Esta columna hace una aportación lingüística proponiendo nuevas palabras que persiguen facilitar los diálogos y las conversaciones de las personas con términos más precisos y específicos. Es parte de una colección de ellas que puede verse en ContraPeso.info: nuevas palabras, clasificadas dentro de la etiqueta ContraPeso.info: humor.

Hay palabras necesarias pero inexistentes y que deben ser creadas. Este es otro intento de más palabras de esas.

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Distrafle

Se da este nombre a la serie de movimientos generalmente de tipo corporal que las personas realizan cuando ven cerca de ellas a individuos que no desean saludar.

Digamos que en un centro comercial alguien camina tranquilamente paseando y sin prisa volteando a los aparadores y viendo a algunas de las personas que por esos pasillos transita.

Repentinamente esta persona ve a un conocido ese que es un antipático marca mayor que siempre está hablando de sus enfermedades. Se cruzan las miradas una fracción de segundo, pero en aras de evitar el encuentro, la persona voltea inmediatamente a ver su reloj movimiento que le permite aparentar que no ha visto a ese otro individuo.

Este movimiento para ver el reloj es un distrafle. Quizá el más clásico de todos.

Lo mismo es voltear la cara para platicar con el acompañante o cualquier movimiento similar. Es decir. para que exista un distrafle es necesario que se tengan varios elementos de manera simultánea.

Primero, una persona a la que no se quiere saludar por la razón que sea. Segundo, un movimiento corporal que cuanto más espontáneo parezca, mejor. Tercero, por último, la continuidad de la actividad normal dando la impresión de que nada ha pasado. De quien no se ha visto a la persona que no se deseas saludar.

Desde luego el corazón de distrafle es esa espontaneidad. En esto recae la credibilidad de todo.

En lo general la espontaneidad es una función correlacionada con lo aparatoso del distrafle pues es mucho menos creíble un distrafle obvio como ver el reloj, que una caída al piso en la que la persona se rompe el hueso de una pierna y se tiene que llamar a los paramédicos.

Cuembarde / cuembardía

Dícese así de la persona que expresa un alto nivel de cobardía cuando enfrenta la situación incómoda de pagar una cuenta en un restorán o en un bar.

Tales situaciones de cobardía son manifestadas por los seres humanos de maneras muy diferentes siendo la ida a los sanitarios la más común de ellas, es decir, la persona que siente una probabilidad siquiera baja de tener que pagar la cuenta en un restorán sale de su lugar con el pretexto de tener una necesidad corporal urgente.

De esta manera se ausenta de la mesa en el momento en el que muy posiblemente llegará la cuenta y más tarde mostrará sorpresa al saber que la cuenta ya sido liquidada por los imprudentes que permanecieron sentados en la mesa.

La cuembardía, desde luego, presenta diversas facetas siendo la anterior la más común. Sin embargo existen otros pretextos que persiguen el mismo objetivo: haber olvidado la cartera, la tarjeta de crédito está a su máximo, o alguna otra que por lo general muestra una enorme falta de imaginación.

Existe obviamente diversos y muy variados pretextos para pasar el peso de la cuenta de un consumo personal a otros: que el cónyuge examina los gastos, o bien que uno fue el que pagó en la ocasión anterior cuando eso es una clara mentira.

La especialista

Este asunto ha sido examinado con gran profundidad por la señora Lucille Deloubanbou en su libro La Etiqueta En La Mesa donde el capítulo correspondiente señala que es de mala educación el hacer cuentas en la mesa, pues lo correcto es tomar el total de la cuenta y dividirlo en partes iguales que cada persona cubrirá con cargo a su bolsillo sin preocuparse por quién pidió la ensalada con langostinos aunque ésta tenga un costo superior.

Desde luego esta autora considera un error grave de educación el levantarse de la mesa cuando llega el momento de pedir la cuenta.

Cuencusión

Un fenómeno relacionado con este es el de la cuencusión y que se refiere a la serie de arrebatos de papel que realizan las personas que se disputan el pago de la cuenta en un restaurante.

Por lo común la situación es la siguiente: el mesero lleva a la mesa el papel en el que se indica el total del consumo realizado, muchas veces con el análisis correspondiente de los platillos consumidos, acción que de inmediato produce el movimiento de los brazos de varias personas que intentan tomar el mencionado papel, cada una de ellas alegando que es una invitación personal, lo que a su vez produce una reacción idéntica en las otras personas.

Pidiella

Palabra usada para nombrar un tipo de manchas que se producen en los dientes frontales, generalmente de las mujeres, provenientes de la mala aplicación de lápices labiales usados sin precaución ni cuidado. Muchas veces, la pindiella produce bromas y chanzas entre las personas que se dan cuenta de que alguien sufre este fenómeno.

Los Laboratorios Jolie-Jolie, con sede en Kiskundorozsma, Hungría, han lanzado un nuevo tipo de lápiz labial destinado a remediar la pindiella, gracias a un ingrediente adicional en su formulación, extracto de manzana podrida. Cuando la persona percibe ese sabor, entonces sabe que sufre una o más pindiellas, pudiendo así remediar la situación casi de inmediato.

Estos laboratorios planean sacar al mercado otras variaciones de este producto, acomodados a diversos países; por ejemplo, para México, sus lápices labiales contendrán extracto de chile habanero. Las pruebas iniciales de este producto en ese país, sin embargo, indican que esos lápices labiales están ya siendo usados como un ingrediente adicional en varias recetas de cocina.

Sefa

Llámase así a la postura corporal que adopta el ser humano cuando se comen tacos mexicanos de pie y simultáneamente se intenta evitar las manchas de salsa en el atuendo, pues obedeciendo a la ley de la gravedad la salsa escurre por el lado del taco más alejado de la boca.

Varios remedios han sido sugeridos para evitar esas manchas de salsa mexicana. Uno de ellos y sin duda el más popular es la sefa; pero también existen otros que son dignos de mención. Existe la posibilidad de hacer que el taco sea doblado ligeramente en la parte media, lo que impide que la salsa salga por ninguno de sus extremos, lo que es un truco del comensal refinado y experimentado.

También, ha sido sugerida por la Universidad de Cosautlán de Carbajal, Estado de México, la posibilidad teórica de una salsa sólida no derrapante, adherible a la tortilla, aunque esto sea tan solo una especulación en extremo abstracta. Lo cierto es que la sefa no solo se realiza estando de pie como antes se pensaba, pues también el ser humano adopta esa postura comiendo tacos sentado.

Los estudiantes de estas cuestiones afirman que la inclinación teórica correcta es de 45 grados a partir de la línea de la cintura, pero que ella es rara vez realizada por ser terriblemente incómoda. La inclinación promedio es mucho menor, siendo la más común una de diez a quince grados con respecto a la vertical y que se adopta sólo en el momento de dar la mordida al taco mexicano.

Quelo

Termino muy usado en la cocina y con el que se designa a un fenómeno por demás curioso señalado por primera vez en 1888, por la Academia de Estudios Primarios de Baba en Ecuador, según consta en los anales rescatados por el célebre Ledar Al-Mahid de Babía en México.

Se trata de un curioso fenómeno de atracción láctea entre fragmentos de queso introducidos dentro de un líquido caliente, por ejemplo una sopa de cebolla o una sopa de finzollina, la famosa planta salvaje de Bitonto, Italia.

La realidad es que los fragmentos de queso se atraen mutuamente y llegan a formar una masa de tal tamaño que es imposible colocarla en la cuchara e ingerirla, lo que puede ser causa de penosísimas situaciones sociales. Se tiene noticia de un solo queso que promete no hacer eso, y que es el elaborado en Bamba, Mali, un poblado que tiene problemas de registro legal de la propiedad intelectual de su nombre con Veracruz, México, cosa que ha impedido el desarrollo y promoción global de ese queso.

Lo que no puede ignorarse dentro de la cocina es este fenómeno, por el que pequeños trozos de queso echados, por ejemplo, dentro de una hirviente sopa de cebolla, tienden a unirse para formar esa masa enorme de queso que hace imposible ser ingerida, a menos que se recurra al uso de cuchillo e incluso tenedores.

Sí, como se dijo el quelo, nombre de este fenómeno, es motivo de penas y sonrojos en reuniones sociales en los que el anfitrión tiene la desfachatez de servir esa combinación fatal de queso dentro de líquidos calientes.

Realmente el quelo no había sido llevado al escenario mundial hasta que las autoridades de Canelones, Uruguay, durante una cena de gala destinada a festejar la visita de las autoridades de Chamba, India, tuvieron la ocurrencia de servir sopa de cebolla con queso dentro y sucedió lo que era fácilmente predecible: los hindúes no supieron cómo comer esa sopa y sus acciones causaron la risa de los uruguayos, lo que fue considerado un insulto y ocasionó la breve Guerra del Quelo no hace muchos años, la que fue cancelada después de cinco minutos de duración, una vez que ambas autoridades hicieron cálculos del dinero necesario para trasladar sus tropas a territorio enemigo.

Cierto que hubo un acuerdo en el sentido de que la guerra podía celebrarse en un territorio a medio camino entre las dos naciones, pero fue imposible convencer a las autoridades de la isla de Chichi, Japón, para ceder unos cien metros cuadrados en los que los combates de celebrarían por la mañana temprano, después de las nueve hora local.

Shuido

Claramente derivada de la palabra ruido y el reclamo de silencio en shh, este termino se refiere a ruidos tan poco audibles que la mayoría de ellos pasan desapercibidos para la persona promedio, especialmente durante el día, mientras que por las noches crece la probabilidad de escucharlos

En pocas palabras, por tanto, el shuido es un tipo de ruido de muy escaso volumen, apenas audible, pero que además puede llegar a ser muy molesto, como lo evidencian algunas interrupciones del tipo «Espera, calla, ya oíste ese ruido, calla te digo» y que generalmente es seguido por una descripción del ruido, como «¿Ya lo oíste? Oye bien, allí está…trum, trum… no, no es así, trush, trush.. ¿lo oyes?… ¿estás sordo?»

Adicionalmente, los shuidos pertenecen a una parte de la Psicología Anormal, la que estudia a las personas con oídos sobrenaturales a quienes molesta cualquier ruido, por pequeño que sea, que su coche produzca. Y que llegan a extremos absurdos, como el mandar su auto al taller para que le quiten ese ruido tan molesto que es como un, por ejemplo, «tas, tas» y que hace solamente cuando no tiene encendida la radio.

Olivoltad

Con claras raíces en las palabras oliva y dificultad, este término hace referencia a los problemas que presentan los frascos de aceitunas para sacar de ellos el primero de esos alimentos.

La olivoltad es un fenómeno único de los frascos de vidrio y no de las latas, pues es muy conocido que en estas últimas es muy sencillo sacar la primera aceituna, no así en los frascos que tienen bocas mucho más estrechas. La olivoltad ha sido hasta cierto punto resuelta empacando menos aceitunas en los frascos, lo que ha tenido un efecto colateral imprevisto: la dificultad de pincharlas mientras ellas se mueven de un lado a otro en el líquido del frasco.

Vililaje

Así es nombrada la acción que consiste en la vigilancia de las propias piezas de equipaje que realiza la persona generalmente en aeropuertos y recepciones de hotel, con el objeto de confirmar que efectivamente nadie ha robado o tomado ese equipaje por equivocación.

Esta acción es generalmente un síntoma del nerviosismo que los viajes producen en las personas. Por eso es que conviene citar textualmente un párrafo de la obra de la autoridad mundial en aeropuertos, Bruce C. Kagan, con la amable autorización de la Editorial de Cacador, en Brasil, en el que por primera vez fue usada esta palabra.

«Por mucho que viajar sea una actividad llena de encanto, no deja de presentar una realidad llena de pesares, nerviosismo y contrariedades. Hay vuelos cancelados, pérdidas de documentos y un sinnúmero de calamidades. Los viajeros enfrentan otro problema mayúsculo en los aeropuertos. Se trata del tiempo y cómo pasar un numero indefinido de horas ante retrasos frecuentes y otras calamidades. Hay quien dice que los retrasos en los vuelos son provocados artificialmente por compañías editoriales que así dan tiempo a la gente para entretenerse leyendo cualquier cosa.

«Otro de los grandes acontecimientos en un aeropuerto es la vigilancia del equipaje, donde los temperamentos más fuertes y templados se resquebrajan. No únicamente la vigilancia de las bandas de entrega de equipaje para evitar que otro viajero tome el equipaje de uno, sino también la vigilancia del equipaje ya recogido. Igualmente, es necesario para muchos mantener los ojos sobre el equipaje de mano que ya está dentro de los compartimentos del avión, no sea que alguien decida propiarse de él. En general, el vililage está correlacionado con rasgos paranoicos del viajero».

Colactita

Es el nombre dado a las coladeras viales que se encuentran en las calles de las ciudades, cuando ellas se encuentran en un nivel superior al del pavimento. En lo general, son aceptadas como colactitas a las coladeras que tienen un diferencial de cinco centímetros por encima del pavimento.

Su contrario es la colagmita, que es la coladera que se encuentra cinco centímetros o más por debajo del nivel del pavimento.

Ha sido usadas las colactitas y las colagmitas para medir el índice de desarrollo de varios países por parte del Comité De Estudios De Economía y Vialidad que es un organismo que depende de Banco Mundial.

La teoría de ese organismo es simple: la suma no algebraica de los diferenciales de las coladeras con respecto al pavimento tiene una correlación inversa con el nivel de desarrollo de los países, excepto en aquellos casos en los que el país es tan pobre que no tiene ni coladeras, ni pavimento, ni calles.

Por ejemplo, en los países de mayor desarrollo esas sumas no van más allá de unos pocos milímetros por habitante, mientras que en países emergentes y subdesarrollados llega a ser de más de un metro per cápita.

Existe un fondo especial del Banco Mundial, formado hace varios años, que intenta remediar este problema para lo que se han hecho préstamos por más de 2,000 millones de dólares sin que hasta la fecha se hayan logrado los resultados esperados.

De hecho, el índice nacional de colactitas y colagmitas se elevó en más de 22.46% por encima del período anterior al de los préstamos.

Sin embargo, no todo es negativo, como lo muestra el reporte de la Asociación Local De Talleres Automotrices de Santa María de Nanay en Perú. Un párrafo de este reporte dice textualmente lo siguiente:

El periodo reportado se caracterizó por la consolidación de las estrategias y la expansión de nuestros afiliados, dentro del comportamiento acostumbrado de la economía nacional y jugando un papel importante las autoridades locales con su alto desempeño en las labores de pavimentación cuyas características permitieron una elevación significativa del número de averías de amortiguadores y partes conexas que nos ha significado un incremento en los ingresos brutos de casi la totalidad de los afiliados.

Se refiere esta mención, desde luego, a la derrama económica que es generada por las colactitas y las colagmitas cuando ellas llegan a extremos en los que son necesariamente dañados los vehículos de la población. Cifras estimadas de la misma asociación indican que de ser reparadas y niveladas esas fallas en el pavimento, podría haber un desempleo superior a 34% entre sus afiliados.

Saláculo

Uno de los enigmas químicos más grandes de nuestra época es precisamente el saláculo, palabra que da nombre a las extrañas sustancias que tapan los orificios de los saleros impidiendo que la sal sea servida en la ración y dosis deseada por el comensal. Aunque también sucede en los pimenteros, eso es poco común, pues son precisamente los saleros las víctimas más frecuentes de las sustancias que forman el mencionado saláculo.

De escasa importancia en los buenos restaurantes y para los buenos comensales, el saláculo sí es un problema real de los restaurantes de categorías normales y de los comensales que temen al chef y que por tanto prefieren ser ellos quienes condimenten la comida a su gusto muy personal. Pero es en la parte química donde el saláculo ha cobrado una importancia extraordinaria, pues se desconoce aún en la actualidad, la serie de componentes exactos que lo forman.

Los expertos

Si bien antes se pensaba que el saláculo era el producto normal de la sal humedecida que se adhería a los orificios del salero, ahora los expertos están muy inclinados a aceptar la Theory of Spontaneous Saltculification originalmente propuesta por Joseph Ito do Carrabobo durante el III Seminario de Proveedores Culinarios de Tomatlán, en México.

La teoría completa es en extremo compleja, pero bien puede ser explicada diciendo que las sustancias que forman el saláculo son en buena parte tóxicas, pues cuando siete kilos de saláculo fueron administrados a dos ratas en un período de dos horas y ambas murieron. El reporte causó gran conmoción y diversos gobiernos emitieron leyes y disposiciones que persiguieron la limpia rutinaria del saláculo en restaurantes.

Fue precisamente la autoridad local de Tetonia, Idaho, la que decretó la obligación de los restauranteros para limpiar cada cinco minutos los saleros del condado evitando así la formación del saláculo y generando una caída tal en la calidad del servicio de esos establecimiento que sus habitantes prefirieron salir a comer al condado más cercano en el que la autoridad había hecho caso omiso del reporte sobre el saláculo.

Sea lo que sea, además de sal y agua, el saláculo puede contener algunos componentes adicionales, orgánicos e inorgánicos, cuya descripción completa puede quitar el hambre a cualquiera. Es posible encontrar, por ejemplo, restos fecales de arácnidos y roedores, por no mencionar de seres humanos, lo que sucedió en un restaurante de Siquisique, Venezuela, donde su propietario se defendió argumentado que no solo el saláculo contenía esos ingredientes, sino también el resto de sus platillos y que nunca ninguno de sus clientes había sufrido enfermedad alguna, con excepción de Bill Smith, un americano que pidió una hamburguesa y tuvo una conmoción al saber que en ese restaurante no había catsup.

Vísfera

Esta palabra hace alusión a la pequeña esfera que se encuentra en los labios de vasos y copas de vidrio. La vísfera es, por lo general, signo de baja calidad en los mencionados artículos.

En realidad, más que una esfera, se trata de un pequeño promontorio de forma curva colocada en la orilla del vaso o copa y que es fácilmente detectada al tacto, como ha señalado Corda de la Monfoucaux, la célebre autora del libro de etiqueta Ah, mon Dieu!

De gran influencia durante los principios del siglo 20, esta obra propuso la discriminación legal de toda persona que usara copas y vasos con vísferas, lo que justificó por la incapacidad de tales receptáculos para servir buen vino ya que la lengua y los labios de los nobles pueden correr el riesgo de lastimarse. Por considerarse de interés general, a continuación se mencionan los principales hechos de la vida de Corda de la Monfoucaux.

Febrero de 1880: nace la futura autora en Desineauxuau-sur-les-Autreux, por la noche, en el mediodía de Francia.

Marzo de 1890: es expulsada de la escuela por ser incapaz de escribir bien el nombre de su pueblo. Jura venganza contra su profesora.

Septiembre de 1895: huye de casa y se establece cerca de París como vendedora oficial de fósforos en el barrio de Desineauxuau-sur-la-Seine. Al darse cuenta de eso, jura venganza contra el alcalde de la ciudad.

Enero de 1900: por accidente hace amistad con un noble, el conde de Desineauxuau-sur-la-Mer. Comprende su destino y reconociendo esa fatalidad, decide hacerse amante del noble, de quien aprende rápidamente los modales más refinados. Hace de la cocina su afición y no sale de ella, a donde fuerza al conde a visitarla por las noches y hacerle el amor disfrazado de pan enharinado.

Agosto de 1915: comienza sus célebres apuntes por lo que visita a cientos de nobles de los que obtiene información sobre sus aficiones, gustos y hábitos. Decide realizar un manual de etiqueta de la mesa en el que establecería las reglas universales de la gente civilizada.

Diciembre de 1916: pide a su amante importar un salvaje a quien promete educar con su sistema. Tiene éxito mediano, pues el salvaje aprende a comer con gran exquisitez usando tenedor y cuchillo, pero insiste en pinchar el muslo de Corda pues por accidente han importado a un caníbal. Corrige el manual.

Marzo de 1917: termina su libro y decide publicarlo con la editorial Desineauxuau-sur-les-Libres. Tiene un éxito extraordinario y en un año realizan tres ediciones, incluyendo una traducción al francés, pues ella nunca pudo escribir bien su lengua materna dada su escasa educación oficial y la muy insuficiente necesidad que esa educación hacía en las labores que ella realizaba con el conde.

Octubre de 1920: convertida en una celebridad, Corda es invitada frecuente a todos los salones de París cuyos asistentes solicitan consejo sobre sus hábitos y educación. Resuelve el problema del moco en la nariz ajena que tanto preocupaba a Madame Mosenieauseax y ello la hace acreedora a una jugosa parte de su herencia.

Diciembre de 1920: muere trágicamente al ser atacada por el salvaje que había importado unos años atrás, quien al fin come parte de su muslo. París se acongoja ante los terribles hechos. Es enterrada en el cementerio de Desineauxuau-sur-les-Tombes.

Tuingo

Muy común durante las ceremonias cívicas y reuniones en plazas públicas, el tuingo designa al ruido que produce el cable que iza una bandera contra el asta, generalmente de metal.

Desde luego, el tuingo se realiza exclusivamente en situaciones en las que existe viento suficiente como para mover el cable o cordón, como bien lo ha señalado el doctor Mbeg Mbebg del Instituto de Mediciones Sonoras de Umtata, en Sudáfrica. Más aún, no sólo debe existir viento suficiente, pues también la calidad de los materiales influye ya que el tuingo producido por un asta de madera y un cordón de hilo sería prácticamente inaudible.

Si bien en primera apariencia el tuingo puede carecer de valor, los estudios de la Revista de Asuntos Políticos de Tulchin, Ukrania, han registrado el caso de los sucesos de El Grullo, Jalisco, una población que hace ya varios años sufrió las consecuencias de violentos desmanes populares posteriores a la celebración de un mitin político.

Según las versiones más confiables, un candidato a alcalde de esa ciudad daba un discurso político durante el cual un vendedor de globos dejó escapar su mercancía; los globos, por supuesto, se elevaron llamando la atención de quienes escuchaban al candidato, los que voltearon sus caras para ver los globos ocasionando el enojo y rabia en el candidato que encontraba a su audiencia distraída ante tal bagatela. La ira e irritación del candidato llegó a tal nivel que perdiendo el control exclamó «pueblo globero».

El insulto a los ciudadanos fue escuchado por todos, lo que ocasionó protestas que crecieron hasta que una fuerte ráfaga de viento produjo varios tuingos en extremo sonoros, que fueron confundidos con tiros de pistola. La conmoción, desde luego, fue colosal y sujeta a los análisis de diversas instituciones, los que llegaron al consenso de considerar al tuingo como el factor principal de tanto alboroto.