La actitud del ciudadano ante los impuestos. Eso que determina la preferencia por la legalidad o por la economía subterránea y la informalidad. Moral fiscal producto de la conciencia personal del ciudadano.
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La moral fiscal
Si toma usted el libro de Sneider, F., y Williams, C. C., Shadow Economy, publicado hace poco, encontrará una idea que vale oro.
[El libro consultado es el de Sneider, F., y Williams, C. C. (2013). Shadow Economy. Institute of Economic Affairs. Puede ser descargado gratis en Institute of Economic Affairs.]
La llaman «tax morale» y tiene su tiempo. No fueron ellos sus creadores, pero resulta que en esa obra apuntan que es la principal causa de la evasión de impuestos y de la economía subterránea.
📌 En español puede ser llamada «moral fiscal». Algo como el ánimo fiscal. El sentido del deber de cumplir con la ley y pagar impuestos como una acción voluntaria.
La definición de esta actitud positiva ante los impuestos que lleva al ciudadano a pagar querer sus impuestos tiene sus elementos.
Elementos que producen las percepciones de las personas y la manera en la que ellas reaccionan ante las obligaciones fiscales. Desarrollan la moral fiscal nacional, positiva o negativa.
Quizá la mejor forma de expresarla es la de actitud de las personas frente a los impuestos. Y esa manera de reaccionar en el momento de decidir pagar o no impuestos está formada por una serie de percepciones que las personas se han formado.
Percepción general de justicia
Es una idea de juego limpio y justicia en el sistema fiscal. La moral fiscal depende de esa percepción general de que las reglas impositivas son justas, o no.
De eso dependerá mucho de la decisión de ir por el camino de la legalidad o por la ruta de la informalidad y la economía subterránea.
Los aspectos siguientes son los que afectan a la moral fiscal del ciudadano y que le invitan a aceptar pagar sus impuestos, o a evitarlos en lo posible.
1. Un juego parejo para todos
Es la percepción, por un lado, de que todos o casi todos pagan impuestos y pagan lo que les corresponde. Esta creencia moverá a las personas a una moral fiscal positiva y estarán más dispuestas a pagarlos.
Pero, por otro, si las personas tienden a pensar que el no pagar impuestos es una costumbre generalizada y que no pagan quienes deberían pagar, ellas tenderán a evadirlos tanto como puedan.
2. La percepción del gobierno mismo
Otra percepción particular es la de la imagen general del gobierno y los gobernantes.
Si las personas ven a su gobierno negativamente, será mayor la probabilidad de que decidan evadir impuestos. Y lo opuesto, la moral fiscal será positiva cuando vean a su gobierno positivamente.
Percepciones de ineficiencia, de corrupción y similares, alimentarán la intención de evadir impuestos. En México, por ejemplo, una noticia común de la que esta es solo una muestra, producirá una actitud negativa ante los impuestos:
«Diputados locales se adjudicaron un “doble regalo”: se aprobaron un incremento salarial de 3 mil pesos y un “bono de gestoría” de hasta 35 mil pesos por mes, con el que presuntamente efectuarán trabajo asistencial en sus respectivos distritos» Proceso, 20 febrero 2013.
O bien esta otra, entre muchas, y que influyen notablemente cuando son frecuentes.
«Representantes de Organismos no Gubernamentales (ONG) asistieron a la Contraloría del Estado para dar seguimiento a la investigación sobre el aumento del sueldo de Teresa Martínez Galván, suegra del gobernador Jaime Rodríguez, «El Bronco», cuando fue funcionaria en la entidad». msun.com
3. Calidad de los servicios gubernamentales
Conectada a la anterior es otra percepción, la de la calidad de los servicios públicos y del funcionamiento de las instituciones.
Si el ciudadano percibe que sus impuestos pueden verse en buenas calles, policía y demás, tenderá a aceptar pagar sus impuestos.
Y lo opuesto, la moral fiscal preferirá no pagar impuestos cuando no percibe que sus impuestos se ven en buenos servicios e instituciones.
Una nota como la siguiente, que abundan, eleva la percepción de malos servicios. Una noticia pequeña repetida muchas veces afecta la percepción de la calidad de los servicios que presta el gobierno.
«Pese a que hace algunos meses la calle Guanaceví fue pavimentada y tenía los carriles delimitados con pintura, recientemente fue objeto de algunas labores de recarpeteo, las que resultaron ser de mala calidad, por lo que generó molestias entre los empresarios de la zona». elsiglodetorreon.com.mx
4. La justicia fiscal misma
Igualmente, también influirá en el mismo sentido la percepción de la justicia específica del sistema fiscal.
La persona valorará la justicia del sistema en si se pagan los impuestos que en justicia deben pagarse, si esos recursos se usan con eficiencia y en bien de la sociedad y si el trato de la autoridad fiscal es amable y objetivo.
Concluyendo
Esas y otras percepciones que el ciudadano tiene del gobierno crean eso que se llama moral fiscal o actitud ante los impuestos.
Es decir, la predisposición de las personas a pagar impuestos o a evadirlos. Y son una causa central de la evasión de impuestos, la mayor de todas.
5. La moral nacional general
Hay otra percepción que es más general, según esos autores, la del nivel moral general de la sociedad.
Donde la moral sea laxa y se perciba que pocos respetan la ley, tenderá a haber más evasión que donde suceda lo contrario.
En México, por ejemplo, existe el dicho «el que no transa no avanza», entendiendo «transa» como embuste, engaño, como justificación de una moral que no se respeta.
📌 La idea de la moral fiscal nacional resume muy bien una noción razonable: las personas tenderán a evadir impuestos cuando perciben que su gobierno no merece ese pago. Que el ciudadano no recibe lo que da.
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[Actualización última: 2023-03]