Los ciudadanos se comportan de muy diversas maneras en política. Los tipos de comportamiento electoral. Definiciones y consecuencias.

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Introducción

El significado de comportamiento electoral es sencillo. Ha sido explicado así:

«Es el comportamiento individual o colectivo que observan los votantes a lo largo del proceso electoral y que culmina en el momento de la decisión a favor de un partido o candidato, o de la abstención, que también es una modalidad del comportamiento electoral. Puede variar de elección a elección». diccionario.inep.org

Es lo que hacen quienes están en posibilidad de votar dentro de su régimen democrático. Pueden, por ejemplo, escoger entre la participación política y el abstencionismo. Esta conducta puede ser examinada a la luz de los tipos de ciudadanos.

📍Este es el terreno de ideas como voto ciudadano: proceso y calidad, el derecho a votar, ingenuidad política y participación ciudadana.

Tipos de comportamiento electoral

Es obvio que no todos los ciudadanos son iguales. Es natural que ellos actúen de manera distinta, que reaccionen de formas diferentes frente a la política y a las elecciones de su país. Esto lleva a la posibilidad de una tipología de conducta durante las elecciones.

Para esto, recurro a la idea de Miguel Ángel Polo Santillán, en la que se proponen varias categorías de ciudadano elector: ideal, responsable, interesado, pasional, siervo, e ingenuo. Una clasificación ingeniosa que aprovecho en lo que sigue adaptándola a mis propósitos.

Es innegable que no existe un único comportamiento electoral, sino varios que dependen del individualismo de cada ciudadano. Es también irrefutable que el comportamiento a lo largo del proceso electoral no es disimilar al del que tiene antes y después de ese proceso.

1. Comportamiento electoral ideal

Este es ese que no existe, o son unos pocos. Es el ciudadano que tiene el tipo de comportamiento electoral perfecto. Es ilustrado, está informado, usa la razón y toma decisiones sólidas de voto.

No asegura que su voto sea «correcto», pero sí que ha seguido una conducta ejemplar de participación política más allá de lo esperado. Está totalmente comprometido con la idea de decidir su voto con perfección

2. Comportamiento electoral responsable

Es la conducta quien tiene interés en la política y preocupación por las decisiones gubernamentales. Se informa y usa la razón hasta donde sus ocupaciones se lo permiten. Tiene inquietudes acerca del futuro del país y reflexiona sobre las consecuencias de las políticas gubernamentales.

Tampoco asegura que su voto sea el mejor, pero no se le puede acusar de descuidar la responsabilidad de estar informado y participar en las elecciones.

3. Comportamiento electoral comprado

El autor propone la existencia de este tercer tipo de ciudadano, el interesado por causas de beneficio personal. Causa por la que está dispuesto a recurrir a lo ilegal e inmoral. Es la conducta fraudulenta motivada por egoísmo inmediato.

Lo tienen quienes buscan medios de vida que dependen de la elección de ciertos candidatos, ya sean programas sociales, subsidios, o posiciones de poder. Aquí se encuentra el clientelismo, el patrimonialismo y el nepotismo. Está muy ligado a la conducta electoral del siervo.

4. Comportamiento electoral pasional

Polo Santillán lo define como «votar movido solo por emociones, por la simpatía del candidato o por el partido tradicional o por odio hacia otros candidatos». Es el dominio de los sentimientos, las simpatías, los rencores y los fanatismos.

Son las conductas de los fans incondicionales, que están lejos del comportamiento de ciudadano de participación responsable.

5. Comportamiento electoral de siervo

Es una modalidad separada de la conducta electoral comprada. A este ciudadano se le ha comprado su libertad a cambio de dádivas o amenazas. Todo lo «subordina a intereses mezquinos», según el autor. Es quien vende su voto a cambio de las promesas de ayuda que recibe.

6. Comportamiento electoral ingenuo

Esta es la conducta de quien vota por costumbre sin reflexión ni razón. Piensa que debe votar y lo hace, pero su participación es superficial y primitiva.

7. Comportamiento electoral nulo

Aunque el autor no incluye a este tipo, parece necesario incluirlo. Es la conducta del amplio sector abstencionista, a quien la política no interesa. Quizá la rechace tanto como para alejarse de ella todo el tiempo.


Agrupaciones o racimos

Los anteriores tipos de comportamiento político y electoral pueden agruparse en racimos similares que simplifican el análisis.

Los comportamientos ideal y responsable en uno solo. Los comportamientos comprado y servil en otro único. Y en otra agrupación el pasional y el ingenuo. En cambio, el nulo sería una agrupación en sí misma.

📌 Esto permite crear tres tipos de votos no razonados ni ideales dependiendo la clase de comportamiento electoral que se tenga.

Votos en subasta

Este comportamiento electoral produce el tipo de voto que el ciudadano pone en subasta y da al mejor comprador. No hay aquí análisis ni razonamiento. Todo se reduce a obtener un beneficio personal a cambio del voto personal.

Pueden distinguirse dos variaciones de esta subasta. La de quien derivará su beneficio en avances personales dentro del aparato burocrático, o por relaciones personales con el gobierno elegido. Son burócratas de todo rango, empresarios, sindicatos, ONGs e asociaciones civiles que saben que podrán lograr privilegios con la victoria electoral de un partido político.

La otra variación es la del grupos muy numerosos de votantes que piensan que serán beneficiados con las promesas de alguno de los candidatos. Es el caso de jóvenes a quienes se prometen becas o subsidios, pobres que recibirán ayuda económica, ancianos a quienes se darán pensiones.

Votos sentimentales

Tampoco existen en este comportamiento electoral análisis ni razonamientos. Todo se coloca en un plano romántico de emociones, sentimientos e idealismos. Es aquí que se crean las imágenes de mesías políticos, de salvadores patrios, nacionalismos extremos y gobernantes todopoderosos.

Los votos sentimentales florecen en medio de simpatías, carisma, optimismo y credulidad necia que rechaza argumentos, evidencias y pruebas. Un campo en el que pueden verse dos mentalidades.

Una es la del partidario incondicional de un candidato o partido, una especie de fanático a toda prueba y que ha colocado a su candidato en un nicho sagrado. El otro es el cándido e inocente que cree todo sin cuestionarlo y que razona por medio de clisés.

Votos desperdiciados

Su manifestación obvia es el no votar en las elecciones, por la razón que sea. Este tipo de conducta electoral muestra desinterés general en asuntos públicos, en parte motivado por una percepción de impotencia personal.

Es también un grupo cuantioso que puede moverse caprichosamente y puede decidir elecciones dando sorpresas.

Democracia: urna de votos
Emisión de votos democráticos

Conclusión

La columna ha propuesto tres clases de votos inspiradas en los tipos de comportamiento electoral del artículo citado. Pueden ser ellos de ayuda en la comprensión del sistema democrático como un régimen que a pesar de ser deseable está muy lejos de ser perfecto.

La prueba más contundente de esa imperfección se muestra en las tres agrupaciones de votos: en subasta, sentimentales y desperdiciados, cuando son comparados con el voto responsable. Las elecciones democráticas están expuestas a los peligros de la baja calidad de la mayoría de los votos.


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