de tener fotografías de los hijos.

No hay animal alguno que llegue a ese nivel de satisfacción al saber, conocer, tener ideas. Es decir, el simple hecho de conversar acerca de la felicidad, tratando de definirla, no es propio más que de humanos. Al igual que estar en desacuerdo con las opiniones del resto (o de acuerdo).

Definición de felicidad

Entonces, estamos ya en la posibilidad de definir a la felicidad de manera más o menos razonable.

Ella puede entenderse como un estado personal en el que nada más se desea.

¿Posible llegar a ese estado de cosas? Mucho me temo que no. Tome usted, por ejemplo, al hombre que tiene cien millones en el banco. La experiencia nos muestra que seguramente querrá aún más.

Peor aún en el caso del saber. Es imposible saberlo todo y llegar a ese estado de ya no hace falta saber más.

Quizá sea que jamás llegaremos a la felicidad plena, al menos en este mundo, pero sí tenemos ocasiones en las que gozamos instantes de lo que ella podría ser.

Finalmente

Ante esa definición de felicidad, la de ya no desear nada más, hay dos caminos posibles de tomar.

Uno es el de la renuncia a absolutamente todo en el sentido de educarse para no desear nada, absolutamente nada. Es como una especie de abandono personal que desprecia todas las cosas.

El otro camino es lo opuesto. Es la lucha por ser feliz, incluso sabiendo que nunca se será. En este camino, creo, el sentimiento de felicidad se incrementará notablemente conforme se suba de nivel.

El libro del que hablo y del que sale la cita entrecomillada es el de Adler, M. J., y Weismann, M. (2000). How to think about the great ideas. Chicago: Open Court.


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[Actualización última: 2023-06]