Como una constante en la vida, las personas viven ocasiones que son incitaciones a tener conductas reprochables. Estas con las tentaciones, sus componentes y consecuencias.
Tabla de contenidos
7 minutos
Introducción
Los sinónimos revelan su significado: atracción, provocación, incitación, seducción, sugestión, fascinación, embaucamiento. En su interpretación más obvia, la tentación es la provocación del demonio que lleva a un acto indebido o pecado.
Ella es esa instigación seductiva que provoca el deseo de algo que generalmente es reprobable. Por ejemplo, la tentación de apropiarse de una billetera que alguien ha dejado caer por descuido. O la de copiar el examen de otro en un curso universitario.
Tentación: definición y elementos
📌 La tentación es una oportunidad que incita a la persona a realizar una acción mala y reprochable. La atracción que siente una persona para tener una conducta moralmente reprobable.
Hay en ella dos elementos centrales.
🔴 Primero, la naturaleza humana de cada persona individual. Variará dependiendo de cada una, de la intensidad de sus inclinaciones, de su conciencia personal.
Reconociendo a la imperfección humana es natural presuponer que la persona tiene una inclinación inevitable a ceder a la tentación. Esto significa tener una existencia rodeada de oportunidades que ponen a prueba la fuerza de voluntad.
🔴 Segundo, la circunstancia externa que presenta la oportunidad de actuar. Una misma oportunidad podrá hacer sucumbir a la tentación a uno, pero no a otro.
Existen dos posibilidades de oportunidad. Una de ellas se presenta sin ser buscada. La otra, por el contrario, es buscada por la persona que así inicia el proceso que le llevará aa sucumbir a la tentación y realizar el acto indebido.
La distinción vital
📌 Está implícita en lo anterior pero debe ser puesta sobre la mesa. Es la separación entre la persona y su acción. Se ha dicho que lo reprobable es la acción cometida y que esa puede ser enjuiciada así. Cosa muy distinta sería enjuiciar a la persona misma en su totalidad.
Por ejemplo, a un terrorista se le acusa de un acto reprobable y por haberlo realizado se le aplica esa calificativo de ‘terrorista’. Sin haberlo realizado —o planeado al menos—, será erróneo aplicarle esa palabra. Quien sufre la tentación frecuente de robar, pero no lo hace, no puede ser calificado de ladrón.
Siendo humanos y sujetos a ceder a las tentaciones, esta distinción es esencial. El cristianismo ofrece una visión convincente: somos todos pecadores, imperfectos, sujetos a tentaciones a las que sucumbimos más de lo que quisiéramos pero que podemos resistirlas.
El cimiento
La tentación sólo tiene significado si se presupone que el mal y el bien existen y son posibles de distinguir. Si ellos no existiesen o fuesen imposibles de conocer, la idea de la tentación no tendría sentido.
El relativismo moral, por ejemplo, anula el concepto de tentación. Si el mal no existe, entonces no habría esa oportunidad que incita a la persona a realizar una acción cualquiera reprochable.
Para pensarse…

«Salvador Dali, Temptation of Saint Anthony» by f_snarfelis licensed under CC BY-NC 2.0.
Ejemplos
Un caso concreto, el de un hombre casado y con hijos. Lleva él una activa vida sexual fuera del matrimonio. La justifica diciendo que así es su naturaleza, que no puede evitar las tentaciones. Alega que ama a su familia pero que en la vida se presentan ocasiones que él aprovecha para múltiples relaciones íntimas con otras mujeres porque le gusta y disfruta al sexo opuesto.
La persona
Este hombre puede ser calificado como ‘mujeriego’. Sea o no casado, no importa, él dice tener una fuerte inclinación a tener contactos sexuales frecuentes y variados. Se justifica a sí mismo suponiendo que así es él, que le gustan mucho las mujeres.
Hay otros muchos posibles casos, tantos como personas existan. La tentación de más poder que lleva al gobernante a violar la ley. La de lastimar a otro porque lo ha insultado. El ambicionar apariencias sociales lo que lleva a robar ropa de alto precio. La de sustentarse en la belleza juvenil que produce adicción a cirugías plásticas. El soñar con un premio de lotería o juego y que conduce a la ruina. La ira contra otros y que lleva a genocidios.
Dos hombres iguales en sus inclinaciones, por ejemplo con un fuerte atractivo sexual por las mujeres, pueden ser muy distintos sin sucumben o no a esa tentación. Uno podrá ser calificado de ‘mujeriego’ pero no el otro. El que siente deseos de hacer desaparecer a los de cierta religión pero no lo hace es diferente al que sí pone bombas en ciertos templos.
La distinción es clara y se observa en el ceder o no a la tentación que crean las tentaciones o debilidades. Quien se sabe débil ante las bebidas alcohólicas y se abstiene de ellas es un caso diferente al de quien sí sucumbe. Lo mismo con el gusto desordenado por el juego, o la ambición desmedida de poder.
La oportunidad
Durante su vida cotidiana enfrentará situaciones en las que la oportunidad de esas relaciones sea probable, sea porque llegan a él o porque él las busca. Quizá un encuentro casual en un restaurante o la visita intencional a algún lugar.
Es el entender a la existencia personal como una secuencia de eventos, muchos de los cuales presentarán una prueba de resistencia ante las debilidades personales. Un gobernante tendrá la ocasión de lastimar a sus opositores usando información obtenida gracias al uso indebido de su poder. Lo mismo que quienes devuelven o no una billetera encontrada en la calle.
Las oportunidades serán una constante inevitable que hará sucumbir o no a tentación. Esta es una variable adicional, la de la frecuencia de caer o no en ella.
🔴 Sucumbir siempre o casi siempre a la tentación. Esta posibilidad describe a los llamados vicios, es decir, costumbres malas arraigadas. Como la del que gasta en billetes de lotería sabiendo que eso daña el bienestar familiar, o la del político codicioso que roba en cuanta ocasión se le presenta, o la del que cede a las tentaciones sexuales.
🔴 Sucumbir nunca o casi nunca a la tentación. Esta posibilidad describe a las llamadas virtudes, es decir, costumbres buenas convertidas en costumbres y que fortalecen a la voluntad. Con esto, será menos difícil soportar las tentaciones, es decir, lo opuesto de lo anterior.
Más una cualidad siempre presente, la del arrepentimiento y corrección de vicios en cualquier momento —al menos así en la concepción cristiana—, que es la condición necesaria para el ser imperfecto.
Una guía
Las tentaciones pueden ser comprendidas viendo a las malas conductas que causan la soberbia, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza.

Globo de ideas relacionadas
Conclusión
Se ha explorado la idea de tentación y de allí se han derivado consecuencias y supuestos, todo en relación a la condición de que existen el bien y el mal —y que la persona puede conocerlos.
Quizá la mayor de las consecuencias de este examen es la separación entre la persona y sus acciones. Mientras que es posible juzgar a las acciones como malas o buenas, la persona permanece aislada de ellas hasta que las realiza.
En un caso simplificado, cualquier persona está con frecuencia frente a tentaciones a las que puede sucumbir. Por ejemplo, forzar una relación sexual en otra persona, sin que pueda dársele el nombre de ‘violador’. Es hasta que realiza la acción que eso es posible, especialmente cuando se realiza con la frecuencia de un vicio.
Otros lectores también leyeron…
Actualización última: