Un factor de influencia considerable en la vida de todo país. La ingenuidad en el campo de la política. Una combinación de simpleza, candidez y desconocimiento que altera la calidad de gobiernos y lastima la posibilidad de bienestar.
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Introducción: la ingenuidad
📌 La columna propone a la ingenuidad política de los ciudadanos como un factor de influencia grande en la gobernanza de los países y, por tanto, en el bienestar de ellos.
Primero, la noción del término ‘ingenuidad’, definido con brevedad como «Candor, falta de malicia». Nada complicado. Como se define en otra parte, es «inocencia y carencia de malas intenciones».
Lo que se enriquece con sus sinónimos: «candor, inocencia, credulidad, sencillez, simpleza, inconsciencia, puerilidad, infantilismo». Desde donde puede llegarse a la idea de una persona ingenua, la que se caracteriza por:
«[…] ausencia o falta de malicia y de experiencia, una deficiente comprensión o inteligencia y la ausencia de sofisticación; así como presencia de sinceridad, inocencia, sencillez, candor, pureza o candidez» es.wikipedia.org.
Incluso puede llegar a verse como uno de los arquetipos:
«El inocente busca siempre hacer las cosas bien, de la forma correcta. Desea un mundo feliz y bueno para todos. Es un personaje esencialmente optimista, aunque su ingenuidad a veces le lleva a no darse cuenta de la dureza del mundo. Se presenta bajo la apariencia del niño, del pensador utópico, del soñador, del místico, el romántico». unaeditora.com
La ingenuidad en política
📌 Para propósitos de esta columna, se entiende como ingenuidad política a la condición de cualquier persona que tiene opiniones y conductas políticas nacidas de rasgos personales como credulidad, simplismo, inocencia y escaso o nulo conocimiento.
Cree ella con facilidad lo que escucha de otros, con poco examen de posibilidad. Tiene fuerte tendencia a ignorar las complicaciones de la realidad en favor de explicaciones demasiado sencillas, pero comprensibles. No considera las realidades de malicia y maldad. No tiene educación, ni conocimientos en los campos propios de la política.
Ella reúne en resumen dos elementos que la definen y la vuelven un sujeto fácil de engañar.
🔴 Pocos o nulos conocimientos en terrenos como política, economía, filosofía y similares, los que se necesitan para tener una opinión política informada. Esta carencia de conocimiento es remediada con ideas repetidas, clisés, seguimiento de líderes, ideologías y otras.
🔴 Una actitud general que le lleva a creer lo que sea, por increíble que parezca y por poco sustentado que se encuentre, con tal de que sea simple y pueda comprenderlo.
«El ciudadano típico cae a un nivel más bajo de desempeño mental tan pronto como ingresa al campo político. Argumenta y analiza de una manera que fácilmente reconocería como infantil dentro de la esfera de sus intereses reales».
— J. A. Schumpeter
Una clasificación de ingenuidad política
La columna propone que todas las personas sufren de ingenuidad política y que solo una minoría de ellas la padecen en dosis mínimas. El resto son víctimas frecuentes de ese modo de actuar en la esfera pública y, por tanto, la opinión pública se altera con ella.
Para mejor entenderla, se ha creado la siguiente clasificación de personas alteradas por su ingenuidad política.
1. La masa ciudadana
Esto se refiere a la totalidad de ciudadanos comunes, quienes en su mayoría tienen una escasa preparación para el desarrollo de pensamiento político. Peor aún, la masa o el pueblo, como suelen llamarse, tienen un bajo nivel de educación y están más preocupados con la supervivencia cotidiana que con las cuestiones de la vida pública.
«La ingenuidad de las masas es, sin embargo, hasta cierto punto comprensible. Sin grandes posibilidades de educación, sin acceso continuo a las fuentes de cultura, rodeados por un ambiente mediocre y teniendo que emplear la mayor parte de su tiempo para ganarse el sustento diario, estos grupos humanos subprivilegiados pueden darse pocas veces el lujo de un espíritu crítico». Hugo Celso Felipe Mansilla
Como apunta el autor citado, esto son es solo un factor que afecta a los países con bajos índices de educación formal. También altera a los que mayores niveles educativos. Los ciudadanos parecen estar escasamente preparados para actuar con cordura política examinando a sus gobernantes.
Su candidez y candor les hacen víctimas veloces de promesas engañosas, teorías dudosas y explicaciones simplificadas. Sucumben fácilmente a la propaganda gubernamental y demasiadas veces venden su voto a cambio de dádivas y protección pública.
2. Los líderes no especializados
Este segmento es mucho más reducido, aunque igualmente afectado por su credulidad política. Está compuesto por líderes y celebridades en campos ajenos a la política. Son actores, cantantes, escritores, pintores, escultores, directores de cine, compositores, deportistas.
Personajes con voz pública que aparecen en los medios y alimentan la ingenuidad de la masa ciudadano con la suya propia. Repiten clisés, hacen llamados al activismo y se suman a los movimientos en boga, los que sean. Expertos en sus campos, conocen poco o nada de economía política y similares, pero el común de la gente los sigue, cree y respeta.
3. Los líderes especializados
Otro segmento reducido, pero no exento de padecer la ausencia de astucia política, es el de los intelectuales que se presupone tienen conocimientos de esos terrenos y podrían emitir un juicio crítico informado y sólido.
Son los profesores y académicos, los columnistas de opinión, periodistas y analistas del campo político y escritores de revistas del género. La tesis de la columna es que ellos no son la excepción de la credulidad en estos terrenos. Sucumben a la presión de compañeros y sufren del pensamiento grupal.
Su alta credibilidad da un fuerte apoyo a ideas simples, clisés, falacias y, en general, al idealismo político excesivo. Esto alimenta y consolida la candidez política de la masa y abre la puerta a gobiernos y regímenes que engañan y se construyen como castillos de naipes.
📍 Este es el terreno de ideas como las malas opiniones políticas de los intelectuales, las dos equivocaciones de los intelectuales la valla de Chesterton y los intelectuales atraídos por el socialismo.
El resultado
La candidez política afecta con fuerza a la democracia, pues esta ingenuidad hace a los ciudadanos presas fáciles de engaños y fraudes por parte de quienes quieren llegar y mantenerse en el poder a toda costa.
El cimiento de ese régimen es la decisión ciudadana de elegir a sus gobernantes por medio del voto. La ingenuidad política generalizada hace que los ciudadanos sean crédulos y víctimas de promesas políticas irreales, de explicaciones simplistas y de ilusiones utópicas.
Eso abre la puerta a gobernantes sin escrúpulos que les mientes, pero también de ingenuos ignorantes que suponen ciertas sus ideas. Con facilidad, por tanto, la democracia puede causar desilusiones y conducir a regímenes de alta concentración de poder que lleven a abusos.
La democracia necesita ciudadanos que valores su libertad y tengan a todo gobernante vigilado. Es la ingenuidad política la que lleva a suponer que el gobernante puede ser un mesías salvador del país.
📍 Este es el terreno de ideas como los grupos de presión y democracia, el problema de las decisiones democráticas y la democracia necesita participación ciudadana.
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