¿Qué decirle a alguien que defiende al relativismo? Aquí se ofrecen ocho respuestas que critican y desmantelan al subjetivismo moral y cultural. ¿Cómo responderle a un relativista?
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Introducción: las respuestas a un relativista
El relativismo es una realidad. Una breve parte de la obra de Kreeft y Tacelli ayuda a entender cómo responder a un relativista, demostrando sus errores. Ellos ofrecen una lista de respuestas en contra del relativismo.
Aunque su tema es netamente religioso, al final los autores presentan un capítulo extraordinario sobre su refutación. Este es un análisis de las respuestas en contra del relativismo moral.
📕 La idea de esta carta fue tomada de la obra de Kreeft, Peter, Tacelli, Ronald K (1994). Handbook of christian apologetics : hundreds of answers to crucial questions. Downers Grove, Ill. InterVarsity Press, Part 6 Conclusions, Chapter 15 Objective Truth, Refutation of Subjectivism, pp. 372-382.
📍 La idea de tener cómo responder a un relativista lleva necesariamente a ideas relacionadas, como el postmodernismo, el relativismo cultural y el relativismo moral. Sin olvidar a la Ética sentimental y emotiva.
Relativismo, precisiones iniciales
Los autores dan inicio a esta parte de su obra con unas breves precisiones para entrar en materia y poder encontrar cómo responder a un relativista.
El escéptico, dicen, es aquel que cree que la verdad no puede ser conocida. El relativista dice algo distinto, que todos tenemos la verdad.
El escéptico niega la verdad y lo que el subjetivista niega es el error. El relativista es quien dice que para una persona puede ser verdad lo que para otra no lo es, Es decir, no hay verdades universales.
Respuesta básica contra el relativismo
Responder al relativismo es algo sencillo de hacer con el siguiente argumento. Es el más devastador de las respuestas en su contra.
📌 Si la verdad es subjetiva, eso significa que algo puede ser cierto para mí pero falso para ti. Por tanto, esa «verdad» relativista no es cierta para mí, sino solo para quien la cree. Peor aún, la afirmación de que todo es relativo es una aseveración no relativa.
Fuentes originales del relativismo
Kant
Su revolución en filosofía fue la aseveración de que nuestro conocimiento no conforma al objeto real. Lo que conocemos viene de la mente y de allí se proyecta al mundo.
Desde luego, Kant estaría espantado de ser visto como subjetivista, pues pensaba que hay una realidad que nos da objetos a conocer, aunque nunca podríamos llegar a conocerlos como son.
Es una posición contradictoria, pues si lo que dice es cierto, él no podría haber afirmado que hay cosas en sí mismas que no podemos conocer. Pero es cierto, en parte, pues las personas influyen en las cosas que conocen, como el medir objetos usando escalas arbitrarias.
Hegel
Su historicismo afirma que toda la realidad es un proceso histórico. La verdad, por tanto, cambia con el tiempo. En parte es cierto, por ejemplo, cuando se examina el significado de «persona educada» en diferentes siglos.
Pero esa idea es contradictoria, pues presupone que para poder ser creada el autor está en una posición en la que su afirmación no está afectada por el tiempo. Es decir, en una posición objetiva.
También, esa posición del autor implica que se está negando la verdad de una objetividad, lo que necesariamente implica la existencia de la objetividad para poderlo hacer.
«Si [Hamlet] en lugar de fingirse loco fluctuando entre las profundidades de la filosofía, el arrojo de la venganza o el suicidio, al final de cada agravio, envainada la daga, hubiera exclamado: «Bueno, ¿y qué?», y luego se hubiera rascado una pierna, Hamlet hoy no sería el ente brumoso y atormentado de la tragedia, sino el príncipe de un relativismo de andar por casa que hace de la duda una fuente de felicidad y no de desdicha».
— Manuel Vincent
¿Cómo responder a un relativista?
A continuación, se presentan diversas posiciones de relativismo moral con sus objeciones. En recuadros se presentan las afirmaciones que lo defienden y a continuación su respuesta. Este es el corazón de esta parte del libro.
Primera respuesta al relativista
El relativista dice que… Los valores son relativos a cada cultura. En diferentes culturas se encuentran diferentes valores. Es obvio que debe concluirse de esta realidad que los valores son relativos.
Este razonamiento tiene errores. Las culturas, igual que las personas, pueden equivocarse. No puede presuponerse que las culturas no yerran en sus razonamientos.
No es realista partir de la idea de que las culturas son infalibles y tienen la capacidad de desarrollar valores perfectos.
Lo que sí varía entre culturas son las opiniones de lo que está bien y de lo que está mal, no lo bueno y lo malo en sí mismos.
Una cierta cultura puede opinar que es bueno hacer sacrificios humanos mientras que otra cultura aborrece esa costumbre. La opinión sobre los sacrificios humanos es diferente, pero no la maldad inherente en esos actos.
Los valores objetivos existen, aunque algunas culturas puedan tener opiniones diferentes sobre unos de ellos. Más aún, en el estudio de las diferentes culturas no existen casos de un conjunto totalmente diferente de valores.
De hecho hay una gran consistencia en el considerar positivas acciones de honestidad, valor, cooperación, justicia y demás. Y en el considerar equivocadas acciones de robo, mentiras, estupidez, cobardía, egoísmo y otras.
Las culturas, en otras palabras, tienen más de coincidencias que de diferencias.
Existe otro error adicional en ese razonamiento del relativismo.
📌 La Antropología no es responsable de encontrar nuevos valores, sino de descubrir culturas con diversas opiniones y manifestaciones. La Antropología no está encargada de estudiar valores, una tarea es responsabilidad de la Ética.
«Un filósofo que dice que no hay verdades solo interpretaciones, corre el riesgo de ser cuestionado si eso es una verdad o solo una interpretación».
— Roger Scruton
Segunda respuesta al relativista
El relativista dice que… Es una realidad que las personas aprendemos nuestros valores de la sociedad, la que impone sus creencias en nosotros. Por lo tanto, los valores son una creación de la mente de los padres de familia, de los profesores y de la sociedad en general, que condiciona al individuo.
Este argumento a favor de la subjetividad o del relativismo, comete el mismo error anterior.
Es decir, confunde a las opiniones con los valores, de lo que solo podría decirse que la sociedad nos enseña valores sin condicionarnos. Las personas humanas no somos ratas de laboratorio sobre las que puedan imponerse cosas sin límite y mecánicamente.
Más aún, el hecho de aprender valores teniendo como fuente a los padres y los maestros no implica que esos valores sean subjetivos.
En una sociedad pueden prevalecer opiniones que coincidan o no con valores objetivos. Ese hecho no prueba la inexistencia de principios morales absolutos. Tampoco prueba que un valor sea subjetivo porque él es enseñado por un profesor.
La visión de un humano que es condicionado irremediablemente por la sociedad no considera la capacidad humana de pensar, razonar y tener iniciativas.
Tercera respuesta contra el relativista
El relativista dice que… El relativismo moral produce tolerancia, mientras que el objetivismo moral causa intolerancia. Al creer que se tiene la verdad objetiva se tratará de imponer esa verdad en los demás.
Aún si se acepta que el objetivismo moral produce intolerancia, ello no niega la existencia del valores morales objetivos. Un valor objetivo moral puede existir implique o no la intolerancia.
Más aún, los valores objetivos, positivo de la tolerancia y negativo de la intolerancia, van a ser tomados con mayor seriedad por el objetivista que por el relativista. Para este último será simplemente un valor que puede ignorar, lo que no sucede con el objetivista.
Si se proyecta el razonamiento del subjetivista de que todos los valores son relativos, necesariamente debe concluirse que también lo es ese valor que él predica, la tolerancia.
Cuando el subjetivista reclama a la tolerancia como un valor que debe respetarse lo está haciendo dándole un peso objetivo. De lo contrario aparecería como intolerante al tratar de imponer sus ideas en los demás.
Cuando el subjetivista predica tolerancia y respeto a valores culturalmente relativos, se convierte en intolerante de las culturas que predican una posición contraria. Él trata de imponer sus valores en los demás.
A esto, debe añadirse otro razonamiento. ¿Debe ser tolerada la intolerancia?
Una contestación negativa implica que el relativista reconoce el valor objetivo de la tolerancia o que está siendo intolerante, que es lo contrario que predica.
Una contestación afirmativa significaría que el relativista no tiene razón en enfrentarse a quienes tienen posiciones objetivistas.
La misma defensa de la tolerancia demuestra la existencia de un valor objetivo, digno de ser custodiado, que es exactamente lo que propone el objetivismo moral.
Cuarta respuesta al relativista
El relativista dice que… Las ocasiones poseen tanta variedad y diversidad que es imposible llegar a tener una regla universal de comportamiento que sea aplicable a tal multiplicidad de situaciones. Siempre será posible encontrar circunstancias en las que lo aceptado como malo, por ejemplo robar, pueda ser visto positivamente.
Aún si este argumento fuera válido, no se aprobaría al subjetivismo, sino algo diferente, un relativismo situacional.
Se mantendría como objetiva y positiva la acción, por ejemplo, de mentir cuando los nazis pedían informes sobre la localización de algunas personas;. Seguiría siendo válido el defenderse e incluso matar en defensa propia.
Lo que este argumento en pro del relativismo señala es que principios objetivos deben ser aplicados a situaciones concretas, lo que supone la existencia de un valor objetivo.
La moralidad está formada por (1) principios absolutos y objetivos, (2) situaciones objetivas y relativas y (3) motivos subjetivos. Los tres deben ser correctos, no solamente uno de ellos.
Quinta respuesta en contra del relativista
El relativista dice que… Los motivos buenos son los que hacen a una persona buena, lo que es subjetivo. No se hacen acciones buenas con motivos malos, ni accidentalmente.
Para ser personas buenas se tienen que realizar acciones buenas. Las motivaciones de las personas no pueden ser aisladas de los hechos.
El acto de amar, por ejemplo, está relacionado directamente con acciones objetivas positivas como la ayuda, la caridad, no con el daño.
«En la discusión acerca de los problemas morales, el relativismo es el primer refugio de los sinvergüenzas».
— Roger Scruton
Sexto argumento en contra del relativismo
El relativista dice que… Si no se es libre para tener valores morales propios, creados por uno mismo, entonces no se es realmente libre.
Quien así razona está partiendo necesariamente de una idea que considera a la libertad como un valor objetivo, no creado por él. Es decir, está partiendo de la existencia de un principio no relativo.
La libertad presupone valores, no los crea. Más aún, si la libertad es vista como algo bueno, ello implica que debe ser alejamiento de algo malo, lo que implica aceptar valores objetivos.
La idea de crear valores propios personales es una tarea enorme e imposible, pues lógicamente significaría crear un universo totalmente diferente.
Quien presupone haber encontrado nuevos valores en realidad ha redescubierto valores olvidados o ignorados.
Séptima respuesta para el relativista
El relativista dice que… Los valores son necesariamente subjetivos porque no han sido descubiertos por la ciencia, ni por los sentidos, ni por las matemáticas.
Razonar así es una contradicción, porque eso que se está afirmando no puede ser descubierto por la ciencia, ni por los sentidos, ni por las matemáticas.
Este otro de los argumentos contra el relativismo ataca a la reducción indebida del «ver» limitándolo a solo lo que los ojos hacen. También se puede «ver» con la mente, es decir, pensar y razonar.
Octavo argumento en contra del relativismo
El relativista dice que… La moral y los valores pueden ser explicados sencillamente como una herramienta de la evolución para sobrevivir.
Este argumento reduce a la moral al nivel de un instinto de sobrevivencia.
La moral no se vive como un instinto que señala lo bueno y lo malo. Los instintos son incapaces de señalar sin error lo bueno y lo malo, pero la moral sí lo hace. La moral trasciende los instintos.
En un terreno de lógica, además, no es racional aceptar que de lo menor, el instinto, surja lo mayor, la moral.
El instinto establece el «es», pero la moral determina el «deber». Si se acepta esta idea del relativista, se estaría reconociendo que todos los instintos deben ser seguidos. Eso es imposible por la contradicción que entre ellos se da.
Globo de ideas relacionadas sobre cómo responder a un relativista
Así como al examen de las consecuencias del subjetivismo moral y la disponibilidad de un compendio de argumentos en contra del relativismo.
Más la fascinante idea de la intolerancia sabia.
Otros conceptos asociados son los referentes al marco mental del relativista, por ejemplo, la moral negociada, el carácter histórico de la Moral y la filosofía que produce la mala interpretación de la liberación personal.
Ella se ha expresado en frases como «Haz lo que quieras» y «Sé tú mismo».
Concluyendo
Se han expuesto ocho formas de responderle a un relativista en contra de su postura. Cada una de ellas puso atención especial en ideas relativistas frecuentemente defendidas.
Lo que los autores hacen es proveer un arsenal de respuestas que individualmente apoyan sólidamente la existencia de valores no relativos. Con eso dan un fundamento más sólido a la promoción de la libertad humana.
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