Esta columna hace una aportación lingüística proponiendo nuevas palabras que persiguen facilitar los diálogos y las conversaciones de las personas con términos más precisos y específicos. Es parte de una colección de ellas que puede verse en ContraPeso.info: nuevas palabras, clasificadas dentro de la etiqueta ContraPeso.info: humor.

Chorrisgo

Una nueva palabra, útil y necesaria, que ayuda a la ampliación de vocabulario describiendo a la mancha que es producida por los pequeños chorros y gotas de gasolina o diesel que caen en la pintura de los automóviles, justo abajo de la apertura por donde es vertido el combustible.

Cierto que el chorrisgo ha sido corregido con el uso de tecnología de «apunta bien», así como por bombas de combustible mejoradas y diseños de entrada de combustible que evitan el chorrisgo.

Sin embargo, sigue siendo un suceso que molesta a muchos automovilistas, especialmente a quienes coleccionan automóviles viejos y que carecen de esas mejoras.

Fue hace ya tiempo que se fundó una empresa que produjo Miracle Gaspot Remover, una pasta que tallada sobre el chorrisgo, restauraba la pintura a su estado original y que en su compra, incluía un Miracle Gaspot Cloth para ser usado en conjunto con la pasta.

Cayendo la necesidad de usar el Miracle Gaspot Remover, dados los adelantos mencionados, la fábrica estuvo a punto de quebrar, hasta que sus propietarios cabildearon con su gobierno. Lograron que la producción de esa pasta fuera considerada un asunto de soberanía nacional y se le asignaran subsidios que garantizaran los empleos que de otra manera se hubieran perdido.

La fábrica sigue existiendo y produce la pasta, de la que tiene inventarios crecientes que muy pocos compran. Los empleos se han mantenido y los subsidios han sustituido a las ganancias. Los intentos de suspenderlos han encontrado férrea resistencia por suponer que el Miracle Gaspot Remover es un asunto de soberanía económica estratégica.

Cefalte

Una palabra nueva, útil y necesaria, para dar nombre a una de las costumbres más emblemáticas de los conductores de automóviles.

La costumbre o hábito, seguramente inconsciente, que hace que el conductor incline su cabeza notoriamente hacia el lado al que da vuela. Es decir, si el conductor gira a la derecha, su masa encefálica se inclinará hacia ese lado, de manera proporcional a la velocidad con la que lo haga; y viceversa, hacia la izquierda.

El cefalte puede ser apenas notorio en algunos casos, aunque se sabe de casos en los que el conductor inclina su cabeza comenzando a los 10 o 15 k/h.

Los observadores

Según Wilhem von Pfaffpfaff es muy posible que el cefalte haya sido creado por un proceso evolutivo largo iniciado desde la primera vez que algún hombre montó un animal de carga y como reacción que facilita la conservación de la especie. Según esta teoría, quienes realizaron el cefalte tuvieron mayor probabilidad de sobrevivir y transmitieron este gene a su prole, es decir, a la humanidad actual.

Quien primero apuntó este fenómeno fue el Marqués de la Rosière Ecaillon sur Hibaret, cuando huía del palacio de La Babinais, una noble que confiaba en que su marido llegaría otro día y había invitado a su amante, el marqués, a disfrutar sus encantos físicos. Ella, mejor conocida como La Babinais, era la Duquesa de Labarthe d’Asterac e Le Grand Replomb.

Huyendo a toda prisa, el marqués en su carruaje, del marido de la duquesa, se dio cuenta de que inclinaba su cabeza hacia el lado el que giraba el carruaje y haciendo una nota de esto, posteriormente publicó sus memorias, dedicando unas pocas líneas a lo que más tarde se llamaría ‘cefalte’.

Una cita de «Mémoires d’un Marquis dissolut» y que no son famosas por la calidad de su lenguaje.

«Ce fut une journée mouvementée lorsqu’il partit en toute hâte du palais des La Babinais. Soudainement j’ai réalisé que ma tête se déplaçait d’un endroit à l’autre. Ce n’était pas mon amour qui m’inquiétait de ce que cela faisait, mais le mouvement de la voiture et dans un moment de lumière mentale je me suis rendu compte que si elle vole vers la gauche, ma tête inclinée vers la gauche et l’inverse. Mais assez de cela, revenons à décrire les charmes de La Babinais…»

Otras precisiones

El cefalto ha sido analizado numerosas veces en distintas ramas del saber. Se sabe que F. Nietzsche comenzó un libro sobre el tema y que no terminó y en el que acusaba a sus pocos amigos de intentar hacer un «supercefalte indigno de ellos».

Es especialmente notable la contribución que hizo F.J. Szcheinzchidtler, el físico austriaco, acerca del cefalte y los juegos de bolos y boliche, cuando el jugador que tira la bola inclina la cabeza hacia el lado al que desea que ella se dirija, sin que este ademán, hasta donde se sabe, pueda cambiar el derrotero de ella. Él escribió:

«Die Memoiren von einem liederlichen marques war das Buch, in dem ich das Konzept von Cefalte fand und ich konnte sehen, dass mein Freund Fritz dasselbe tat, als er Bowling spielte, aber das Beste an diesem Buch war die Beschreibung von La Babinais …».

Dósfera

Para quienes son aficionados a los juegos de mesa, la dósfera juega un papel principal. Ya ha sido dicho innumerables veces y puede repetirse una vez más que sin la dósfera, millones de horas de diversión habrían sido un imposible existencial.

Gracias a esa pequeña media esfera de metal que tienen las piezas de dominó es posible hacer que ellas sean revueltas de manera aleatoria y que resbalen sin dificultad en la mesa de juego. Pero no para allí la utilidad sin igual de la dósfera pues también ella permite que las fichas serán levantadas con facilidad incluso después de la ingestión de varios tragos.

Dicho de otra manera si la dósfera el dominó no sería lo que hoy es. Gracias a la adición de tan insignificante aditamento físico este juego constituye hoy uno de los más populares entretenimientos en cantinas, bares y casas de amigos.

El estudioso

Pero la cuestión no queda allí pues a la dósfera, según ha señalado el inminente estudioso de estos fenómenos, don Hernando Rodillo y de Bustemante, se le debe estar agradecido también porque ella hace posible el giro rápido de las fichas, lo que es una costumbre muy arraigada entre prácticamente todos los jugadores.

Imaginé elector la escena clásica cerca del término de un juego de dominó, cuando uno de los jugadores tienen solo una o dos fichas e instintivamente comienza a girarlas precisamente sobre la dósfera. Estos giros de fichas a velocidades impresionantes son una parte autóctona y esencial del juego. Es decir sin la dósfera simplemente no existiría este maravilloso juego como lo ha dicho otro gran estudioso, Wilhen Von Pfaffpfaff.

Existen dósferas de varios tipos, desde luego siendo el más valioso uno desarrollado por la Universidad de Brazatortas, en España, que está fabricado con una mezcla de titanio recubierta con materiales plásticos, similares a los usados en el espacio. Esta feliz combinación de materiales permite girar las fichas a grandes velocidades sin que sufran calentamiento alguno.

Desgraciadamente, las dósferas hechas de goma fracasaron pues ellas rebotaban en las mesas haciendo que las fichas voltearán sus caras lo que hacía imposible la “sopa”. Por otro lado existen dósferas de lujo diseñados por Louis Gargagnac, la famosa firma europea de diseño especializada en satisfacer los gustos de los nuevos ricos y que son vistas con desprecio en lo general por el verdadero fanático del dominó.

Fueron precisamente los diseñadores de Louis Gargagnac los que lanzaron al mercado juegos de dominó hecho de diferentes materiales en extremo caros con exquisitas piedras preciosas y que se han vendido mucho en buena parte de Medio Oriente.

Caflillo

Nuevo término, necesario y útil, de posible uso frecuente entre bebedores de café en taza y que sirve para designar al líquido que usualmente es derramado por la pared externa de la taza formando un hilo muy notorio y que puede llegar hasta el plato.

Caflillo es, pues, ese pequeño escurrimiento de café que va desde la orilla superior hacia abajo y que es especialmente notorio en tazas de color claro. Una situación que con agudeza aprovechó Wilsoninho do Alves do Nascimento Peraesousa y Carvahlopereira para inventar la taza a prueba de caflillos: una taza del mismo color que el café.

Los remedios

No ha sido esa la única innovación para tomar café sin el molesto caflillo. Wilhem von Pfaffpfaff propuso que para evitar ese molesto escurrimiento se dejara de tomar café y fuese este sustituido por té, sin que diera respuesta al posible fenómeno consecuente, el del teflillo.

El caflillo no ha atraído la atención de inversionistas interesados en sufragar los gastos necesarios para su investigación y remedio, excepto por la adición de tapas plásticas a vasos que portan café y que son usados para ventas a la calle de muchas cafeterías.

El único evento reciente digno de mencionar al respecto es la protesta de un grupo de feministas que pidieron la intervención de las autoridades de Río Sipapo en Venezuela para que emitieran una disposición que obligara a escribir «caflill@» en lugar de «caflillo», puesto que debía haber «más inclusión y diversidad lingüística, semántica y semiótica». Las autoridades no han respondido a esta petición.

Finalmente, debe apuntarse que el caflillo ha sido clasificado en diversas categorías dependiendo de su intensidad, yendo desde categoría 1 hasta categoría 5. En la categoría 1 están clasificados los caflillos de baja intensidad y que no llegan al plato, mientras que los de categoría 5 son aquellos que llegan hasta el vestido de la persona que toma café.

Boteca

Un término necesario y requerido para designar y nombrar al pequeño y a veces invisible conjunto de restos minúsculos de tela e hilos que se forma y acumula en el ombligo humano, posiblemente producido por el desgaste natural de ropa cercana a dicha parte de la anatomía.

Lo que hasta ahora se sabe de este poco atendido fenómeno es la especulación al respecto de varios gobernantes latinoamericanos que mandaron hacer estudios al respecto para con ellos justificar el mandato que obligaría a los fabricantes de ropa interior a desarrollar materiales que evitaran este gran daño a los ciudadanos de su país.

Según esos estudios, la boteca está formada primariamente por residuos de algodón y restos de franela. Su circunferencia, una vez comprimida la boteca, suele registrar entre 1 y 0.3 milímetros, aunque se han encontrado botecas de hasta 4 cm.

Los demás resultados de los estudios tuvieron que ser censurados ya que los políticos que los solicitaron y pagaron con fondos públicos ordenaron que los estudios se repitieran en su presencia utilizando modelos y bailarinas con ropa escasísima para preguntar porqué en ellas no se registran casos de botecas.

Actualmente se tiene una interesante confrontación dentro del seno de la ONU. La UNESCO ha solicitado que la boteca sea elevada a categoría de patrimonio universal de la humanidad, mientras que la OMS, por su parte, intenta clasificar a la boteca como una pandemia que amenaza a la humanidad.

Hasta donde se sabe, esta discusión ha obligado a la realización de más estudios que presentarán resultados en varios años y que ahora sí, incluyen a esas modelos de ropa interior y bailarinas parisinas ya contratadas por los políticos latinoamericanos, a los que que han unido colegas europeos.

Caetín

Consiste en esa propiedad del calcetín que le hace perder forma y sujeción a la piel, lo que provoca que sea llevado hacia el interior del zapato provocando molestias inimaginables a quien padece un caetín. Un claro caso de desplazamiento del calcetín que se mueve de su lugar correcto hacia posiciones incorrectas,

No hay estudios que demuestren si el caetín del pie derecho es más o menos probable que el del izquierdo, aunque evidencia anecdótica sugiere que el pie izquierdo es ligeramente más común en turistas que caminan por Venecia, especialmente aquellos que se pierden y tratan de usar mapas localizando nombres de calles.

El observador

Por su parte, Wilhemm von Pfaffpfaff ha dicho que «El caaetín es un fenómeno notable de falta de vínculo, unión y trabazón entre el pie y el calcetín; es decir, un defecto de acoplamiento, ligadura y retención, cuyos orígenes pueden ser descritos en términos de atadura, compromiso e incluso constreñimiento».

Declaraciones que causaron escasa reacción, pero que sirvieron para la declaración de principios de una ONG consagrada al combate en contra del caetín. Dada la escasez de causas dignas de ser la razón de existir de las ONGs, esta nueva organización no pudo sino seleccionar al caetín y tomar las declaraciones de Pfaffpfaff.

Esta ONG, LoveSocks, asegura que el caetín no es más que un reflejo submaterial y sociobiológico que apunta a fenómenos de dominio, influencia, yugo y abuso del 1% de la población que no sufre caetín y ante lo que no hay más remedio que el avasallamiento subordinado y jerárquico que el imperialismo produce y que fue causa central de la caída de la URSS y la situación venezolana.

La ONG ha declarado que

«Según nuestra declaración de principios en su inciso 78-B,14, creemos que no obstante los órganos competentes universales deben actuar planeando anticipadamente, tal anticipación debe estar en concordancia y solidaridad social con todos los niveles de garantías psicosociales tanto estáticas como dinámicas, sin menosprecio institucional y con amplio sentido neo-dialéctico y con consistencia semántico-pluralista que evite develaciones hegemónicas con declaraciones estatales anti-imperialistas con falsa simbología semiótica que alumbre irreflexivamente el drama del caetín».

Botosión

Otra palabra requerida y muy necesaria que designa al fenómeno humano tan común de confusión el pulsar botones que controlan equipo usualmente electrónico.

Sin duda, producto de la fusión gramatical de los términos ‘botón’ y ‘confusión’, la botosión es un fenómeno cotidiano originado, en un principio, cuando los ascensores dejaron de tener conductor al que se le solicitada el piso al que se deseaba ir.

Después de eso, las personas debían ellas mismas apretar el botón del piso deseado. Queriendo ir a la planta 6, por ejemplo, no era infrecuente que las personas pulsaran el botón que los llevaba a la planta 7 o cualquier otra.

Incluso peor aún, se registraron numerosos casos de botosión intencional, mediante lo cual alguna persona bromista pulsaba dentro del elevador, todos los botones de todos los pisos y quien entraba en él se veía obligado a detenerse en cada planta.

El experto

Fue Wilhem von Pfaffpfaff quien declaró que esa botosión intencional era un fenómeno cuya gravedad se intensificaba en proporción al número de plantas del edificio en cuestión; siendo especialmente problemático en construcciones como los rascacielos.

Por extensión natural, la botosión se usa actualmente aplicada a todo aparato electrónico, entre los que destacan los controles remotos y los teléfonos inteligentes, así como las tabletas. En esos aparatos hay una gran cantidad de botones con símbolos y letras que son incomprensibles y producen buena cantidad de errores al pulsarlos.

Fue también Wilhem von Pfaffpfaff que declaró que la gravedad y frecuencia de la botosión se eleva proporcionalmente y en relación directa dependiendo del número de botones entre los que la persona debe decidir y pulsar el correcto.

Un caso extremo de número de botones se produjo en el control remoto de una televisión fabricada en China, el que tenía 122 botones, la mayoría con funciones múltiples, siendo el 53% de ellos un misterio desconocido incluso por el mismo fabricante.

La Agencia Internacional Para la Protección de Consumidores Tontos ha trabajado arduamente con otros organismos internacionales para crear una ordenanza mundial que limite los botones de esos aparatos a solamente el de apagado y encendido, con el objeto de evitar la propagación de frustraciones psicológicas que en los últimos cinco años han causado un intento de suicidio y varios millones de riñas matrimoniales.

Aregrafía

Dentro del género del arte efímero, la aregrafia ocupa un lugar muy escasamente destacado. Se trata de la escritura hecha sobre arena o tierra, generalmente realizada con una vara que hace las veces de lápiz o instrumento de escritura. Aunque también puede realizarse con uno o varios dedos.

Las raíces etimológicas de esta nueva palabra, sin embargo, suelen engañar al ignorante, pues se llega a creer que ella se refiere exclusivamente a la escritura en arena, cuando por extensión también se incluye a la escritura en todo tipo de tierra o suelos que se presten a este objetivo, incluyendo ejidos campesinos y tierras sujetas a reformas agrarias de cualquier tipo.

Este punto ha sido aclarado más de una vez en una serie de artículos muy extensos en la revista Horizontes Culturales Post-Post Modernos de la Universidad de Teocaltiche, Campus Teocaltiche.

En uno de esos artículos, la doctora en teoría de género, Mixtlicaltl Xocoyoconamitzitalpan ha propuesto el derecho a la aregrafía, el que impone en los gobiernos la obligación de proveer tierras y playas a las personas para que «ellas puedan ejercer sus derechos histórico-socio-culturales de autoexpresión».

Alicción

Nombre dado a la acción de succionar con los labios y la boca para que el aire pase a presión entre los dientes y eso permita retirar fragmentos de comida o alimento que se han atorado y causan una molestia pequeña pero continua e inquieta.

Por lo general, la alicción va acompañada de un movimiento muy característico de los labios, los que son torcidos de un lado y, al succionar el aire, produce un chasquido con seseo. Por supuesto, conforme la fuerza con la que el resto de comida haya sido adherido se producirán alicciones mayores y frecuentes.

En un tratado de lingüística avanzada se considera a la alicción como un sustituto post-moderno del palillo que se usa con el mismo propósito y que tiene el efecto colateral indeseable de una toma de decisión sobre qué hacer con ese resto de comida que ha sido liberado de entre los dientes.

El tratado

Noamhna Choskygz, autora del tratado La transgresión de los labios y la boca: en rumbo a una hermenéutica transformativa de la costumbre social cuántica, afirma que existen dos decisiones posibles que la persona enfrenta y que dependiendo de sus inclinaciones políticas decidirá entre arrojar el resto al suelo en una actitud de desprecio socio-cultural-imperialista, o bien se lo tragará, mostrando así una postura progresista post-post moderna de avanzada.

O como lo expresa ella misma:

«No obstante, en un plano medio de conciencia epistemológica cuando el órgano competente, es decir, la boca y los labios (sin considerar a los dientes) para la alicción terminal diferencial somático-social, la alicción decisiva del objeto permanente y temporal debe ser posterior a la alicción dubitativa inherente al acuerdo mental del Zeitgeist imperante en la comunidad y fijada en concordancia etimo-sociológica de la fuerza succionadora aplicada en el acto mismo pre o post de la alicción liberadora».

Del otro lado, en Tinhuindín, una ciudad mexicana, se realizan campeonatos anuales de alicción y que consisten en dentistas que con cemento dental atoran piezas de comida en los dientes de los concursantes, ganando aquellos que se liberen de ellos en el menor tiempo y los arrojen a la mayor distancia posibles.

Y, finalmente, la alacción fue parte de un tratado de las buenas costumbres en el momento de comer kokotxas en salsa verde, escrito por Ainhoa Araztimiñogoitia de Chinchurretas, condesa de Calzalargaita, quien en 1924 sugirió que la alacción era «una fea costumbre propia de gentuza primitiva y de maquetos».

Botastáculo

Palabra requerida y necesitada para designar a la serie de objetos que, principalmente en el centro de una mesa para comer, obstaculizan la visión entre los allí sentados, o bien impiden que se sirvan los platillos pedidos.

Los botastáculos se clasifican en (1) decorativos y (2) culinarios,

Los botastáculos decorativos son principalmente encontrados en mesas de eventos como bodas y otras celebraciones similares, en las que las ansias de poner adornos y gastar dinero lleva a la colocación de arreglos florales y similares, de tal tamaño que resulta imposible ver a las personas que se encuentran del otro lado de la mesa, mucho menos conversar con ellas.

El caso más famoso reportado de este tipo de botastáculos o tapastáculos fue el de una población en la isla de Bongo, en Filipinas, en un banquete de bodas, cuando los asistentes al salir reportaron que desconocían totalmente con quiénes habían compartido su mesa, pues el arreglo del centro había impedido ver incluso a quien estaba al lado.

Los botastáculos culinarios son todos esos objetos que se colocan en la mesa y que ocupan tanto lugar que resulta en extremo difícil encontrar sitio para colocar los platos con la comida solicitada por los comensales.

Una instancia célebre de este tipo de botastáculo es el que se presenta a diario en Taco’s Grill & Bar & Spa, un restaurante de las Islas Malpelo, en Colombia, en el que la mesa es ocupada por las 22 variedades de salsas picantes que son la especialidad del lugar. Esto es lo que hace imposible pedir comida y platos de tamaño normal y obliga al restaurante a especializarse en servir mini enchiladas mexicanas servidas en platos de tazas para café.

Una regulación de la Unión Europea, después de dos años de estudio con un costo de 6,560,000 euros, permitió emitir la regulación número 567-980-312-AV-675 que limitaba a dos objetos los permitidos dentro de mesas de restaurantes, con posible extensión a cuatro si se contaba con un permiso especial y obligatoria a todos los miembros de la Unión.

Halaco

La palabra halaco fue usada por primera vez en 1950, después de que Ottaviano Candolezzi, el célebre millonario búlgaro de esos años, adquirió la famosa pintura Comiendo en el Atrio de Pascuale Pintalechio, mejor conocido por su seudónimo Pincelinghi, un pintor del Renacimiento en Kiskundorozsma, Hungría.

La pintura fue realizada en 1888 puesto que el Renacimiento llegó algo tarde a esa ciudad.

Uno de los platos de esa pintura muestra lo que a los ojos del hombre moderno es sin duda una pizza en el momento en el que uno de los comensales la retira del plato.

Lo más notable del cuadro es la larguísima tira de queso que se forma al retirar una rebanada de la pizza.

Según cálculos de Michelantonio Candolini, el célebre matemático japonés, esa tira de queso mide unos seis metros y medio al menos con un grueso aproximado de cinco centímetros en su parte más delgada, dada la colocación del plato y la posición del comensal.

Por su parte, Vladimiro Schiciolini, uno de los mayores críticos de arte, especializado en el Renacimiento Tardío de Kiskundorozsma, ha alabado esa pintura por la gran perspectiva que la tira de queso añade al atrio en el que la comida tiene lugar.

Concretamente, Schiciolini escribió en el libro Los Códigos Secretos de la Perspectiva Olvidada, la siguiente frase,

«La gigantesca pintura de Pincelinghi conocida como Comiendo en el Atrio tiene la cualidad de utilizar el truco de la tira de queso en un ángulo tan cuidado que permite añadir una perspectiva absoluta de enorme profundidad al atrio, puesto que sin la mencionada tira, que es el elemento más poderoso de la obra, las personas se darán cuenta de que esa pintura es una verdadera mierda».

La sutil crítica de Schiciolini, lejos de hacer perder valor al cuadro, elevó su precio de manera importante gracias a la intervención de un comerciante de obras de arte que tomó la crítica de Schiciolini y la usó en varios folletos, uno de los cuales llegó a las manos del millonario Candolezzi. Éste no pudo soportar la tentación de comprar esa obra para mostrar a su cohorte de sicofantes los errores de la misma.

Durante una de las reuniones de Candolezzi con sus conocidos, llegó él a la conclusión de crear un nombre o palabra nueva para las tiras de queso de las pizzas y que se producen cuando la rebanada que se retira parece negarse a dejar el todo permaneciendo unida por medio de lo que no deja de recordar un cordón umbilical.

Candolezzi contrató los servicios de una de las más caras agencias de publicidad de Nueva York, la que por cerca de un millón de dólares propuso que la tira fuera bautizada con el nombre genérico de «halacus». Un nombre de ciertas tonalidades latinas, lo que es congruente con su origen, más connotaciones auditivas relacionadas con la palabras «jalar» o «halar».

Gracias a muy hábiles maniobras de relaciones públicas Candolezzi hizo popular la nueva palabra y fundó la empresa Halacus Pizza, cimentada en la posición de marketing que esa pizza producía los más grandes halacos, la que era una idea original de uno de los sicofantes que rodeaban a Candolezzi. Para hacer posible grandes halacos, la fórmula del queso fue alterada con ingredientes extraños que permitían esa largura.

Rumiano Schiciolini, hermano del crítico de arte antes mencionado, y él mismo crítico culinario, probó las pizzas del millonario y en su columna semanal del New Fork Times escribió lo siguiente.

«No cabe duda de que la pintura de Pincelinghi inspiró la creación de las Pizzas Halacus, pues ambas, la pintura y las pizzas son una mierda».

Posterior al fracaso de su negocio, Candolezzi vendió los derechos sobre la palabra a Benito González González, propietario de una pequeña cadena de restaurantes mexicanos en Huacareta, Bolivia, quien no tuvo necesidad de cambiar la receta de sus quesadillas a la mexicana para producir largas tiras de queso al ser ellas mordidas por quien las come.

[Véase la traducción de halaco en elorganillero.com]

Nuido

Ruidos nocturnos Dos son las variables que han sido identificadas como las causantes de los nuidos, un término que combina las palabras “ruido” y “noche” y que describe a la serie de sonidos que no se escuchan durante el día.

En efecto, los ruidos que hacen las construcciones de las casas y que tanto pueden asustar a sus moradores reciben el nombre genérico de nuidos y son causados principalmente por cambios en la temperatura ambiente y por la ausencia de otros ruidos.

Es un fenómeno sabido y reconocido que las temperaturas ambientales afectan a los materiales expandiéndolos si ellas aumentan, lo que es una causa de esos tronidos y chirridos que las casas producen. Pero, además, el diferencial de sonidos permite escuchar los nuidos con mayor claridad en las noches, que es precisamente cuando el ruido ambiental disminuye de manera notable y los nuidos pueden ser mejor escuchados, lo que sucede por las noches.

Desde luego existen varios tipos de nuidos, aunque no existe una clasificación comúnmente aceptada, proyecto en el que trabaja una sección de la ONU con sede en Ayer, Suiza y que ha prometido un consenso científico de opiniones para el año 2018, como una parte del Protocolo de Tupungato.

Kindernalia

Los infantes poseen diversas manías, pero quizá ninguna es más extraña que la inclinación fuerte a coleccionar cosas que consideran sus propiedades más preciosas. Por ejemplo, una colección de piedras, de conchas marinas, de envolturas de goma de mascar, de figuras de soldados o personajes de alguna película y varios otros objetos pueden formar colecciones kindernálicas, incluyendo canicas, estampas y libros de cuentos.

Puede ser de tal intensidad esta colección que cualquier tipo de merma que ella sufra es causa de severos trastornos infantiles. En un sentido estricto, entonces, la palabra kindernalia se aplica a esa serie de colecciones en lo global, lo que por extensión aplica también a la posesión de objetos extraños, aunque no formen una colección, como por ejemplo, el guardar celosamente una caja vacía, una bolsa de plástico, un resorte en extremo largo y similares.

Es común  encontrar pequeños que inician, por ejemplo, colecciones de piedras, de tapas de botellas, de llaves, de fósforos, de hojas de árbol, en una infinita variedad de tipos y clases, la que carece de una lógica aparente, pero satisface alguna inquietud científica latente en el pequeño ser.

Fue Chab Gn’Bra, ahora retirado y viviendo en Cañitas de Felipe Pescador, México. quien acuñó esta palabra dentro de su novela Desde la Mar al narrar parte de la infancia del personaje principal, en El Cabo de Cabrón, República Dominicana, centrada alrededor de la colección de pequeñas conchas obtenidas en la playa durante sus largos paseos con su padre.

La obra, destinada a ser un cuento infantil, para ser usado en las escuelas públicas de los países hispanoparlantes, sin embargo, no pudo obtener el sello de aprobación de las autoridades de muchas de esas naciones dado el nombre del cabo que es el escenario principal de su primera parte. En los pocos lugares en los que el libro fue usado, ese nombre provocó en los pequeños alumnos risas incontrolables que hacían imposible la clase. El resultado neto fue la condena de esa obra a la oscuridad, teniéndose ahora como una curiosidad literaria que en algún momento fue considerada para el Premio Nobel.

Musgeofusión

Casi todas las personas verán con piedad magnánima una película estadounidense en la que una de las escenas muestra algún escenario que pretende reproducir, por ejemplo, un ambiente mexicano al mismo tiempo que la música de la película deja escuchar un pasodoble español, o un ritmo antillano.

Esta mezcolanza desorientada y trastornada de lugares y música recibe precisamente el nombre de musgeofusión, término de cuya etimología existen muy pocas dudas y cuyo origen es un profundo desconocimiento del mundo por parte de directores y productores de películas de los Estados Unidos.

Por otro lado, la musgefusión ha sido analizada en tiempos recientes por distinguidos pensadores, entre los que destacan Joachan Tenerplus, quien en su obra Los Estímulos Auditivos, lanzó una teoría sobre la sociedad, afirmando que la confusión hollywoodense de músicas y ritmos es aplicable a algunos países, pues no se hace distinción entre salsa, mambo, merengue, samba, danzón y demás, lo que en palabras del autor,

«Mezclado en un milieu estructuralista y proto causístico, la confusión musical fílmica es causa de simbiosis mentales de enajenación societal y mediática que en último intento son causas directas, pero icónicas y inconscientes, del extravío  hegemónico de equivalencias culturales, de manera que la persona individualizada deja de integrarse al todo social y se aísla en una confusión prácticamente neuronal y post moderna propia de un cripto-capitalismo crónico en crisis que no ha tomado conciencia icónica de sus contradicciones culturales».

Si bien la anterior cita es la única parte siquiera comprensible del texto de más de seiscientas páginas del autor, no cabe duda que su intención es culpar a las películas americanas del subdesarrollo de ciertos países.

O sea, por ejemplo, colocar un pasodoble en una película de Pancho Villa puede producir una caída en el Producto Interno Bruto de México. Queda, por tanto, a otros pensadores investigar los efectos de películas como el darle música de danzón a una escena en Bogotá, o usar un soundtrack de mariachi en una cinta situada en Madrid, incluyendo la medición de la alteración del valor del Euro en España por esa razón.

Finalmente, otro autor, Stian Kiegaga, tomando esa idea y llevándola a su extremo lógico, ha propuesto que el uso de música adecuada en la cinta adecuada podría producir de hecho una elevación del ingreso per cápita de ciertos países.

Hoado

Dentro de la vida moderna, uno de los más graves problemas que se suscitan en los hogares es la presencia del hoado, es decir, de los hoyos que en las paredes producen los clavos que se usan para colgar cuadros, pinturas y otros ornamentos.

El hoado, desde luego, se presenta inevitablemente en el momento en el que se toma una decisión de redecoración de la casa y que implica mover la decoración de las paredes; el cuadro se retira del lugar y queda el clavo que naturalmente tiene que ser retirado también, lo que sin remedio produce un hoyo, o sea, un hoado en términos técnicos.

El hoado, claramente, puede tener varias dimensiones, desde el que es apenas visible hasta el que produce una superficie afectada de varios centímetros cuadrados. El remedio más económico para los hoados es el de ocultarlos tras otros ornamentos, diferentes, pero ornamentos colgados al fin. Es una posibilidad real que la creciente popularidad de las pinturas de dimensiones cada vez mayores tenga su explicación en el hoado, pues en cada redecoración se producen más hoados y son necesarios cuadros más grandes para ocultarlos.

Resulta relevante reportar que varios pintores modernos han detectado esta necesidad de mercado y, por ende, producido pinturas que pueden ser estiradas para acomodarse a la superficie que es necesario ocultar. Esta es la escuela conocida como el stretch art, que ha llegado a cotizarse a niveles extraordinarios, sin que ello signifique mayor belleza en la obra. De hecho es tanta la presión de mercado en las pinturas que ha sido forzoso declarar bello lo que no lo es, lo que ha producido una degeneración en los gustos estéticos de la era moderna.

Por su parte, la tecnología ha hecho aportaciones importantes para resolver este problema, entre las que debe destacarse el clavo con garantía de no producir hoados mientras el clavo permanezca en su lugar sin ser sacado; la idea es muy ingeniosa, pues lo que ocasiona el hoado es el sacar el clavo y este clavo especializado no se saca, sino que es clavado aún más, hasta al nivel de la pared y posteriormente pintado de igual color que ella.