El derecho a voto de un ciudadano en una democracia es una libertad. Una de las varias que tiene sin las que su voto no existe, incluso aunque vote en unas elecciones. La libertad es una sola y si no existe completa, los votos serían solo un gasto de tinta y papel. Los votos reales son solo los votos libres.

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Introducción

El derecho a votar define al voto como «[…] el acto por el cual un individuo expresa apoyo o preferencia por cierta propuesta, candidato, o selección de candidatos durante una votación, de forma secreta o pública».

Y también entendido como: «[…] la forma en que una persona manifiesta de manera pública o secreta su preferencia por una opción ante una variedad de alternativas».

📌 Y así, el principio de mayoría permite llegar a una decisión del grupo, que en el caso de una democracia hace posible la elección de gobernantes para el siguiente período de gobierno, lo que es un cambio pacífico de gobierno.

El derecho a votar

Entonces, en un sistema político democrático, el emitir votos para la elección de gobernantes es la manifestación del derecho al voto que cada ciudadano posee. Es una manera de participación en la vida pública del país.

Votar y el derecho a hacerlo es una parte sustancial de los regímenes democráticos, pero debe resaltarse que es solamente una porción de ellos. La democracia es bastante más que un proceso electoral que elige gobernantes mediante votos.

💡 Por esa razón, es más realista hablar de la libertad de votar que usar la expresión «derecho a voto». La razón es simple, los verdaderos votos con los libres, es decir, cuando la persona es integralmente libre.

El sentido de la democracia

El derecho a votar es uno de los mecanismos que ese sistema posee para cumplir con su misión de preservar libertades personales. Tiene otros mecanismos que buscan el mismo propósito.

Esos mecanismos son, por ejemplo, la división de los poderes políticos, el estado de derecho, el federalismo y demás medios que fragmentan el poder para minimizar abusos y facilitar la corrección de errores. Más, por supuesto, las ideas de república y estado de derecho.

En es este marco general de referencia que el significado del derecho al voto debe observarse, como uno de los varios mecanismos que fragmentan el poder, evitan abusos y preservan libertades.

Es muy visible el efecto de las elecciones, cuando gracias a ellas y por medios pacíficos, se cambia de gobierno. Y, adicionalmente, establece una actitud democrática que establece que realmente no importa tanto quién gobierna, sino cómo gobierna.

Emitir un voto es una libertad

El votar en las elecciones de un nuevo gobierno es una libertad de tantas y está sustentada en la libertad general, su dignidad y capacidad de razonar. Más que un derecho, debe ser entendido como una libertad porque así se comprende mejor que el voto real es el voto real es el libre.

El derecho a votar es mucho mejor comprendido si se le entiende como la libertad que tienen las personas para elegir y cambiar a sus gobernantes. Si es una libertad, entonces puede verse a ese derecho como una de otras muchas libertades que se complementan y apoyan unas a otras.

📌 Este es el punto central de esta columna. El sostener que el derecho a votar es en realidad una libertad y que, por eso, está conectada con otras libertades sin las que votar carecería de sentido. Y su propósito es resaltar esas otras libertades conectadas con ese derecho a elegir gobernantes.

Las libertades sin las que no existiría el derecho a votar

Las siguientes son esas libertades conectadas tan íntimamente a la libertad de votar que esta última dejaría de existir sin ellas. Las libertades sin las que el derecho a votar no tiene sentido y sería solo un desperdicio de tiempo, tinta y recursos.

1. Libertad de expresión

La más básica de las libertades que permiten alimentar a la libertad de votar es la de expresión. Sin ella no el derecho a votar sería inexistente.

La libertad de expresión es la que alimenta información necesaria para votar por eso mismo, porque provee información para evaluar el desempeño del gobierno actual y las propuestas de los candidatos en las elecciones.

Especialmente importantes son las críticas al gobierno actual como un punto de referencia y comparación. Igualmente importante es la libre emisión de datos económicos y encuestas de opinión, que permiten añadir información al ciudadano.

Todo atentado a la libertad de expresión, por tanto, daña al derecho a votar. Especialmente importante es, entonces, vigilar los esfuerzos que los gobiernos hagan para censurar a medios de información. Una de las modalidades posible es el servilismo de medios que exaltan a la autoridad.

Un caso llamativo de la libertad de expresión son las campañas electorales «sucias», en las que existen mensajes identificados por su emisor de ataque a candidatos. Cuando esto no exista, la libertad de expresión es lastimada.

2. Libertad de creencia y opinión

El derecho a votar dejaría de tener sentido si las personas carecieran de opiniones y creencias propias que puedan expresar entre ellas, en redes sociales y que culminan en la emisión de su voto.

Son creencias políticas, económicas, religiosas, culturales que alteran y modifican la información usada para decidir el voto. Sin ellas no habría tampoco propiamente libertad de votar.

Entonces, por ejemplo, las creencias religiosas, sin son censuradas o impedidas, alterarían al derecho a seleccionar gobernantes, Igual sucedería en una teocracia, en la que la religión impidiera o censurara opiniones opuestas a la suya.

Lo mismo sucedería en regímenes políticos como el autoritarismo y la dictadura. También, la libertad de votar tiene poco sentido en los sistemas en los que el ciudadano depende del asistencialismo o del paternalismo del gobierno.

3. Libertad y autonomía económica

La importancia de esta libertad puede comprenderse muy bien al ver un escenario en el que una gran cantidad de personas dependan de programas de gobierno, algo que les retira su autonomía personal y, por tanto, su libertad para votar.

Un voto legítimo y válido solamente puede venir de una persona autónoma e independiente que ejerza su libertad para votar sin que ello le signifique dejar de recibir favores gubernamentales. Estas dádivas funcionan fácilmente como chantaje que desvía votos indebidamente.

Es por eso que el voto que realmente cuenta no puede salir de personas que no son autónomas e independientes porque dependen de ayudas estatales que temerían perder.

Libertad en la cultura nacional

El derecho a votar que es en realidad una libertad dependiente de otras señalan una dirección general: solamente en una sociedad en la que existan amplias libertades podrán tenerse votos y elecciones merecedoras de legitimidad.

Visto de otro modo. Las culturas nacionales que poco valor dan a la libertad en general serán poco propicias a un régimen democrático completo. Si la población en general o una mayoría significativa de ella no tiene a la libertad como su gran valor político, ella sucumbirá con facilidad a regímenes que usen al voto como justificación de abusos de poder.

Conclusión, el derecho a votar es una libertad

Ha sido examinado el derecho a votar y su significado real, que es el de la libertad para elegir gobernantes y asi permitir cambios pacíficos de gobierno.

Siendo una libertad la de votar, ella está estrechamente relacionada con todas las demás libertades, especialmente de expresión, creencias y económica. Una persona que carece de libertades no tiene en realidad el derecho a votar pues ha sido despojado de él.


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[Actualización última: 2023-07]