Ciclo B
Textos de un laico: ciclo B
Cada columna contiene un intento de encontrar los comunes denominadores de las tres lecturas de la misa católica de cada domingo del ciclo B. Ellas presentan un resumen del Evangelio del día, y de las dos lecturas anteriores.1 domingo adviento (ciclo B)
Es esta expectación la mayor que podemos tener, la presencia de Jesucristo entre nosotros, su nacimiento como humano y por medio de quien podremos llegar de nuevo al Padre.
Sagrada Familia (ciclo B)
Dios mismo llega al mundo y lo hace dentro de una familia. Mayor importancia no tiene ninguna otra institución humana.
25 domingo ordinario (ciclo B)
El bien es superior, infinitamente superior: es la paz, la comprensión. Es Dios mismo, como el justo que se pone frente al mal y triunfa con la resurrección y la salvación universal.
2 Domingo adviento (ciclo B)
Los festejos deben realizarse, pero más importante es que la casa esté limpia. Esa casa es nuestra alma. Por eso debemos limpiarla de las faltas que hemos cometido y así Nuestro Señor llegará a un lugar limpio y digno.
Ascensión del Señor (ciclo B)
Tenemos una obligación de amar a los demás y que toma la manera de actuar siendo siempre testigos de Jesús.
9 Domingo Ordinario (ciclo B)
¿Por qué sólo un día honrar a Dios? No sería lógico. Podemos y debemos honrarle todos los días. Jesús hizo el bien todos los días y con su luz, todos los días podemos hacerlo.
Cristo Rey (ciclo B)
Cristo Rey se nos presenta como una brújula que guía nuestra vida, el destino final al que debemos ir: esplendoroso, regio. Saber que tenemos un destino así es ocasión de gozo y alegría sin fin.
Domingo de Ramos (ciclo B)
"Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios" y había muerto en su forma humana para salvarnos. El acto de amor más grande que puede realizarse y que no puede ser descrito con palabras humanas.
5 Domingo Cuaresma (ciclo B)
Nuestro Creador no nos ha dejado abandonados, al contrario. Una y otra vez ha establecido alianzas con nosotros.
3 Domingo Pascua (ciclo B)
Es la prueba de que hemos comprendido a Jesucristo, cuando podemos sacar del corazón esas palabras. «En ti, Señor, confío».