El gobernante en la democracia aún no ha hecho su fortuna. Él se corrompe en el ejercicio del poder y eso será mayor conforme más grande y concentrado sea el gobierno. La multitud entiende eso muy bien. En la democracia, la corrupción es contagiosa.

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Introducción

En la democracia, la corrupción puede ser epidémica, contagiosa. Esto es el aprovechamiento desleal de la posición del gobernante para su provecho personal y la obvia consecuencia del perjuicio de otros.

Una idea de Tocqueville ayuda a entender la naturaleza y la razón de la corrupción gubernamental. Democracia y corrupción, ella se contagia en todos.

Paso a paso examina el tema en regímenes democráticos y aristocráticos, para llegar al punto culminante más tarde: la corrupción contagiosa de la democracia. No solo llega al gobernante, sino también a la misma gente.


📕 La idea está tomada de Tocqueville, Alexis de (1989). La Democracia en América Vol 1. Madrid. Aguilar Maior, pp. 215-217.


Aristocracia, democracia y corrupción

En su primera consideración, Tocqueville señala que los regímenes democráticos y los aristocráticos se acusan mutuamente de corruptos. La verdad es que en ambos tipos de gobierno existe la corrupción, aunque ella no es igual en los dos.

Desde luego, hay que entender que para Tocqueville, en ese tiempo, su obra contrastaba los regímenes aristocráticos como el de su país natal, con el sistema republicano de los EEUU.

El tipo de gobernante es muy diferente en las aristocracias y en las democracias.

📌 Dentro de un sistema aristocrático, el gobernante es una persona de gran fortuna, cuya motivación principal no es el logro de mayores ganancias, sino el ejercicio del poder. Por el contrario, en las democracias llegan al poder personas que tienen su fortuna por hacer.

El gobernante, en un sistema democrático, no es la persona de gran riqueza. Su motivación principal puede ser el ejercicio del poder, pero ese gobernante democrático no tiene hecho aún su patrimonio.

Comienza así la demostración de que en la democracia, la corrupción es contagiosa.

Gobernantes democráticos y aristocráticos

De lo anterior, puede deducirse que en los sistemas aristocráticos los gobernantes son poco accesibles a la corrupción y solo tienen un gusto muy moderado por el dinero, mientras que en los pueblos democráticos sucede lo contrario.

Dentro de las aristocracias, quienes aspiran a llegar a los asuntos públicos son poseedores de grandes fortunas y los puestos en el gobierno no podrían dar cabida a todos los que lo desean, por tanto, el gobierno en cierto sentido está en subasta.

Son los de gran fortuna quienes compran de alguna manera su entrada al ejercicio del poder.

Por su lado, dentro de sistemas democráticos, quienes aspiran a llegar a puestos gubernamentales no son ricos y son muy numerosos.

Dice Tocqueville que tal vez en las democracias no haya menos hombres en venta, pero no hay casi compradores y habría que comprar a demasiada gente para obtener el objetivo.

📌 De esa diferencia, puede concluirse que en las democracias la corrupción se ejerza más sobre los gobernantes y en las aristocracias más sobre los gobernados. En la democracia se corrompe a los funcionarios públicos; en las aristocracias al pueblo mismo que se vende a la autoridad a cambio de sus favores. La corrupción se da en ambos sistemas, solo varía su objeto.

La conclusión

Se da por tanto, una confirmación de todo lo anterior. En las aristocracias, la corrupción se practica para poder llegar al poder, mientras que en las democracias la corrupción está más en el ejercicio del poder.

El aristócrata aprovecha las oportunidades de corrupción para llegar a gobernar, cuando el gobernante democrático se corrompe en el ejercicio del poder.

Esta es una consideración que a Tocqueville le permite obtener una conclusión tan razonable que casi parecería una ley física.

En la democracia la corrupción daña más al tesoro público que a la moralidad. Y en las aristocracias la corrupción daña más a la moralidad que al tesoro público.

Corrupción y tamaño de gobierno

¿Dónde es más probable que exista corrupción gubernamental? ¿Qué es lo que hace que ella se dé en mayores proporciones?

📌 Hay una relación directa y proporcional entre el tamaño del gobierno y la corrupción de ese gobierno.

De nuevo, la respuesta de Tocqueville toma la forma de un principio matemático con fuerza en sí mismo.

📌 Las grandes corrupciones solamente pueden darse donde el gobierno está muy concentrado en pocas manos y donde el gobierno sea el responsable de realizar las más grandes tareas.

Si todo lo demás permanece constante, habrá una relación directa y proporcional entre el tamaño y la concentración del gobierno y la corrupción de ese gobierno. A gobierno más grande y concentrado, mayor corrupción del gobernante y viceversa.

Corrupción y sociedad

Es en las consecuencias de la corrupción, donde Tocqueville revela aún más las luces de su entendimiento.

Dice que si bien los hombres que gobiernan en la aristocracias son los que tratan de corromper a los demás, son los gobernantes de los regímenes democráticos quienes se muestran corruptos ellos mismos.

En las aristocracias se ataca directamente a la moralidad del pueblo, pero es en la democracia que se ejerce una influencia sobre la conciencia pública a la que hay que temer todavía más.

Es vano afirmar que en todas las clases de hombres se encuentran las pasiones deshonestas y que pueden existir gobernantes corruptos en cualquier tipo de régimen. Esa afirmación no satisface, ni permite un entendimiento del fenómeno de la corrupción.

Corrupción contagiosa en la democracia

Hay en la corrupción de quienes llegan por azar al poder, algo grosero y vulgar que hace contagiosa a esa corrupción en la multitud.

En las depravaciones aristócratas hay un alto refinamiento y aires de grandeza que no permiten que esas depravaciones se popularicen. El pueblo no penetrará nunca en el espíritu de las cortes aristócratas y con mucha dificultad podrá entender la bajeza que se oculta en los modales refinados del aristócrata.

Pero el gran peligro es otro, pues en la democracia el vicio de la corrupción tiene más probabilidades de popularizarse. Es más contagiosa la corrupción del gobernante democrático que la del gobernante aristócrata.

Robar el tesoro público o vender los favores y permisos del gobierno, lo comprenderá el menos inteligente de los ciudadanos, quien se jactará de poder hacer eso mismo él de estar en la misma posición.

Con dificultad se entenderá la bajeza oculta en modales educados, pero con facilidad se entenderá y querrá imitar el robo del tesoro público y la venta de favores. La corrupción es contagiosa en la democracia.

📌 Es decir, la corrupción tiene más probabilidad de propagarse en un sistema democrático al ser realizada por personas que están en proceso de formar su fortuna, a la luz de todos y ser ejercida en el poder, donde todos entienden cómo se logran esas fortunas.

Para terminar

Al final, el autor hace otra distinción. Dice que no es de temer tanto el conocimiento de la inmoralidad de los grandes gobernantes, sino la inmoralidad que conduce a la grandeza.

Dentro de las democracias es sencillo ver cómo un hombre común sale de las filas mismas de la ciudadanía para en pocos años tener poder y fortuna.

Eso echa a volar la imaginación de sus iguales anteriores, quienes son más propensos a atribuir la buena fortuna de esa hombre a sus vicios que a sus virtudes.

Por eso es que se mezclan las ideas de inmoralidad y de poder, de corrupción y de éxito. Se muestra así a la corrupción contagiosa de la democracia.


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[La columna fue revisada en 2023-06]