Los elementos que la definen y la mente que la usa para comprender al mundo. El significado y la mentalidad de la idea de lucha de clases. Un marco de comprensión de la realidad que enfatiza y exalta al conflicto entre sectores predefinidos.

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Significado de lucha de clases

Para adentrarse en la mentalidad que cree en la lucha de clases, primero debe definirse su significado. La siguiente es una buena definición:

«La lucha de clases es un concepto perteneciente al socialismo, siendo base teórica del mismo. Establece que es necesaria su existencia colocando como partes antagonistas a la clase trabajadora u obrera y la burguesa capitalista. […] La existencia de una determinada tensión o conflicto entre distintas clases sociales (proletariado frente a burguesía capitalista) supone una causa suficiente para la reorganización de un estado con el socialismo como eje y la igualación frente al Estado de todo individuo». economipedia.com. Mi énfasis.

En otra parte, ella de explica así:

«El conflicto de clases, también conocido como lucha de clases y guerra de clases, es la tensión política y el antagonismo económico que existe en la sociedad como consecuencia de la competencia socioeconómica entre las clases sociales. Las formas de conflicto de clase incluyen violencia directa, como guerras por recursos y mano de obra barata y asesinatos; violencia indirecta, como muertes por pobreza y hambre, enfermedades y condiciones de trabajo inseguras. Coerción económica, como la amenaza de desempleo o la retirada de capital de inversión; o ideológicamente, a través de la literatura política. Además, las formas políticas de la guerra de clases son: cabildeo legal e ilegal y soborno de legisladores». en.wikipedia.org. Mi traducción y énfasis.

📌 La lucha de clases es un conflicto formal e inevitable entre dos clases sociales, los proletarios y los burgueses. Esta lucha es causa suficiente como para modificar al régimen político actual en uno socialista, en el que el gobierno desaparezca a la burguesía y haga a todos los proletarios iguales bajo su autoridad.

Características de la lucha de clases

La definición del concepto puede ser mejor lograda si se exponen sus características, con lo que se logrará mejor comprender a la mentalidad de la lucha de clases:

1. Es un paradigma

La lucha de clases es mucho más que una idea, o un concepto aislado. Es una manera de pensar, de entender a la realidad. Constituye y provee una explicación general de muchas de los sucesos económicos, políticos y sociales.

Forma una ideología que da un marco total que muestra, interpreta, razona, esclarece y expone una explicación general de la sociedad y lo que en ella acontece.

2. Clases y grupos como base de análisis

Su punto de partida es el entendimiento de una sociedad por grupos, clases, colectividades, sectores. Entidades colectivas que reúnen a personas bajo etiquetas o rubros generales.

Las personas individuales no se toman en cuenta. Ellas son aglomeradas en esas clases o grupos, bajo el supuesto de que todas ellas son iguales o en extremo similares.

3. Antagonismo como base de comprensión

📌 Este es el cimiento de la mentalidad de la lucha de clases —la premisa de la existencia de un conflicto entre las clases definidas en el punto anterior. Una lucha que no tiene otro posible remedio que la victoria del proletariado.

Es un elemento de oposición o pugna entre los grupos creados —una característica de tensión, pugna y antagonismo entre esos grupos y que es de carácter irreconciliable: no tiene solución que no sea la desaparición de la burguesía.

4. Jerarquía de los grupos

La concepción de una dicotomía que califica a un grupo como víctima y a otro como verdugo o villano —uno lastima o daña al otro, por definición.

La pugna o conflicto establece una relación causal entre el bien de uno y el mal del otro —lo que produce una jerarquía entre villanos y víctimas.

Esto requiere el establecimiento de una conciencia colectiva entre los oprimidos que les haga verse como tales —es decir, como uno de los grupos de la lucha de clases unificando así sus creencias.

5. Cimiento de doctrinas políticas

La lucha de clases es una piedra angular de filosofías económicas y políticas, como el comunismo, el marxismo y, en general, el socialismo —a las que sirve de causa de acción, como, por ejemplo, en su atención desmedida a la igualdad y su descuido de la pobreza.

Para estas filosofías, el bienestar de la sociedad será posible mediante la lucha de clases hasta alcanzar una sociedad igualitaria, o en su extremo, sin clases —ya sea mediante una revolución o por medio de la implantación de políticas socialistas.

6. Flexibilidad de uso

Es la posibilidad de aplicar esta dicotomía de grupos en pugna a varias instancia además de la usada por el socialismo y el comunismo/marxismo.

La idea general de un conflicto o lucha entre grupos, puede servir para la justificación de racismo basada en razas inferiores y una raza superior —o la de hombres culpables todos de machismo del que son víctimas las mujeres.

Esquema de funcionamiento

Explico la idea de la lucha de clases en el siguiente modo de operación de la mentalidad que la toma como paradigma de explicación de la realidad —aplicada en términos económicos de explotación .

  • Se toma a una sociedad cualquiera, S
  • S es toda ella dividida en dos clases, Proletariado y Burguesía.
  • Entre P y B se presupone un conflicto irremediable en el que P es la clase explotada y B la clase explotadora.
  • Ese conflicto irremediable tiene poder para explicar a todos los problemas de S.
  • Todos los problemas de S se resuelven cuando ya no existan P y B y se logre una sociedad igualitaria.

Consecuencias de pensar así

Las ideas tienen efectos y la mentalidad que crea la lucha de clases produce consecuencias entre quienes piensan de esa manera.

Olvido de la persona individual

El entendimiento de la sociedad como esencialmente formada por grupos o colectividades, produce un efecto indeseable. La pérdida de la personalidad individual y la riqueza única de cada persona.

La lucha de clases contempla grupos de personas que son iguales, sin individualidad ni diferencias, que piensan igual y tienen intereses idénticos. La realidad niega eso a diario.

Creación de odio

Produce y promueve un elemento de hostilidad entre los grupos o clases concebidas, lo que implica otra pérdida —la de la colaboración o cooperación, o neutralidad entre personas de todo tipo y condición.

Es otra realidad diaria que niega este concepto. Aunque si bien en toda sociedad pueden existir conflictos y rivalidades, tomarlas como explicación total de la realidad es un paso demasiado atrevido.

Este es un cultivo del odio entre personas, a las que hace creer que su beneficio solo puede venir del daño que a otro se cause. Una sociedad en la que esta creencia prevalezca no puede progresar, pues se dedicará a la lucha interna.

Simplismo teórico

El elemento de establecer una dicotomía, fuerza a la noción de la lucha de clases a ser simplista en la construcción de grupos. La obliga a crear dos grupos y nada más que dos, los que están en pugna.

Destrucción de riqueza

El paradigma creado por la lucha de clases fomenta y promueve la adopción de políticas sustentadas en la envidia y la creación de resentimiento ante el éxito —lo que destruye riqueza real y potencial al implantar políticas redistributivas.

Creación de culpas colectivas

La noción de culpa colectiva convierte en delincuentes por decreto a todas las personas que sean parte de uno de los dos grupos formados. Al mismo tiempo que convierte en inocentes a los del grupo opuesto.

Es una generalización sin bases que pierde el significado de la personalidad individual —y crea la emisión de juicios exprés: «Pedro es un burgués y por eso un explotador con ideas equivocadas».

De paradigma a paranoia

La mentalidad de la lucha de clases puede producir, con gran facilidad, paranoia. En ese sentido de tener ideas obsesivas sin sentido y sin fundamento que tiende a ver conspiraciones de sus enemigos.

Un sentimiento de ser perseguido y tener una vida que no es más que el resultado de las maquinaciones de otros. La persona deja de sentirse responsable de sus actos y atribuye todos sus errores a las conspiraciones de terceros.

La paranoia es el efecto de la terquedad con la que se suele insistir en la lucha de clases como un paradigma que enmarca el modo de pensar sin mucha conciencia de serlo.

Acomodo flexible a cualquier caso

La flexibilidad de la noción general de lucha de clases la convierte en una herramienta para la comprensión sencilla de muchos otros fenómenos sociales. Una comprensión simplista poco apegada a la realidad, que lleva a los mismos errores.

Este es un cultivo a una mala ciencia debido al uso de una herramienta analítica pobre, simplista y con poco poder de explicación de la realidad.

Promotor del estatismo

Como efecto no intencional de la mentalidad de la lucha de clases se promueve la intensificación de la intromisión estatal al adjudicarse el poder para encabezar a ese conflicto representado a los oprimidos.

Conclusión

Lo que he hecho es señalar características, definiciones, operación y consecuencias de la noción general de la lucha de clases —y apuntar especialmente que ella crea un modo de pensar, un paradigma mental que tiene un poder de explicar todo.

Si bien la lucha de clases tiene un elemento positivo al enfatizar la posibilidad de hostilidad en los tratos entre humanos, la exageración desmedida de esta posibilidad real la lleva a ser una herramienta pobre para explicar la realidad, que es más compleja y rica.

Este paradigma debe forzar a una realidad compleja y diversa a dos moldes predeterminados y nada más dos. Igualmente, presupone que todas las personas dentro de cada grupo son, si no idénticas, al menos muy iguales.

Parte de la premisa de que solo hay una solución a todo lo que sucede en una comunidad: el arbitraje de la clase política. No puede haber otra, según el paradigma.

El otro problema es el de su consecuencia. Si alguien se ha preguntado por qué es tan arduo conversar con otro que usa este paradigma, eso se debe a que en muchos casos está tan enraizado, que es imposible deshacerse de él. Quitárselo de encima es, en realidad, cambiar las neuronas y eso es indeciblemente laborioso.

Una nota sobre la idea de paradigmas

La palabra paradigma fue colocada en el lenguaje popular tiempo después que la obra de Kuhn, T. S., The Structure of Scientific Revolutions. Univ. of Chicago Press, que data de los años 60 y ha sido abusada. Cualquier cambio suele llamarse paradigmático y eso anula la enorme dimensión de la que el autor hablaba. Un paradigma real es el de Newton y otro es el que le siguió, de Einstein.

En este caso, creo que es válido hablar de un paradigma político, el de la división de la comunidad en grupos homogéneos simples y estacionarios, a los que se asignan papeles predeterminados. Finalmente, resulta digno de mencionar que todas las variaciones de intervencionismo gubernamental están sustentadas en ese paradigma, desde el socialismo más extremo hasta el keynesianismo más ligero, incluyendo al intervencionismo moral.

Rasgos

El nombre con el que se conocen es el de paradigmas y, según el autor que concibió la idea, deben tener dos rasgos.

• Uno, el ser lo suficientemente novedosos como para atraer una cauda de seguidores que los adoptan como una forma de pensar distinta a otras posibles.

• Otro, el ser lo suficientemente flexibles como para dejar posibilidades de aplicación a sus seguidores.

Muy dentro de su mente, el gobernante y el intelectual han arraigado una idea neurálgica, ese paradigma de la lucha de clases, que es usado para dos cosas: comprender los problemas y proponer sus soluciones. Ese paradigma de gobernantes y muchos intelectuales es la idea de que la sociedad puede ser dividida en dos grandes grupos de personas, uno muy pequeño y el otro muy grande.

La idea de clasificar en grupos distintos a las personas que forman una comunidad no es nueva. Platón la tiene en su propuesta de sociedad ideal. Pero en las ideas de Marx, la clasificación bipolar se volvió un paradigma en todo su sentido: sirve para interpretar todo lo que sucede, puede definir problemas y, más aún, sugiere soluciones.

Muy interesante es la raíz de las soluciones y que es la conclusión lógica. Si en una sociedad hay dos grupos y nada más que eso, uno de débiles mayoritarios y otro pequeño de poderosos, el paradigma se sustenta en la formación de un nuevo grupo que sea el protector de los débiles. Ese grupo nuevo es la clase política.

El paradigma de villanos-víctimas-héroes tiene dos cualidades. Es en verdad fácil de entender. Un infante lo comprende sin dificultad. Y, además, es muy flexible para aplicar a casi cualquier caso, no sólo a grupos de ricos contra pobres, también a mujeres contra hombres, jóvenes contra adultos, norte contra sur, religión contra ciencia…

Problemas insolubles

Los paradigmas se mantienen con terquedad, desaparecen con el fallecimiento de sus partidarios y duran generaciones.

Claro que el problema con este paradigma de villanos-víctimas-héroes es que es el enseñado en muchas escuelas y universidades, las que terminan alargando la existencia de un modo de pensar que es simplista e irreal… y que encanta a los políticos.


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