Esta columna hace una aportación lingüística proponiendo nuevas palabras que persiguen facilitar los diálogos y las conversaciones de las personas con términos más precisos y específicos. Es parte de una colección de ellas que puede verse en ContraPeso.info: nuevas palabras, clasificadas dentro de la etiqueta ContraPeso.info: humor.
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Catsupos
Se da este nombre a los golpes que reciben las botellas de la salsa de tomate, conocida como catsup o ketchup, en su parte inferior y que persiguen hacer que esa salsa pueda salir y ser delicadamente colocada sobre el alimento que se está ingiriendo, típicamente una hamburguesa, aunque se han dado caso extremos de uso de este condimento en alimentos considerados muy ajenos a él.
La fórmula usualmente reconocida para determinar el número de catsupos es la de Catsupos = f densidad/diámetro del cuello de la botella, aunque hay alguna evidencia de que no se trata en la realidad de una función aritmética, sino logarítmica.
Sea lo que sea, la realidad cotidiana muestra que miles de hamburguesas son a diario rociadas por cantidades excesivas de catsup para disgusto y molestia de muchos consumidores.
En otras palabras, es una realidad que en miles de situaciones a diario las personas que desean poner catsup en sus alimentos se ven obligadas a dar catsupos a las botellas, lo que en una buena proporción de casos produce una cantidad en extremo exagerada rociada sobre el alimento en cuestión y, por tanto, un alimento con buena probabilidad de haber sido echado a perder, o al menos, no ser del gusto del comensal.
Sin duda las personas más hábiles en el uso de las botellas de catsup son los menores de edad, siendo algunos de ellos seres que se han visto imposibilitados a comer sus alimentos si no contienen esta salsa de tomate. Recientemente fue reportado un caso extremo en la revista de la Asociación Latinoamericana para el Estudio de Conductas Estólidas, en el que una niña de 9 años de edad no ingeriría alimento alguno si éste no era bañado en catsup; desde arroz hasta verduras, pasando por pastas y carnes, incluyendo postres, esta infanta simplemente no podía consumir alimentos sin catsup.
Esta condición, que es conocida en el medio médico como tomatun dulcimania, es más común de lo que se pensaba anteriormente, pues la empresa de investigación y opinión pública Gulp & Giss, ha reportado que los consumidores más frecuentes de catsup representan aproximadamente el 12% de la población, pero son responsables del consumo del 87% de ese producto.
Desplasión
Aplícase esta palabra al fenómeno común que es padecido por especialistas en ciertos campos del saber y por el que personas sin sus estudios opinan sobre ese campo con gran autoridad.
Quizá el caso más típico es el del médico. Por ejemplo, quizá un médico receta al que sufre ciertos padecimientos medicinas que han tardado años en ser investigadas en laboratorios muy refinados y el amigo del enfermo que es comunicólogo de profesión le receta otra cosa, como tomar un te de hojas de limón con agua de rosas y por las noches unas gotas de pomada de lechuga en la nuca.
Lo mismo sucede en otras profesiones, como la de arquitectura, en donde el inexperto que paga la obra, por razones obvias, tiene más peso que el experto y esa obra acaba siendo un atentado a la estética urbana.
El economista también sufre de desplasión cuando un inexperto emite una opinión sobre la situación económica, el economista le explica que esa opinión es errónea y al final ese inexperto termina diciendo que los economistas están todos equivocados pues todas sus proyecciones fallan; lo cierto es que el economista no estudió para adivinador del futuro, sino para explicar a la actividad económica.
Más aún, la desplasión llega a extremos cuando ese mismo inexperto lee el horóscopo en el periódico y le da más credibilidad que al economista.
En igual situación está el publicista que se ve obligado a escuchar opiniones de personas que nada saben de su especialidad y que hablan como si fueran poseedores de la verdad absoluta.
El punto interesante es que la desplasión no es padecida en todas las ramas de saber, pues rara vez se pondrá en duda una fórmula química que describe la composición atómica del clorito del ácido triglimeripítico. El químico que ponga esa fórmula en un pizarrón contará con la aprobación general de todos los que están a su alrededor. Pero no se le ocurra hacer lo mismo, en su especialidad, a un publicista que todas las personas tendrán una opinión diferente a la suya.
Es decir, existen áreas de la ciencia en las que la mayoría de las personas por alguna extraña razón creen poder moverse como verdaderos expertos aunque no lo sean.
Circucha
Se usa este término para dar un nombre a las manchas que se producen en los vidrios frontales de los automóviles y que son originadas por la función de los limpiadores del parabrisas.
Cuando llueve, los conductores de autos hacen uso de esos limpiadores y por lo general quedan muy claras las marcas semicirculares que muestran el área en la que esos limpiadores tuvieron efecto y el área que ellos no tocaron.
Eso es lo que se conoce como la circucha normal o estándar, pero también existe la circucha irregular que suele ser semicircular la que revela las áreas en las que los limpiadores no cumplieron bien su función, muy posiblemente debido a que son ya viejos y poco flexibles.
Desde luego, la existencia de una palabra especializada para nombrar esas manchas concretas es de beneficio, como pueden mostrarse en el siguiente diálogo.
— Disculpe maestro, quiero que vea los limpiadores de mi coche, pues ya no limpian bien. Usted se acuerda que los cambió hace unas semanas y me dijo que venían con garantía —dice el propietario del carro al mecánico automotriz que trabaja en el taller donde llevó su auto a reparar hace poco.
— A ver, traiga su coche más para acá para poder ver las circuchas a la luz del sol y ver si están cubiertas por la garantía —ordena Tiburcio a su cliente.
— ¿Las qué? —interroga el cliente mientras se dirige obedientemente a su coche.
— Usted tráigalo para la revisión de las circuchas —vuelve a ordenar Tiburcio.
— ¿Aquí está bien? —pregunta el cliente mientras se acerca con calma Tiburcio tratando de quitarse las manchas de grasa de las manos con un trapo aún más sucio y comienza a dar vueltas alrededor del parabrisas como si quisiera verlo a diferentes ángulos de luz.
— ¿Está cubierto por la garantía? —vuelve a preguntar el cliente sin que Tiburcio haga otra cosa que emitir sonidos sin significado dentro de la civilización humana de los últimos 30 siglos.
—No, la verdad es que no creo —dice Tiburcio al cabo del muy largos minutos —digo, las circuchas se ven normales, digo, así vienen en este modelo de fábrica. Pero me puede dejar su coche para ver qué puedo hacer con ellas mañana y revisarlas para el ajuste manual. Digo, porque la verdad no veo ahora nada anormal. Lo digo porque creo que así tiene este modelo y no he tenido quejas. Si quiere déjelo y venga en tres o cuatro semanas para ver qué se pudo hacer.
Por otro lado, dentro del tema de las circuchas, deben mencionarse el fenómeno de la circucha izquierda que tanto ha preocupado a la industria automotriz en los últimos tiempos. Han sido principalmente las plantas automotrices europeas las que han dedicado grandes inversiones al estudio de la circucha izquierda.
Brevemente, este fenómeno se refiere al suceso frecuente y conocido que hace a las circuchas estadísticamente más frecuentes en el lado del conductor que en el lado del pasajero frontal, es decir, es más probable que se tengan manchas molestas en el lado izquierdo del parabrisas que en el derecho (excepto en el Reino Unido donde sucede lo contrario).
La solución más prometedora hasta ahora ha sido una derivada por el sueco Abhimenesh Purkayastha, ingeniero en jefe de la planta automotriz de Divinópolis en Brasil, quien propuso poner limpiadores más fuertes del lado izquierdo (o en el derecho, si la circulación es al contrario).
Cerriquín
Con esta palabra se pretende dar un apelativo a las partes salientes de las chapas de puertas, e incluso la lengua que cierra la puerta y que es una protuberancia importante cuando se encuentra abierta.
Es frecuente que estas protuberancias no sean anotadas por los incautos que así ven parte de sus vestiduras atoradas en ellas, y que son rasgadas sin piedad.
Los fabricantes de cerraduras en la actualidad parecen admitir este defecto en sus productos, razón por la que la mayoría de las chapas en la actualidad son redondas y no contienen partes muchas protuberancias que puedan atorar a sus vestidos y sacos.
Éstas protuberancias de las chapas y picaportes han sido reconocidas en algunas obras de la literatura universal, incluso como partes principales de la historia narrada.
Por ejemplo en la obra titulada Ulises Junior del célebre autor James Goicegorizabaltia, hay un párrafo que es digno de notar:
«Y fue ese insignificante rasguño que sufrió en la piel de gamuza de la americana que había seleccionado para esa noche la que abrió un horizonte no contemplado jamás en los anteriores 34 años. Nunca sospecharía que ese cerriquín podría tener el efecto que tuvo. En lo que al principio fue un mar casi color verde moco pronto todo se hizo diferente con la angustia de otro cerriquín en otra dimensión. No volvería a ser él la misma persona cuando regresara a su nido solo. Cuando regresara a enfrentar a un chorrite. Una mancha como la que nunca enfrentaría otra vez en su vida».
Deben notarse que el autor de Ulises Junior utiliza ese párrafo otra palabra nueva a la que designa como chorrite y qué se refiere a la mancha de aceite que dejan los automóviles en el piso.
El chorrite se encuentra tanto en cocheras como en estacionamientos y por supuesto, en las mismas calles.
Su uso es aceptado, como en muchos otros casos, por la brevedad de la expresión. pues es mucho más conciso indicar que se ha descubierto un chorrite en la cochera a decir que el auto está goteando aceite y que hay una mancha en su piso.
Por último, debe hacerse público que un grupo de expertos en las Naciones Unidas ha propuesto una nueva generación de derechos humanos que incluye el derecho a una vida sin chorrites y sin cerriquines. Esto sería parte de una nueva generación de derechos humanos, la sexta de ellas.
Kanmiatizil
Una de las diversas asociaciones en el mundo cuyo propósito es probar a como dé lugar la existencia de seres extraterrestres, sus visitas en el pasado remoto y sus ocasionales visitas en el presente, incluyendo la posibilidad de una conquista de la Tierra y un mundo ideal en el futuro, gobernado por estos seres sapientísimos.
Esta organización es mejor conocida por sus siglas UKK, que son las iniciales de United Kingdom Kanmiatizil, con la última palabra significando «ciencia del cielo» en lengua maya, según lo que pudo entender de esa lengua Sir Cyrill Worthscase en su primera visita a Yucatán.
Según los registros de la UKK, ella fue fundada en 1991, cuando Sir Cyrill no pudo soportar la presión social de carecer totalmente de pasatiempos y su esposa le sugirió visitar Yucatán, cosa que hicieron al año siguiente, cuando tuvieron la fortuna de conocer a un guía yucateco de nombre Zihul, es decir, La Mancha, un apodo en realidad debido a la ropa sucia que siempre lo caracterizó.
Fue así que por labios de Zihul el matrimonio inglés conoció una gran cantidad de leyendas mayas sobre la construcción de sus pirámides y, desde luego, las visitas de seres del espacio sideral. Tanta impresión causaron esas historias que decidieron ambos formar una asociación que les ocupara sus tiempos libres y que los salvara de la presión social mencionada.
De regreso a Inglaterra y con miles de fotografías en las manos, además de varios discos y libros, el matrimonio emprendió una serie de cuidadosas revisiones de ellas. Basados en esos estudios, los Worthscase escribieron varios libros que han sido traducidos a diversos idiomas, incluyendo el célebre Caan-thibah que narra la visita de seres extraterrestres en una época en la que los mayas estaban padeciendo una terrible epidemia.
Fueron precisamente los Worthscase quienes elaboraron por primera vez algunas de las teorías más atrevidas sobre este tema.
Fueron ellos quienes afirmaron que entre los turistas que visitan las ruinas mayas siempre se puede ver al menos una persona llevando lentes negros que ocultan la peculiar forma de los ojos de los extraterrestres y cuya labor es cuidar las construcciones mayas de los vendedores ambulantes que allí pululan e inspirar los nuevos diseños de las camisetas que los turistas compran como recuerdo de sus viajes.
También afirmaron que algunos de los platillos típicos de la cocina son en realidad algunos de los platos favoritos de los extraterrestres, como el Xtux-Thot, un pollo espolvoreado, el Aac-Cumahau, jabalí en extremo picante (literalmente con demonio) y el Keken-Cheen, puerco cocido en un pozo.
Sostienen la teoría de que el principal lugar de aterrizaje de los visitantes siderales fue Motul de Felipe Carrillo Puerto, y que ese personaje en realidad era uno de esos visitantes, el último del siglo XX, como bien se prueba en el estudio correcto de la famosa canción Peregrina.
Sabo
Esta palabra es usada para designar al tubo del papel de baño. En efecto, la inmensa mayoría de los papeles de baño usados para la limpieza e higiene corporal, son vendidos en forma de rollo de papel, mismo que usa un tubo generalmente de cartón. Ese tubo es denominado sabo sin que se tenga conocimiento hasta la fecha de los orígenes de ese nombre.
Desde luego, dentro de los posibles usos posteriores de ese tubo, una vez que ha cumplido con su función primaria, resulta aconsejable reciclarlo y con ello ayudar a evitar factores contaminantes del medio ambiente.
Quizá la institución de mayores conocimientos sobre el tema es la GreenSabous Earth, una organización ecológica que se ha dedicado a promover el uso reciclado del sabo y cuyo presidente concedió una entrevista exclusiva a ContraPedia, de la que se han extraído los siguientes puntos principales.
«Pocas cosas ya quedaban en cuanto a banderas ecológicas y tuvimos que seleccionar al sabo. Hubiésemos preferido coger la bandera de las emisiones automotrices o de la contaminación atómica, pero ya no nos quedaba nada… Bueno, también hubiésemos querido tener nuestra sede en Ginebra, pero dados los fondos que pudimos recolectar no hubo otra opción que usar un pequeño departamento de uno de los fundadores que vive en Kankosa, Mauritania… Bueno, lo que proponemos es que el sabo sea usado más de una vez, lo que se conoce como reciclar, y sólo se nos ha ocurrido una idea, la de que el sabo sea utilizado como juguete por los niños que lo usan simulando un telescopio, ya en otra ocasión sacaremos más ideas, quizá en algo de artes manuales o bricolaje..».
Cajuego
Un producto espontáneo del lenguaje, cajuego hace referencia a uno de los fenómenos familiares más observados en familias durante las épocas navideñas, especialmente hogares con niños pequeños.
Los infantes tienen la costumbre de abrir las cajas que contienen sus regalos para jugar con ellos durante períodos de tiempo relativamente breves, para luego dedicar la mayor parte del tiempo a jugar con las cajas en las que esos juguetes estaban empacados.
El cajuego fue primeramente reportado en el periódico principal de Mucuchies, en Venezuela, con el caso dos familias que fueron víctimas del cajuego. En ambos casos, los padres de familia adquirieron juguetes de alto precio, lo que les hizo incurrir en una deuda sustancial. Sin embargo, los infantes hicieron caso omiso de los juguetes que sus padres les habían proporcionado para Navidad.
Los niños se dedicaron a jugar con las voluminosas cajas en las que habían sido empacados los juguetes. Los padres de familia, indignados ante la conducta de los hijos, decidieron establecer una demanda en contra de los fabricantes. Ante el juez argumentaron que las cajas de los juguetes era demasiado atractivas. Por supuesto, esta demanda sirvió a los legisladores venezolanos para proponer una nueva ley que estableciera las características de las cajas para juguetes.
En las Naciones Unidas, se discute actualmente en la posible incorporación del derecho infantil a cajas de juguetes que puedan servir como juguete adicional.
Sea lo que sea que suceda en esas latitudes, la realidad es innegable y su reconocimiento incluso ha llegado hasta la escuela de filosofía de Oyo, en Nigeria. En esa escuela, el célebre filósofo contemporáneo L. F. Nverewsky publicó recientemente una monografía bajo el título de Kinderboxspielekomplex.
En ese trabajo el famoso filósofo propone la posibilidad de la existencia de un ente denominado boxusspiel, una proto idea mental del juguete formada en el inconsciente del infante.
Sugiere además la existencia de un alter ego infantil que llega a un contrastante enfrentamiento al ver el juguete per se y no como una representación iconográfica, lo que resulta en un cuasi reflejo de la realidad, con la obvia incongruencia cognitiva que ello genera en mentes no desarrolladas, con lo que se les obliga prácticamente a una simplificación de su realidad, la que se traduce en el caso mismo de un fenómeno común con el introducirse dentro de las cajas como un regreso vientre materno cuasi freudiano, con matices de la teoría de Jung.
Manente
Dase este nombre a la forma de manejo que el conductor es obligado a usar en los casos en los que el volante se encuentra demasiado caliente para poderlo hacer de manera normal.
Efectivamente, dentro de los climas tropicales es común el caso del automóvil que es dejado varias horas al mediodía a la luz del sol; cuando el conductor abre su vehículo encuentra que la temperatura interior puede llegar a ser superior a los sesenta grados, e incluso mayor, lo que ha causado que tanto el asiento como el volante representen un serio reto para la piel humana, la que recibirá quemaduras graves si los toca.
El manente se refiere exclusivamente a la manera de tomar el volante de un carro en tal estado, pues la afectación de glúteos producida por asientos en extremo calientes es un tema totalmente separado.
Por lo general, son los dedos los encargados de mover el volante haciendo contactos breves con él, lo suficiente como para que las ruedas obedezcan las órdenes del conductor.
Si bien el manente es un estilo que da la apariencia de extrema afectación y refinamiento en los conductores, deberá siempre tomarse en cuenta que no es ello efecto de la educación ni de las inclinaciones personales del conductor.
Esas manos levantadas que se limitan a usar los dedos de manera por demás delicada, turnando de una mano a otra con movimientos tiernos obedecen a una causa física real.
Así como el manente se produce en los lugares calientes, también la manoctomía se registra principalmente en esas latitudes, aunque por diferentes razones.
La manoctomía es el movimiento que hacen manos y brazos de personas que persiguen deshacerse de insectos, principalmente moscas, que abundan en esos lugares.
El caso típico de una manoctomía es el de un restaurante popular, en un sitio muy cálido, en el que los comensales mueven sus manos y brazos para espantar sin éxito a las moscas que se paran en los alimentos deseando compartir con otros la invitación a comer.
Posiblemente la manoctomía tiene su raíz etimológica en la idea de que esos movimientos han partido varios alimentos de manera involuntaria.
Sea lo que sea, el hecho es que un estudioso del tema, en Bahía de Guapo, Trinidad Tobago, ha propuesto una teoría que debe ser mencionada explícitamente: las moscas son animales juguetones por naturaleza y tienden a revolotear más cerca de las personas que tratan de asustarlas con sus manos.
Intente cualquier persona el experimento y haga caso omiso de una mosca cerca de ella; verá de inmediato que la mosca se aleja pensando que la persona se ha negado a jugar, que no le hace caso. En cambio la mosca que usted trata de espantar siempre regresará creyendo que es un juego.
Y ya que se está tratando el manente y la manoctomía, no debe dejarse de mencionar a la mapluvación.
Recibe este nombre la acción de la mano que es sacada al exterior para confirmar la existencia de lluvia, digamos de la ventana de un auto. Mapluvación es ese acto de poner la palma de la mano hacia arriba en posición horizontal para que en ella caiga o no lluvia y confirmar así si efectivamente llueve.
Algunas personas prefieren realizar otro movimiento, que es el de elevar la cara hacia arriba con objeto de que en ella caiga la lluvia.
Adicionalmente a los anteriores movimientos de las manos, está la mesodigitación, que es la serie de movimientos de dedos y manos que se hacen para llamar la atención de los meseros o del capitán para que acudan a la mesa a tomar la orden, traer la cuenta o cualquier otro motivo.
El más clásico de los movimientos de la mesodigitación es el del movimiento que imita el firmar un papel y que se entiende sin dificultad como una petición de llevar la cuenta a la mesa.
Piegación
Es así llamado el fenómeno por el cual los pies se adhieren a las pantuflas o zapatillas de noche y que acontece señaladamente cuando esas prendas se usan sin calcetines.
Con frecuencia, por tanto, a quien esto sucede se ve obligado a recurrir a quitarse las pantuflas usando las manos, imposibilitado de usar el método tradicional de detener un zapato con otro para quitárselos.
La piegación es un fenómeno que muy posiblemente dio origen a la expresión a pie juntillas, misma que denota realizar una actividad con porfía y terquedad, igual que la obstinación con la que los pies se adhieren a las dichosas zapatillas y que al despegarse producen un ruido muy característico, similar a las voces de algunas ballenas.
Fue esto precisamente lo que produjo la idea de Lin Birriminini, quien durante meses usó zapatillas sin calcetines y al despegarlas de sus pies grabó sus sonidos, los que llevó en una expedición al Mar de Cortés durante la época en la que las ballenas hacen allí su aparición anual.
Colocó un altavoz dentro del agua e hizo funcionar su grabación durante unos pocos minutos, después de los cuales las ballenas macho le atacaron furiosamente.
Posteriormente, Birriminini pudo averiguar que en el lenguaje de las ballenas, los sonidos producidos por su piegación en realidad significaban proposiciones sumamente indecorosas dirigidas a las ballenas macho.
Desilusionado, Birriminini se encuentra ahora haciendo grabaciones de los sonidos que producen sus sobacos cuando en ellos se coloca la palma de la mano, los que intentará usar para conocer el lenguaje de los jabalíes salvajes.
Jorlín
Sustantivo que describe a la parte visible de una mucosidad nasal, generalmente ya seca y de tonalidades verdosas que muestran algunas personas sin darse cuenta de ello y que causan pena ajena en quienes sí se han dado cuenta.
El libro La Etiqueta y las Buenas Maneras del Catarro, Gripa y Resfriado ha tratado la problemática sobre si la persona debe o no avisar que otra tiene un jorlín; en esencia hay dos posiciones principales, una de ellas propone que sí se avise a la persona que tiene un jorlín para que ella proceda a su eliminación, mientras que la otra propone que no se le dé ese aviso al afectado, pero sí a quienes le rodean para que todos puedan reír a costa de la víctima.
Desde luego, lo más apropiado es lo primero, aunque se permite y está socialmente aprobado que ese aviso se dé en público, de manera que el resto de las personas oigan.
El jorlín, es obvio, viene en muy diferentes presentaciones y tamaños. Los hay verdaderamente microscópicos y que pasan totalmente desapercibidos excepto por la persona que los siente cuando pasa sus dedos por los orificios nasales; los hay enormes y prominentes, imposibles de dejar de ver y que son los que más pena causan.
Dependiendo del índice de humedad es aceptado universalmente que el seco es mejor que el húmedo, pues este último se adhiere con extrema facilidad a los dedos. En cuanto a los colores suelen predominar los verdes terrosos y opacos, aunque también los hay marrón oscuro.
Por lo general las personas padecen jorlinfobia, es decir, disgusto ante el jorlín, lo que parece ser una actitud desarrollada con la edad, pues los niños pequeños sufren más bien jorlinmanía, o sea, gusto por el jorlín ya que continuamente lo acostumbran sin que entre ellos exista reprobación social.
Oxicha
En las construcciones viejas, algunas de sus ventanas se encuentran oxidadas y las manchas de ese óxido pueden ser claramente vistas como escurrimientos en los vidrios y las paredes.
Estas manchas son llamadas técnicamente oxichas, término que revela con claridad su naturaleza específica que les impide ser confundidas con otras. Aunque es erróneo, el término oxicha también es usado para describir las manchas en los vidrios de ventanas y que son prácticamente imborrables
Pedigrafía
Algunas alfombras, especialmente las de color liso, según ha observado atinadamente Wilhem Pffaff, se prestan admirablemente a la pedigrafía, que no es otra cosa que el dibujo de figuras, usando los zapatos, sobre la alfombra misma.
Efectivamente, gracias a la posibilidad de que la alfombra cambia la dirección de su tejido con una pasada del zapato es posible realizar algunos dibujos, o al menos algunas simples rayas en ella, unas oscuras y otras claras.
Los experimentos en la empresa manufacturera de alfombras de San José de Tiznados, en Venezuela, confirman que la pedigrafía es por lo general un dibujo de extrema simpleza, rayas y cuadros cuando mucho, aunque en ocasiones pueden escribirse letras y hasta alguna palabra corta.
Fue en esta empresa que también se confirmó la teoría de Wilhem Pffaff en el sentido de que las alfombras de pelo corto y diversos colores no se prestan a la pedigrafía. Además, es de sobra conocido que los intentos para realizar dibujos más complicados han resultado en fracasos muy notables; por ejemplo, la Academia de Arte de Nauhcampatepetl, en México, intentó un concurso de arte joven en pedigrafía que tuvo un éxito muy escaso, especialmente ante la reacción de la crítica local en el periódico La Voz de Nauhcampatepetl, que rechazó totalmente la versión en pedigrafía de varios cuadros de Gris, pues ellos habían sido realizados en alfombras verdes.
Pero la pedigrafía ha ido más allá y ha sido aplicada con promisorios resultados en el terreno de la psicología. Por ejemplo, no hace mucho que el Journal of Very Funny Local Behaviour de Nanafalia, en Alaska, reportó que los dibujos pedigráficos de ciertos pacientes depresivos habían dado la clave para encontrar su curación absoluta; gracias a los dibujos realizados en las alfombras de los pacientes durante sus consultas pudo averiguarse que esos pacientes estaban deprimidos por vivir en una ciudad de tan repulsivo nombre y que preferían radicar en otro lugar, uno llamado Ninini, en Hawai.
Telefografía
Nuevo término que designa la costumbre de escribir y hacer garabatos en un papel mientras se habla por teléfono. Igualmente y por extensión reciben el mismo nombre los dibujos realizados durante conferencias y seminarios.
Es característica esencial de la telefografía que ella se realice sin la presencia directa de quien habla, es decir, el realizador de la telefografía permanece anónimo; además, por supuesto, este fenómeno está en relación directa y proporcional del nivel de aburrimiento del tema tratado y del nerviosismo de que dibuja.
El récord mayor de telefografía del que se tiene registro fue una copia a lápiz de un cuadro completo de El Bosco, El Jardín de las Delicias, de igual tamaño que el original, realizado durante la conferencia de Ludwig von Pfaffliegen sobre la correcta construcción del tabagarro en el XXII Seminario Internacional de Tinhuindín Consulting und Services, realizado en Kojonup, Australia.
Airedad
Producto de la combinación de palabras conocidas, aire y suciedad, esta nueva palabra da nombre a las manchas que se encuentran en las salidas de los aires acondicionados centrales. Alrededor de esas salidas de conductos de aires acondicionados con frecuencia se ven porquerías, suciedades e inmundicias.
Desde luego el punto principal de esta nueva palabra es llamar la atención sobre este fenómeno muy poco investigado y que muestra la calidad del aire que se respira en tantos lugares. Así como existe la contaminación ambiental de muchas ciudades, por tanto, puede hablarse de la contaminación ambiental interna, dentro de edificios y casas. Las agencias gubernamentales de los gobiernos del mundo han puesto escasísima atención en la airedad y sus causas, lo que probablemente signifique que el problema se resuelva de manera más práctica y económica en el corto plazo.
La única investigación conocida sobre el tema es la que está siendo realizada por unos pocos gobiernos de países emergentes que para este propósito formaron el Grupo de los Tres y Medio, ya que uno de sus asociados es un país demasiado pequeño y con guerrillas que reclamaban la mitad de su territorio. Después de cinco años y un gasto de más de cuarenta millones de dólares, pudieron arrancar la construcción del edificio que albergará a los científicos encargados del proyecto.
Al parecer agrias discusiones sobre el diseño del logotipo del GT- 3 y 1/2 retrasaron su arranque, sin embargo ese grupo anunció recientemente que ha dado inicio la primera etapa de la investigación.
Esta primera etapa consistirá en probar si la airedad es comestible, pues si lo es, los problemas de alimentación de varios de esos países podrán ser resueltos. Con este objetivo, ya se han contratado a más de veinte poblados de esos países cuyos habitantes han aceptado ser parte del experimento diciendo que con tal de que se les dé de comer algo no importa lo que sea. En la segunda y tercera etapa de las investigaciones que se tienen proyectadas, se intentará probar por parte de estos gobiernos si la airedad puede ser usada para fabricar armamento una vez que sea compactada y solidificada.
Tinfla
El apelativo tinfla se otorga a la en extremo molesta y pequeña bola de tinta sobrante que se forma en la punta de los bolígrafos de escasa calidad y que es la causa de innumerables manchas de todos tipos en camisas y papeles.
La tinfla no es privativa de los bolígrafos de escaso precio, pues ella se presenta incluso en los repuestos de productos de muy alto valor, cuyos fabricantes han puesto una escasa atención en esta oportunidad de mejora de sus plumas.
Hasta donde se tienen registros se sabe que la única agencia de publicidad que ha puesto atención en este problema es Pinocchio Advertising, de Thermalito en California, una filial de Longnose & Lier Communication Co. Inc., la que exigió a uno de sus clientes la corrección de la tinfla en sus productos para poder realizar una campaña publicitaria basada en esa cualidad, la que según diversas encuestas constituye un criterio muy importante de compra.
Sin embargo, el fabricante de esos bolígrafos, Writ-Tubes, hizo caso omiso de tal recomendación al estarse fusionando con uno de los más grandes fabricantes de sostenes, The Up-Writ Co. y mudar sus oficinas a Tetonia, Idaho, para formar el conglomerado más importante del mundo en la fabricación de bolígrafos y sostenes.
Tabagarro
Una de las partes de los ceniceros. Nombre dado a una de las diversas partes en las que pueden dividirse los ceniceros, la correspondiente a las hendiduras donde es colocado el cigarrillo para asegurarlo en una posición fija, evitando que ruede produciendo quemaduras en las mesas y riesgos de incendio.
Existen, desde luego, diversos tipos de ceniceros, distinguiéndose en dos grandes tipos, los que poseen tabagarros y los que no los tienen, siendo estos últimos en extremo mal diseñados.
También, existen tabagarros especiales para puros, los que son mucho más anchos y largos que los dedicados al cigarrillo común.
The Macaltiche Group, la célebre empresa de consultoría empresarial, ha establecido sin lugar a dudas la existencia de un tabagarro ideal, de una cierta longitud que permite la estabilidad del cigarrillo, en oposición a tabagarros de muy escasa longitud que escasamente cumplen su función.
Una vez que esto fue dado a conocer, desde luego, el rival eterno de The Macaltiche Group, la empresa consultora Tinhuindín Consulting und Services, fundada por el alemán Ludwig von Pfaffliegen, reafinó estos conceptos y afirmó que el tabagarro no solamente debe ser de cierta longitud mínima, sino también con una curvatura ligeramente mayor a la del cigarrillo, lo que permite un agarre aún mayor.
Aguabrisas
Uno de los repuestos automotrices. Nombre técnico de reciente creación y una palabra nueva y muy necesaria que sirve para designar una parte de la ingeniería automotriz de nuestros tiempos.
Los aguabrisas son los pequeños orificios que se encuentran en la parte frontal de los automóviles, por donde sale el líquido limpiador del parabrisas delantero, al mismo tiempo que se accionan los limpiadores de vidrios.
Aunque existen aguabrisas delanteros y traseros, no ha habido una distinción técnica válida hasta la fecha para diferenciarlos. Las ventajas de esta palabra son obvias, pues permiten una explicación más clara de los problemas de los autos.
Véase la enorme dificultad que presentaría una conversación en la que no existiera esta palabra.
— Buenos días, maestro —dice el cliente al llegar a un taller mecánico y entablar conversación con Tiburcio, el jefe del taller—. Fíjese que mi carro tiene un problema pues no le funcionan bien las salidas esas, de agua…
— ¿Se le calienta por falta de agua? —pregunta Tiburcio mientras se rasca partes de la anatomía a las que cualquiera llamaría nobles, pero que en el caso de Tiburcio sería un calificativo en extremo exagerado.
—No, me refiero al agua que sale del parabrisas —dice el cliente.
— Eso no lo veo yo, tiene que ir a donde venden cristales para autos a que le vean los sellos del parabrisas para que ya no le entre agua —dice Tiburcio que ahora se rasca un glúteo.
— No, me refiero a los agujeros por donde sale el agua para limpiar el parabrisas, el agua que sale un poco a presión, bueno, pues esos agujeros están tapados —dice el cliente casi desesperado.
— Me hubiera dicho desde antes que sus aguabrisas están tapados, ahorita me los soplo y regrese usted en tres días, para ver si todo va bien.
Los aguabrisas, sin duda, son una de esas grandes invenciones de la industria automovilística mundial, mucho más prácticos que cuestiones como las de carros que hablan y sus similares. Sin embargo, no dejan de producir algunas molestias, como por ejemplo la de ser usados por bromistas que apuntan los orificios de los aguabrisas hacia los lados del auto, de manera que al ser operados mojen a los peatones que esperan autobuses en las esquinas, o bien al incauto conductor de otro auto que lleva su ventana abierta.