Una forma errónea de razonar que evita la discusión usando un elemento de desviación del tema discutido. La falacia de la distracción intencional.
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Varios nombres, una idea
La falacia se conoce también como «Red herring («arenque rojo» o «arenque ahumado») es un modismo del idioma inglés. Se refiere a una maniobra de distracción, una falacia lógica que desvía la atención del tema tratado».
Se llama también falacia de la pista falsa, «ignoratio elenchi», es decir, hacer caso omiso del argumento presentado. Teniendo varias formas, ella busca distraer la atención del tema central para ventaja de quien la lanza.
Falacia de la distracción, definición
Es bien explicada de esta manera:
«Ignoratio Elenchi (conclusión irrelevante, eludir la cuestión).– Un argumento que puede en sí mismo ser válida, pero no aborda la cuestión de que se trate. Una afirmación usada como apoyo es incompatible con lo que se afirma en otra expresión, también usada como apoyo». homonovusproject.wordpress.com
O bien así:
«El arenque rojo es un tipo de falacia que es un tema irrelevante introducido en un argumento para desviar la atención de los oyentes o lectores del tema original. En la literatura, esta falacia a menudo se usa en novelas de detectives o suspenso para engañar a los lectores o personajes, o para inducirlos a sacar conclusiones falsas». literarydevices.net. Mi énfasis.
En fin, se trata de un truco que sirve para enfrentar una discusión sin necesidad de razonar, por medio del uso de una distracción. Es decir, la introducción de un elemento que no tiene que ver con el tema.
En muchos casos, podrá tratarse de una falacia no intencional, que alguna persona utilice al salirse del tema e irse a asuntos ajenos a él.
Estructura de la falacia
La falacia de la distracción intencional o desvío del tema puede ser entendida de esta manera.
- La persona A afirma x sobre el tema J.
- La persona B afirma no-x sobre el tema J.
- La persona A afirma z sobre el tema K.
El error está en el traslado de temas, de J a K, que no están relacionados, lo que produce un desvío que suspende las argumentaciones de A y B sobre el tema original.
Casos de la falacia de la distracción intencional
Ejemplos de esta falacia:
El candidato C merece ganar las elecciones porque se trata de un tipo amable que tiene buenas intenciones y se ha identificado con la gente.
El futbolista B merece el trofeo del mayor goleador porque es un tipo que se mueve mucho en la cancha, da muchos pases y ha jugado todos los partidos.
Estos diálogos son también muestras de la falacia del desvío de tema:
— El país va económicamente muy bien.
— Pero el crecimiento del PIB es cero.
— Digo que va bien porque la gente está feliz
— El programa de ayuda a los pobres debe ser aprobado.
— No apoyo eso porque es financieramente inviable y ha costado más de lo presupuestado. Debería corregirse.
— Al contrario, debe continuar porque tiene objetivos socialmente benéficos.
Discusión
El truco de la falacia de la distracción intencional es un tanto sutil y se usa con frecuencia. Pero puede detectarse examinando sus elementos centrales.
Una afirmación original
Una persona sostiene una opinión cualquiera dentro de un campo concreto. Por ejemplo: los alumnos que presenten trabajos plagiados deben reprobar la materia por deshonestidad académica. El tema de la opinión y la opinión misma son específicos y concretos.
Una afirmación opuesta
Otra persona afirma lo opuesto. Dice que los alumnos que plagien trabajos no deben reprobar la materia y solamente debe llamárseles la atención con la oportunidad de hacer otro trabajo extra.
El razonamiento desviado
La segunda persona ofrece como argumento de su rechazo a la opinión de la primera el enojo y disgusto que los padres del alumno sufrirían lo que ocasionaría riñas familiares potencialmente graves.
Esto permite ver al pescado maloliente que desvía el camino de la argumentación natural a otro, con la idea de llegar a una conclusión favorable. La reacción de la familia no tiene que ver con el tema de la deshonestidad académica.
O el siguiente «Escenario: Se le pregunta a un político sobre la corrupción en su partido. El político responde diciendo: “Hubo un pequeño problema de corrupción el año pasado, ¡pero miren cuánto más corruptos son en Rusia!”». Un claro caso de desvío de la atención en la corrupción propia a la de otros.
O bien el caso de criminalidad en aumento a pesar de haber implantado políticas destinadas a reducirla. Al ser cuestionado sobre esto, el gobernante responde: «No reunimos todas las mañanas con los responsables de la seguridad y hemos dedicado muchas horas al problema».
En resumen, la falacia de la distracción intencional
El nombre del pescado de fuerte olor se origina en la idea de desviar el olfato de un perro por el camino equivocado —si el perro persigue a una liebre, por ejemplo, el fuerte olor del pescado puede hacerle perder la pista de la liebre y equivocar su presa.
La introducción de un tema ajeno, idealmente de atractivo potente, manda a la argumentación por otros derroteros y suspende la argumentación. Lo que hubiera sido una discusión razonable y balanceada —exponiendo razones de las dos partes— resulta ser un desperdicio de tiempo.
El uso del truco del pescado maloliente es usado con frecuencia de muchas maneras, pero es posible reconocerlo por varias de sus características:
Discusión desviada
La discusión se desvía de su trayectoria y tema. Cuando esto sucede, es casi seguro de que se trata de un caso de esta falacia de distracción intencional o no.
Captura de atención
La desviación de temas captura la atención —es llamativa y atractiva, de tal manera que es difícil reconocer la sustitución del tema original a otro que no es sujeto de discusión.
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