El asunto de la manera para llegar a esa cantidad exacta. Un problema muy viejo y con una solución admirable. La propuesta por un grupo de personas hace varios siglos. ¿Qué es un salario justo y cuál no lo es?

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Introducción

Los Escolásticos Tardíos realizaron un examen sorprendente, y hasta perturbador, sobre la cuestión del salario justo. De esto hace unos 500 años.

Las ideas de estos personajes tienen la ventaja de tener los pies bien puestos en el suelo y de seguir razonamientos de amplio sentido común. Sean aceptadas o no, estas ideas son sin duda difíciles de rebatir. 

Ellas son fascinantes por dos razones. Primero, dan la apariencia de un juicio frío y calculador, carente de todo rasgo humano. Segundo, son lógicas y encuentran la solución para elevar los ingresos de empleados y trabajadores.


📕 El libro consultado fue Chafuen, Alejandro Antonio, Christians for freedom : late-scholastic economics. San Francisco. Ignatius Press, chapter 9, Wages, pp. 123-129.


📍 El tema de la columna se asocia con otros, como el de las propuestas para elevar salarios mínimos por mandato, las conquistas laborales y la causa principal del desempleo. Más las ideas acerca del seguro de desempleo y la ley laboral.

Salario justo y justicia conmutativa

Los Escolásticos Tardíos no andaban por las ramas. Para ellos, la cuestión de los salarios es parte de la justicia conmutativa. Esto significa que los salarios deben examinarse como parte de los procesos de compra y venta, los intercambios.

Esta perspectiva tiene su origen en Santo Tomás de Aquino. Para él, un sueldo es la remuneración recibida por un trabajo, algo como el precio del trabajo.

Para san Bernardino de Siena y para san Antonino de Florencia, el salario ya no es algo como el precio del trabajo, sino el mismo precio del trabajo.

La visión del salario como el precio del trabajo está confirmada en otros dos sacerdotes del mismo período.

Para Henrique de Villalobos, el salario debe ser tratado de la misma manera que son tratados los precios de los demás productos. Luis de Molina, dice que si una persona puede rentar sus pertenencias, lo mismo puede hacer prestando servicios a otros.

Salario es el precio del trabajo

Una vez determinado que el salario es el precio del trabajo, queda por ver lo que constituye un salario justo. El análisis del salario justo, primero, impone la necesidad de ver cómo se determinan los precios en el mercado.

Por ejemplo, Luis Saravia de la Calle dice que el salario de los trabajadores debe examinarse con los mismos principios dedicados a estudiar los precios de los bienes. Una vez establecido ese marco de análisis, vienen las definiciones de salario justo.

¿Cuál es el salario justo?

San Antonino menciona que el salario justo es ese que se establece por medio de la estimación común, pero sin mediar engaños.

Leonardo Lessio, 1626, dice algo similar. El salario es justo, si es similar al pago acostumbrado, mientras esté dentro de los límites del precio justo. Y agrega que si el sueldo cae por debajo del límite mínimo, no deben apresurarse conclusiones, porque muchas personas pueden aceptar libremente ese sueldo.

Esta manera de pensar también fue comentada por Luis de Molina. En su opinión, el salario justo es el que se paga por trabajos similares en circunstancias similares.

Por tanto, si el salario acordado para un caso concreto es al menos equivalente al más bajo que se acostumbra pagar en la región por un servicio similar, el sueldo deberá considerarse justo.

Justicia en decisiones libres

📌 Por consiguiente, para los Escolásticos Tardíos la costumbre y la decisión libre entre trabajadores y patrones es lo que determina la justicia en el salario.

A esta consideración, ellos añaden un elemento extra. Es un elemento sorpresivo y para muchos será perturbador. El salario y las necesidades del trabajador son cosas independientes.

Por ejemplo, Molina menciona que el patrón solo está obligado a pagar el salario sin considerar si es o no suficiente para el sustento del trabajador.

El trabajador de hecho acepta un sueldo de manera libre porque, aunque no sea suficiente para sus necesidades, le ayuda y se complementa con otros trabajos que puede realizar.

📌 El punto central es considerar que cuando muchos están dispuestos a aceptar un cierto sueldo, este no puede considerarse injusto a causa de no ser suficiente para una familia que tiene muchos hijos, o que desea una casa más grande.

Molina es contundente al respecto, incluso señala que si el trabajador toma algo del patrón, eso se considera robo y hay obligación de restituirlo, aún en el caso de pobreza extrema.

La voluntad libre

La característica de libertad en la aceptación de un sueldo es una columna central en el pensamiento de estos doctores. Ese es el salario justo.

Por ejemplo, Domingo de Soto dice que el sueldo debe considerarse justo si es aceptado de manera voluntaria. Si hay consentimiento en la aceptación de un sueldo, no puede haber daño. En todo caso, si al trabajador no conviene un cierto salario, está en libertad de dejar a ese patrón.

Otro Escolástico Tardío, Villalobos, critica a quienes hablan de que un salario está por debajo de lo que es justo. Dice que eso no es creíble, puesto que en caso de ser cierto, el trabajador acudiría con el patrón que más salario le pagara.

Pero, ya que no pueden encontrar a ese otro patrón, simplemente aceptan el precio de su trabajo fijado en el mercado de manera espontánea.

Al igual que en el caso de Molina, para de Soto, no puede justificarse el robo al patrón, aun en caso de un salario que no sea suficiente para cubrir necesidades.

Salario justo: libertad y consentimiento

La libertad y el consentimiento mutuo en la aceptación de un ingreso son las claves del salario justo. Por parte el empleador, este tiene la libertad de rehusar el pago de un salario que considere elevado, según Villalobos.

Es de sentido común, que nadie pueda ser forzado a comprar o rentar algo que no desea. El problema está, desde luego, en la evaluación del precio del trabajo que presta el trabajador.

Si los salarios son bajos es porque los servicios prestados valen poco, que es lo que sucede cuando existen bienes en el mercado, pero no hay compradores. No hay motivo de queja por salarios bajos, pero sí hay una razón objetiva de ello. Las fuerzas de la oferta y la demanda entran en juego.

En el mercado se fijan los precios de los bienes, incluyendo el precio del trabajo.

Otro Escolástico, Joseph Gibalini toca este punto con claridad. El salario justo considera el servicio que presta el trabajador y toma en cuenta la abundancia o escasez de trabajadores que presten servicios similares.

El resultado de esto es el salario común para ese servicio que se paga en la región y repite que no hay por qué tener en cuenta las necesidades de los trabajadores.

El Cardenal Juan de Lugo reitera esa misma idea. El salario del servidor es justo si al menos es el mínimo de lo que comúnmente se paga por ese tipo de trabajo. Tampoco, dice, tiene relación con las necesidades del trabajador.

Pero, la cuestión no para allí. Al igual que otros de los Escolásticos, como Molina, Silvestre y Covarrubias, Lugo afirmó que el trabajador no tiene derecho a recibir sueldo cuando se ausenta por motivos de enfermedad, a menos que en el contrato de empleo se acuerde otra cosa.


«Si una comunidad tiene abundancia relativa de equipo de capital moderno, altos niveles educativos, trabajadores calificados y un sistema eficiente para organizar la actividad productiva, la productividad del trabajo será relativamente alta. Eso y nada más es la base de los salarios altos.»

— Armen Alchian

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Incluso de las buenas intenciones del gobernante que desea mejorar el bien de asalariados y de la falacia de la buena intención, así como de la llamativa idea de F. Bastiat sobre los efectos económicos visibles e invisibles.

Conclusión: la obvia reacción hoy

La primera reacción ante estas posturas, posiblemente sea la de una dureza innecesaria. Es una impresión equivocada. Más un sentimiento que un análisis, como se ve en el origen de las leyes laborales actuales.

Los Escolásticos Tardíos están seriamente preocupados por el bienestar de todas las personas. Pero lo que hacen es apegarse a las consecuencias lógicas de su respeto a la libertad individual y al consentimiento voluntario entre las partes.

El punto, sin embargo queda, ¿cómo hacer que el salario se eleve?

En los comentarios anteriores ya se dio la clave. Es el aprecio y el valor percibido en el servicio del trabajador lo que le hará elevar sus ingresos y no otra cosa.

San Bernardino toca este tema al hablar de la capacitación y del entrenamiento de los trabajadores. Dice que cuanto mayor es esa capacitación, es menor la oferta de esos trabajadores y que, como consecuencia, ellos tendrán mayores ingresos.

Cuanto más preparación sea necesaria para realizar un trabajo, si todo lo demás permanece constante, más apreciado se vuelve ese trabajo. Por eso es que un abogado o un arquitecto tienen remuneraciones mayores a las de un cavador de zanjas.


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[La columna fue revisada en 2023-07]