Una expresión legal y una frase continua en el paisaje político. La definición de ‘salario mínimo’, su significado y consecuencias.
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Introducción
La idea es muy sencilla y ha sido bien definida de esta manera:
«El salario mínimo se ha definido como la cuantía mínima de remuneración que un empleador está obligado a pagar a sus asalariados por el trabajo que éstos hayan efectuado durante un período determinado, cuantía que no puede ser rebajada ni en virtud de un convenio colectivo ni de un acuerdo individual». ilo.org
El concepto es claro, el salario mínimo es «la remuneración mínima que por ley puede recibir un trabajador por la prestación de sus servicios».
Incluso en diccionarios se expresa sin complicaciones como «la cantidad más pequeña de dinero que los empleadores pueden pagar legalmente a alguien que trabaja para ellos».
📍 Este es el terreno de ideas como elevar salarios mínimos por mandato, salario justo y salarios dignos y posibles.
Elementos del salario mínimo
De las definiciones anteriores, pueden examinarse los componentes del concepto.
🔴 El límite más bajo posible de salario
Esta es la cantidad de dinero que se intercambia entre el trabajador y su empleador. Especifica la cantidad exacta más reducida que legalmente puede aceptar el trabajador.
🔴 La obligación legal
Implica la ilegalidad de pagar una cantidad menor a la establecida por el gobierno en leyes o decretos. El empleador cometería un delito si llegase a pagar un salario inferior al monto establecido por la autoridad.
🔴 El objetivo del salario mínimo
Se justifica la idea como una medida obligatoria que persigue «proteger a los trabajadores contra el pago de salarios indebidamente bajos [sic]. Su existencia ayuda a garantizar que todas las personas participen de forma justa y equitativa en la distribución de los frutos del progreso y que se pague un salario mínimo vital a todas las personas que tengan empleo y necesiten esa clase de protección».
La implantación de regímenes de salario mínimo, por tanto, tiene una razón explícita. Supone que será un instrumento que ayude a reducir la pobreza y eleve el bienestar material del país donde se aplique.
Otros elementos menos obvios
🔴 Equivalencias
Aunque no suele ser explícito siempre, esta política económica presupone que la remuneración mínima se refiere a un trabajo de igual valor, sea quien sea quien lo realice y sea quien sea quien lo pague.
🔴 Acepta que es un precio
La legislación acepta que el salario es un precio al que ha puesto un límite inferior obligatorio. La remuneraciones laborales son el precio de un trabajo que se ofrece y demanda, según el valor percibido de cada una de las partes. No es diferente, en su esencia, al precio de cualquier otro bien o servicio en los intercambios económicos.
Para ponerse a pensar…

La realidad del salario mínimo
En un sistema de libre mercado, los salarios, sueldos y compensaciones laborales son libres, es decir, dejadas a los acuerdos mutuos entre personas.
El salario mínimo es una medida intervencionista en el mercado laboral, una aplicación de control de precios que dicta un mínimo por debajo del cual nadie puede emplear legalmente a otro, aunque este lo quiera.
Se trata de una modalidad de precios de garantía que se otorga al trabajador. Si él quiere emplearse, no le podrán pagar menos que esa cantidad (si es que se decide emplearlo).
No es una intención reprobable la de esta medida económica. Sin embargo, las buenas intenciones no son justificantes sólidos. La atención debe ir al éxito que pueda tener y los efectos no intencionales que cree.
Una forma útil de examinar la utilidad del salario mínimo es llevarlo al extremo. ¿Qué sucede si el gobierno decreta un salario mínimo de mil euros diarios?
Sería muy ingenuo ignorar el efecto de esa medida: el aumento fuerte en los costos de producción y los precios. Quizá llegara a ganar mil euros al día, pero un billete de autobús tal vez costara 300 euros y 400 un litro de leche.
No puede aceptarse la idea de que elevando los costos de producción, la vida de una sociedad se elevará. Pero eso es lo que suponen quienes proponen elevar los salarios mínimos.
Las opciones
Existen dos posibilidades. Una es dejar libre a empleadores y trabajadores para que entre ellos acuerden el precio del trabajo según sus valuaciones mutuas. La otra es la intervención económica estatal que genera un salario mínimo obligatorio.
Si se opta por esta última, podrán presentarse escenarios básicos.
😩 El precio del trabajo fijado por el gobierno es superior al que se hubiera acordado en el mercado libre.
En este caso, se reduce la demanda de trabajadores por razones iguales a las de la reducción de la demanda de cualquier bien cuando su precio sube mucho. Incluso, se despide a empleados que resultan demasiado caros con el nuevo salario. Neto, se crea desempleo.
😏 El precio del trabajo fijado por el gobierno es inferior al que se hubiera acordado en el mercado libre.
Cuando esto sucede, no hay un efecto grave en el empleo. No se reducen los incentivos para invertir y crear empleo. Trabajadores y empleadores tienen margen de negociación mutua e incluso puede combatirse el desempleo.
En medio de estos dos, es obvio, hay posibilidades intermedias. Han servido para mostrar el riesgo de desempleo que crean gobiernos que venden su popularidad con promesas de aumentos importantes del salario mínimo.
Producto de una mentalidad
La popularidad de salarios mínimos legales puede ser atribuida a un modo de pensar común en gobernantes que piensan poder conducir a la economía con intervenciones simples que justifican con buenas intenciones, sin considerar la complejidad de la economía.
Son víctimas de una actitud optimista que no se apega a la realidad y de percibirse como redentores de las fallas del mercado.
No sólo ellos piensan de esa manera. Una buena cantidad de ciudadanos comunes también cree que es de justicia que el gobierno eleve los salarios, sin atender a los efectos que eso tendría. Y, peor aún, darían más votos al candidato que eso promete que al que no quiere hacerlo.

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Conclusión
Ha sido explicado el concepto de salario mínimo, su significado, consecuencias, intenciones y realidad. De lo que es posible obtener conclusiones.
Resulta admirable el propósito de intentar elevar los ingresos de las personas, de todas. Contra eso nada puede argumentarse. Pero la atención debe ser puesta en cómo lograrlo con sustentabilidad y solidez y sin efectos colaterales indeseables.
Tratar de mejorar el nivel de vida de trabajadores por la vía de hacer ilegales los acuerdos libres de salarios es una forma de intervencionismo. Muy similar a la medidas de regular precios de bienes y que establecen un máximo legal. Eso causa distorsiones en el proceso de mercado, alterando el bienestar, como sucede con los mercados negros.
La vía más aconsejable para elevar el bienestar de una sociedad es la adopción de un régimen económico de libertades que facilite la inversión que eleva la productividad y aumenta los ingresos personales sin intervenciones artificiales.
«Lamentablemente, el salario mínimo real siempre es cero, independientemente de las leyes, y ese es el salario que muchos trabajadores reciben tras la creación o el aumento de un salario mínimo exigido por el gobierno, porque pierden sus empleos o no encuentran empleo cuando ingresan a la fuerza laboral. Hacer que sea ilegal pagar menos de una determinada cantidad no hace que la productividad de un trabajador valga esa cantidad y, si no lo es, es poco probable que ese trabajador sea empleado».
— Thomas Sowell
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