Esta columna hace una aportación lingüística proponiendo nuevas palabras que persiguen facilitar los diálogos y las conversaciones de las personas con términos más precisos y específicos. Es parte de una colección de ellas que puede verse en ContraPeso.info: nuevas palabras, clasificadas dentro de la etiqueta ContraPeso.info: humor.

Alfufo

Nombre que designa popularmente a los filamentos de los focos o bombillas que se han fundido. La necesidad de esta nueva palabra se fundamenta en la connotación excesivamente técnica que tiene el término filamento y que no tiene una contrapartida más coloquial y accesible.

Desde luego, la existencia de la palabra alfufo es causa de una mayor riqueza en la descripción de las acciones que permiten conocer si el foco está o no fundido, como lo ejemplifica el siguiente diálogo de un comercial televisivo reciente.

— Sí, creo que está fundido este foco, pero no le puedo ver los filamentos si están o no rotos. El foco está todo ahumado.
— No seas tonto, nada más tienes que sacudirlo y ver si le suena el alfufo, lo que significa que sí está fundido. Entonces vas y pones un foco nuevo, a uno que no le suene el alfufo.
— Pues no le oigo nada. Por más que lo muevo no suena el alfufo. Deberían hacer alfufos con más capacidad de hacer ruido.
— Ya lo ves, por eso te dije que compraras focos y bombillas marca Pinocho, que sí tiene alfufos sonoros y te hacen la vida mucho más fácil.
Locutor: Pinocho, focos que casi son una sonaja.

ContraPedia agradece el permiso de Atkinsoni & Achessoni, una agencia de publicidad en Bitonto, Italia, para citar en traducción el diálogo de ese comercial creado por ellos para uno de sus clientes mayores.

Curigeración

Es con mucho, la curigeración, una de las conductas de mayor simpleza que se conocen dentro del género humano, equivalente al menos a la ingenuidad que se presenta cuando en una reunión de hombres alguien dice que sólo tomará un trago para luego retirarse de inmediato a su casa.

Por supuesto, la curigeración es la palabra que da un nombre al acto por el cual una persona, generalmente actuando de manera solitaria frente a un refrigerador, trata de ver si efectivamente la bombilla de este aparato se apaga al cerrar su puerta.

Corresponde este acto a una curiosidad innata en los humanos y que nos es muy diferente a la actitud que ha llevado a varios descubrimientos científicos y tecnológicos.

Por ejemplo, en la poco conocida biografía de Heberio Lujones, ha sido fielmente documentado que a la edad de seis o siete años, pasó varios días tratando de determinar si en la realidad el foco de un refrigerador permanece encendido cuando este se encuentra cerrado, lo que generó poco tiempo después la leyenda de que las personas que realizan curigeraciones son más inteligentes que el resto.

Fue un chef francés de nombre Pierre de la Cruyeux, quien al principio de la década de los 50, el siglo pasado, creó un platillo al que bautizó como Choissette Crispant à la Pervèréux y del que afirmaba que era capaz de encender los focos internos de los refrigeradores que guardaban ese platillo.

Ya que, desde luego, esa afirmación era imposible de probar falsa, fue considerada como un caso sin sentido por la comunidad científica, pero no así por el resto de las personas que creyeron en su mayoría esta fantástica historia e hicieron de ese platillo uno de extrema moda en esa época.

De hecho, la revista ¡Qué Tal! de esos años contiene muchos reportajes en los que se narran los sucesos sociales de los ricos y famosos y en los que más de la mitad reportan fiestas y tertulias en las que los invitados disfrutaban de la Choissette de de la Cruyeux.

Uno de los ejemplos más extremos de estos casos es el de la íntima reunión del Duque de Cirimiri, en su palacio de Cogolludo, España, en el que sirvió ese platillo a más de 1,200 asistentes, reportando esa revista en el encabezado principal que el duque había quemado severamente su pulgar con una chistorra muy caliente mientras atendía a los amigos, cosa que le obligó a ser atendido por el más famoso médico en quemadas de pulgares, que casualmente se encontraba en ese palacio.

Volviendo al tema, la revista Jornal do as Locas, publicación especializada en el carnaval de Bebedouro, Brasil, en un reciente artículo reportó que la inmensa mayoría de la población mundial ha intentado verificar si efectivamente se apaga el foco de la nevera cuando su puerta ha cerrado; efectivamente, el 98.5% de las personas en cuyas casas existe un refrigerador ha hecho esa prueba al menos una vez en su vida.

Confúmero

Dase este término a la confusión mental que invade a los plomeros o fontaneros y sus ayudantes cuando ellos realizan la colocación de las llaves de agua en casas y demás edificios y construcciones, en lo que se refiere a la asignación de las llaves correctas de agua fría y caliente.

Estas llaves, por lo general, tienen en su parte superior letras que las identifican para cada temperatura de agua; sin embargo, ya que esas letras se encuentran en idioma inglés con la letra C para el agua fría (Cold), el plomero coloca esa llave para el agua Caliente, dejando la H de caliente (Hot) a la imaginación del usuario del lavabo.

La mejora de llaves que vienen con colores azul para la fría y rojo para la caliente, no parecen haber hecho mella en las neuronas de los plomeros y fontaneros que suelen asignarlas al azar, incluso alternando su colocación entre izquierda y derecha.

En el apartado dedicado al término acuajustar se tiene información al respecto del confúmero. A esa información debe añadirse que esas confusiones han causado daños en las personas, pues sus manos han sido quemadas por causa de la intempestiva salida de agua en extremo caliente de la llave que hacía suponer que se trataba de la agua fría.

Esta problemática social ha ocupado el tiempo de diversos gobiernos que, teniendo problemas más graves que resolver, han querido hacer del confúmero un issue de la actualidad; a tal punto han llegado estas autoridades que, por ejemplo, en Babahoyo, Ecuador, existen reglamentos de construcción para el plomero que haya realizado las instalaciones que hayan causado quemaduras por esta razón.

Desafortunadamente, las primas de los seguros de responsabilidad civil de esa profesión han subido a tal nivel que los honorarios de los fontaneros llegan a niveles impagables para el ciudadano normal que así ha visto incrementar sustancialmente el costo de la construcción de viviendas.

Borsil

Sustantivo que es dado a la pequeña pieza de forma cilíndrica y fabricada de metal, que sirve para sujetar el borrador o goma a los lápices.

Usualmente, el borsil viene con estrías, a veces de color, que sirven para identificar al fabricante y dar cierta personalidad a cada lápiz. Desde luego, la función del borsil se considera de enorme importancia, pues una falla en su diseño o construcción significaría que el metal deja libre al borrador, y el metal entra en contacto con el papel ocasionando con certeza total la rotura del mismo.

La única publicación del mundo especializada en el borsil es un trade magazine de la antigua URSS, El Borsil Marxista, que ahora sobrevive en el poblado ruso de Uhkta (declarada recientemente ciudad hermana de Utah, el estado americano).

Si bien ya en una etapa de escasa popularidad, en el clímax de esta publicación ella ejerció una gran influencia en ese país, incluso llegando a figurar como elemento de indoctrinamiento ideológico. Muestra de esto es el siguiente fragmento del número correspondiente a marzo de 1989.

(…) las falsedades capitalistas son mostradas con facilidad, como lo ha venido haciendo la presente publicación desde 1918, en las construcciones de los borsiles que han querido ver en ellos un elemento de agresión imperialista, mientras que los pacíficos pueblos soviéticos siguieron, siguen y seguirán manteniendo su postura pacifista que ve en el borsil un adelanto significativo en la difusión y concientización proletaria, como lo señala desde 1933 el camarada Gusov, nuestro gran líder, quien ha investigado lo suficiente como para afirmar con total certeza que gracias a los borsiles revolucionarios el camarada Stalin pudo hacer las depuraciones tan necesarias del Politburó y dar así a las doctrinas soviéticas una pureza aún mayor a la de su fundador Marx.
(….) el hecho es incontenible, pues se demuestra que los borsiles soviéticos son por esencia mejores a los fabricados por los decadentes imperialistas que usando esa técnicas de sojuzgamiento quieren usar el borsil como instrumento de dominio en los países no alineados, mientras que la hermandad soviética es reflejada en la solidaridad de envíos de borsiles a nuestros hermanos encargados de las luchas de liberación, para que así ellos puedan escribir con fe revolucionaria y con menos roturas de papel sus comunicados y declaraciones, dentro de la tradición histórica y dialéctica que considera a las computadoras como enemigos del estado y sentenciamos así su pronta desaparición…

Cosmopolota

Así como el término cosmopolita es aplicado a las ciudades grandes y de gran internacionalismo, la palabra en cuestión, cosmopolota, se aplica a las ciudades que han rebasado toda lógica de tamaño y son tan grandes que afectan sensiblemente la vida de sus ciudadanos.

Si se toma un criterio estrictamente numérico, los expertos sobre el tema consideran que toda ciudad superior a los tres o cuatro millones de personas debe considerarse ya dentro de la categoría de cosmopolota. También, hay especialistas que consideran que toda ciudad que rebasa 1 hora de tiempo para ser cruzada en auto con tráfico fluido debe caer en esta categoría.

Por lo general, las ciudades consideradas cosmopolotas están asociadas con diversas variables, como la contaminación: cuanto más cosmopolota es la ciudad mayor es su contaminación ambiental y, desde luego, hay mayores padecimientos y enfermedades entre sus habitantes.

Otra variable correlacionada con este tipo de ciudad es la criminalidad, pues estas ciudades suelen tener proporcionalmente mayor cantidad de crímenes. Uno de los mayores expertos urbanistas de la actualidad, Saturnino von Schwolohouw, de la Universidad de Cabo Meares, Oregon, publicó un estudio sobre el tema que en su parte medular dice lo siguiente:

La verdad es que yo tenía la intención de hacer un estudio completo sobre las características que distinguen a las ciudades cosmopolotas y para ello me trasladé a una de las capitales más grandes de América Latina con los diversos equipos de medición y el diseño de mi estudio. Sin embargo, eso me fue imposible porque todo mi equipo fue robado en el aeropuerto de esa ciudad y tan solo me quedé con mis papeles.
Dos días después vi que mi mismo equipo estaba en venta en uno de los mercados populares del oriente de esa ciudad. Lo compré y di comienzo a mi estudio de inmediato. Tres días más tarde suspendí de nuevo el estudio pues mi equipo fue robado de nuevo y las autoridades de esa ciudad me arrestaron. La causa del arresto fue la falta de permiso legal para usar contadores manuales de automóviles en las calles.
Para salir libre pagué ese permiso aunque no poseía ya esos contadores. Quise salir de regreso a mi país, pero me lo impidió una laringitis galopante que me obligó a permanecer enfermo en el hotel durante casi una semana. El día que regresaba a mi país, perdí el avión por causa de una marcha de protesta que impidió el paso al aeropuerto. Tuve que regresar al hotel y solicitar un vuelo al día siguiente, lo que también me fue imposible pues esa noche fui asaltado dentro de la habitación de mi hotel. Sin tarjetas ni dinero, caminé hasta el aeropuerto. En ese trayecto, sin embargo, pude recabar mucha información sobre esta ciudad, la que a continuación expongo…

Cicle

Dentro del terreno de la circulación vehicular, los cicles se refieren a esos objetos de escaso volumen, a veces de característica reflejante, que sirven para separar carriles, o bien señalar en el piso áreas que merecen alguna precaución.

Aunque las hay azules y rojas, la mayoría de los cicles son blancos o amarillos, y como se dijo antes, reflejan la luz de los autos para que sean más fácilmente notorios. El uso principal del cicle es dar información al conductor, de manera que pueda notarse sin dificultad la línea que separa a dos carriles de una sola dirección, o la separación entre dos carriles de sentido diverso.

El cicle es, por tanto, una ayuda al automovilista y forma parte de la misma categoría de objetos en la que están incluidos los semáforos, las líneas de peatones y todos los avisos de calles y sus sentidos. Desde luego, resulta por demás conveniente el dar un apelativo a estos objetos, pues con frecuencia las personas no tienen el vocabulario que es necesario para hacer más eficiente la comunicación interpersonal. Por ejemplo, los siguientes diálogos muestran la enorme conveniencia que se logra al tener una palabra específica para este objeto.

• Diálogo inicial, sin la palabra cicle, que hace ver la cantidad de palabras que son necesarias para lograr un entendimiento correcto con la otra persona:

Digo, ya ni la friegas, porque como que se siente una vibración en tu mueble, como que se pone uno nervioso y es que todo lo que haces es poner al coche sobre las cosas esas brillosas que los de Tránsito ponen en las calles para que idiotas como tú sepan que hay varios carriles y no anden causando contrariedades a los demás.

• Segundo diálogo, en el que ya se usa la palabra cicle y que por ese hecho hace que toda la comunicación obtenga incluso un alto nivel de elegancia:

Perdona que te interrumpa, pero creo que tu auto va circulando sobre los cicles, lo que sin duda ya has notado gracias a las vibraciones que ellos producen. Gracias y perdón por haberte interrumpido. Estabas diciendo que Sartre opinaba que…

Pero los cicles ya no tienen sólo esa útil aplicación en la circulación de los automóviles, también tienen un muy reciente uso en el mundo del arte.

Tal y como lo ha reportado la revista Museos de Cecina, Italia, uno de los pintores de esa localidad ha desarrollado una técnica que él mismo describe como «una despiadada crítica del postmodernismo vial».

Este artista realiza sus obras en la parte trasera de una camioneta pick-up, al aire libre, mientras ella es conducida por un chofer que tiene el encargo de hacer pasar al vehículo por cuanto cicle hay en la calle, lo que da a sus pinturas un movimiento pocas veces logrado en la historia del arte de nuestra época.

Las palabras del mismo artista, Gustav Pasmanhabharatata, son muy descriptivas: «Las vibraciones que producen los baches, los cicles, las colagmitas, las colactitas, todo ello ayuda al movimiento de la mano que traza las líneas de la pintura al mismo tiempo que la otra mano es usada para mantener el equilibrio corporal, lo que en conjunto logran expresiones de claras tendencias urbanas, pues esto sería imposible de realizar en una moto cross-country».

Lo cierto es que las pinturas de Pasmanhabharatata, mejor conocido como Pashi entre sus amigos, han llegado a cotizarse muy alto en esa parte del mundo ya que allí hay más museos que pinturas y esas instituciones compiten duramente entre sí para poder dar un uso a sus paredes vacías.

Crutis

Supuestamente creada por una de las casas de cosméticos más célebres del mundo, esta palabra describe la apariencia de la cara cuando la persona despierta por la mañana y se ve al espejo. La misma dureza de la pronunciación de este término revela el sobrecogimiento y la agitación que las personas sienten cuando se ven al espejo por la mañana; los hombres, quizá por todo eso que realizaron la noche anterior y las mujeres, por presunción innata.

Sea lo que sea en el detalle individual, el crutis es esa percepción de nuestra cara que vemos y sentimos al despertar por la mañana, cuando esos rasgos faciales que conocemos han sido notablemente exagerados, como si fuéramos nosotros mismos una pintura de Botero tomada del original que tenemos cerca del mediodía.

Si bien el crutis hace referencia al aspecto perceptivo, existen pruebas médicas que demuestran que efectivamente nuestra cara sufre una transformación durante el sueño y que consiste en una hinchazón de los tejidos que modifica nuestros rasgos faciales; por ejemplo, nuestros párpados sufren un aumento de volumen.

El doctor O Sah ha tenido buen tino al señalar en reciente monografía que los síntomas de la resaca poco o nada tienen que ver con el crutis, pues según sus estudios, el crutis en una variable independiente de consecuencias que nos hacen vociferar y clamar por cualquier tipo de líquido al día siguiente.

Es decir, la cruda por lo general presenta un cuadro clínico con crutis, mientras que el crutis por sí sólo no implica el cuadro clínico de la resaca. Dicho de otra manera, todas las personas presentan crutis todas las mañanas, pero ese crutis es marcadamente más conspicuo cuando la noche anterior se han cometido excesos.

Por su parte, Louis Lewis-Lewy de la Universidad de Alto Alentejo, Portugal ha señalado que el crutis bien puede ser una cuestión hereditaria pues él ha encontrado que ciertas familias son más propensas a la hinchazón causada por el sueño que otras; incluso el célebre científico ha demostrado que existen personas cuyos genes pueden causar crutis severos aún en casos de pequeñas siestas vespertinas, como las experimentadas por un par de diputados, cuyo nombre ha permanecido oculto hasta ahora.

Efectivamente, se sabe que esos representantes populares, durante las sesiones de su congreso, y durmiendo apenas unos minutos durante algún discurso desarrollaron situaciones extremas de crutis, lo que provocó situaciones muy grandes de hilaridad entre sus colegas.

Tomando como base ese descubrimiento, el Instituto de Canastota, Nueva York, realizó un estudio fenomenológico de representantes populares en el que se estableció una correlación positiva y proporcional entre el tema de los discursos y la presentación de crutis en los diputados; aunque resultaría demasiado amplio el citar siquiera parcialmente las conclusiones del mencionado estudio, sí vale el señalar que el tema que ocasionó crutis extremos fue un discurso con el tema La responsabilidad fiscal de los gobiernos, pues más del 70% de esos funcionarios gubernamentales presentaron crutis mayores.