Examen de la situación del suicida. Los elementos y características de una decisión radical tomada en circunstancias emocionales. Estas últimas hacen toda la diferencia. ¿Qué es suicidio?
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Definición y características de suicidio
La idea del suicidio —quitarse la vida por medio de una acción propia intencional. Concretamente entendido así «El suicidio (del latín: suicidium)a es el acto por el que una persona de forma deliberada se provoca la muerte».
Características del suicidio
Tiene elementos que examino en lo que sigue, con el propósito de conocer más de cerca esta acción humana.
1. Un acto decidido
Un suicidio implica una acción iniciada por la persona misma y que tiene como meta específica, el morir. Necesita una decisión previa que evalúa alternativas, la de continuar con vida y la de morir, optando por morir y eligiendo una forma de realizarlo.
2. Acción radical
El suicidio es visto y considerado como una acción radical, poco común y triste, en el sentido de perder una vida. Se asocia a una situación personal también extrema de la que la persona quiere huir totalmente, optando por la medida más radical posible.
3. Circunstancias extremas
Necesariamente las circunstancias de un suicidio son graves y serias. La situación del suicida es de una intensidad alta percibida por la persona, a tal nivel que el escape de la muerte es evaluado como la opción menos mala.
«Por lo general es consecuencia de la desesperación derivada o atribuible a una enfermedad física, una enfermedad mental —como la depresión, el trastorno bipolar, la esquizofrenia o el trastorno límite de la personalidad —el alcoholismo o el abuso de sustancias» Ibídem.
4. Resultado de una evaluación
Eso puede ser expresado en una decisión evaluativa en la situación del suicida. La persona ve frente a sí una vida con circunstancias tales que le hacen pensar que es mejor morir que enfrentar las circunstancias que la causan un pesar realmente intenso.
5. Alta emocionalidad
Claramente la situación del suicida en el momento de su evaluación de alternativas está en un estado emocional agudo y punzante. Una situación que tiene buena probabilidad de oscurecer su proceso de razonamiento y tomar una mala decisión.
Es común aconsejar que las más graves decisiones se tomen con la mente fría —cosa que no sucede en el caso de los suicidios. La situación del suicida, por definición, presenta la perspectiva de dejar de vivir, una medida radical.
6. La vida es la opción obvia
El suicidio tiene un aspecto de considerable importancia, la de la naturalidad de la vida. El vivir es positivo, un valor grande, el mayor de todos los rasgos humanos, que manda castigar el asesinato, que es el quitar la vida a un tercero.
Si matar a otro es reprobable y una falta seria, será difícil argumentar que no resulta igualmente serio el matarse a uno mismo —siendo en su esencia la misma falta de quitar una vida.
Esta característica del suicidio permanece oculta, pero es el centro de la decisión.
El suicidio tiene otra faceta que puede mostrarse al invertir los roles. Si la persona A se encuentra en una circunstancia de una gravedad tan intensa que le pudiera hacer concluir que el suicidio sería un remedio, aún en este caso si una persona B mata a la persona A, sería juzgada por asesinato.
En el caso del suicidio, la persona A y la B se funden en una sola —y sería posible pensar en un asesinato, con un culpable que ya recibió una pena de muerte.
7. Influencias de creencias y valores
La situación del suicida está altamente influida por sus creencias y valores, los que presentan argumentos razonables.
Si, para un cristiano, Dios ha dado la vida a la persona, ella no es dueña de ella y no puede quitársela. Si Dios ha mandado que las personas se amen a ellas mismas y a los demás, el suicidio es un pecado contra ese mandato.
Incluso la opinión generalizada y laica del suicidio coincide con las creencias religiosas al considerar al suicidio algo reprobable y extremo —incluso con alguna dosis de cobardía y miedos no muy justificables
El suicidio, se ha argumentado con sentido común, priva a la comunidad entera de una de sus partes —lo que significa un daño al resto, exactamente igual al daño que se tendría en un asesinato.
Concluyendo
Puede concluirse en lo general que el suicidio es en sí mismo una acción reprobable. Tanto en su sentido práctico como en consideraciones más abstractas y por supuesto, religiosas.
Apunto una característica del suicidio. El asignar a la persona que muere un valor equivalente a cero o, más probablemente, negativo. Es el juzgar que esa persona no tiene sentido, ni merece ser apreciada y que puede disponerse de ella sin consideración alguna.
Quien se suicida necesariamente piensa que su vida vale menos de cero y que, peor aún, ella es dueña de su vida de manera tal que puede perderla como una ganancia propia y ajena.
Cuando alguien piensa esto, debe estar en un estado emocional que la hace incapaz de tomar decisiones sanas. Es decir, la situación del suicida es una de un contenido emocional tan intenso que le impide tomar una decisión adecuada. El mismo principio que aplica a la sugerencia de no tomar decisiones en circunstancias en las que no si piensa con claridad.
A pesar de todo, una forma de suicidio ha sido justificada desde hace ya tiempo —la de la eutanasia para enfermos terminales, que voluntariamente solicitan ser asesinados antes de pasar por el proceso de la muerte natural, un tema en el que no entro.
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[Actualización última: 2023-02]