La definición de una persona peculiar sin los rasgos usuales que imagina la gente. Alguien que se encuentra en todas partes y lugares. Pero alguien que tiene ciertos rasgos que lo definen. ¿Qué es un líder?

8 minutos

Introducción

Es muy común hablar de líderes. Decir que los necesitamos. Buenos líderes. Líderes que nos lleven al progreso, a la paz, al bienestar. Queremos seguir a alguien.

Buscamos líderes y, por tanto, nos imaginamos cómo son ellos. Entran aquí en juego los razonamientos, consideraciones y análisis de P. Drucker


📕 La publicación consultada fue Soundview Executive Book Summaries, March, 1996, para el resumen de Frances Hesselbein, Marshall Goldsmith y Richard Beckhard, editores, The Leader of the Future, The Peter F. Drucker Foundation, 1996, chapter «Not enough generals were killed», de Peter F. Drucker. 


Líderes, los necesitamos y son pocos

Drucker empieza por afirmar que los necesitamos. Pero, aunque es posible que haya personas que lo sean por nacimiento, ese número sería muy reducido. No podemos depender de los líderes por nacimiento. Son muy pocos. Por tanto, pueden y deben ser creados.

En este sentido, el autor concuerda con la creencia popular y reconocida. La sociedad necesita de ellos. Es mejor una sociedad con líderes que una sin ellos.

📌 Pero añade esa dimensión adicional: existen pocos. De allí obtiene una primera conclusión. La sociedad de alguna manera debe crear líderes.

No son lo que imaginamos que son

Después, Drucker se dedica a destruir mitos. Ellos no son exactamente lo que imaginamos. No tienen las características en las que solemos pensar.

Más aún, dice que no existe un perfil de líder. No hay una serie de características típicas. Ellos forman un grupo de personas muy heterogéneas y es imposible llegar a generalizaciones. Cada uno es diferente, tiene rasgos diversos, posee personalidad distinta. Es una tarea imposible encontrar rasgos personales del líder.

📌 Usted está equivocado, por ejemplo, según Drucker, si piensa que un líder es alguien que cae bien a los demás, que sigue sus sentimientos, que desea reconocimiento público. No, ellos no tienen un perfil. En el grupo de ellos hay de todo.

Existen líderes encerrados en sus oficinas y despachos o que nunca salen de su casa. Pero también los hay que rara vez están encerrados.

Hay líderes que tienen altos niveles de simpatía personal y que a todos caen bien. Pero también los hay que son pesados y antipáticos.

Existen unos que son seres pensantes, que dan mucha importancia a sus consideraciones mentales, que antes de actuar hacen severos cuestionamientos. Pero también los hay que son impulsivos, que no se detienen a pensar, que actúan y toman decisiones veloces, que confían en corazonadas.

Hay líderes que son humildes y modestos, que odian las adulaciones y son tímidos. Pero los hay que son presumidos y soberbios y que adoran ser reconocidos.

Hay líderes que son callados y pausados, que difícilmente son accesibles. Pero los hay que son todo lo contrario, son grandes conversadores y siempre están disponibles para el que los busca.

Y, más aún, el carisma no es un rasgo común entre los líderes. Los rasgos de personalidad no son lo suficientemente capaces de establecer el perfil de uno. Hay cosas más profundas.

Según Drucker, sin embargo, existen otras dimensiones que arrojan luz sobre ellos y lo que ellos son.

No Known Restrictions: President Roosevelt at Yalta Conference, 1945 (LOC)
«No Known Restrictions: Churchill Roosevelt Stalin at Yalta Conference, 1945 (LOC)» by pingnews.com is marked with Public Domain Mark 1.0.

Características del líder

1. Seguidores, obviamente

No se puede ser líder si no se tienen seguidores. Por definición es quien tiene personas que lo siguen. Esta es la única posible definición de un líder.

No importa de quién se trate, si esa persona tiene seguidores, ella es uno. Sea como sea y tenga las características que tenga.

2. ¿Ser admirado y querido? No necesariamente

Algo sorprendente pero lógico. No es un requisito ser querido. Ni siquiera se necesita ser admirado. Para Drucker esta dimensión es irrelevante.

Los concursos de popularidad no tienen que ver con el liderazgo. El líder puede ser una persona pesada, malhumorada, temida. Esto explica el liderazgo incomprensible de algunos.

3. Obligado a resultados

En tercer lugar, el autor habla de una característica sin la que no puede existir uno, los resultados. Sin resultados no hay posibilidad de tener un líder. Esta es una parte esencial de él.

Él es alguien que quiere tener resultados, que quiere alcanzar una meta. Y acepta sin titubeos la responsabilidad de alcanzarla. Los líderes son hacedores por naturaleza. No se contentan con hablar.

4. Conocido y reconocido

Por definición, entonces, un líder es alguien que tiene seguidores y que logra alcanzar lo que se propone. Además, cuatro, por necesidad obvia, es conocido y reconocido.

Los líderes son personajes visibles, manifiestos, notables y conspicuos. No son necesariamente ganadores de concursos de popularidad, pero sí son puntos de referencia, son ejemplos para los demás.

5. En todas partes

En quinto lugar, Drucker trata una dimensión sorprendente. Si usted se imagina que el liderazgo va acompañado de una cierta posición en la sociedad, usted está en un error.

Ellos no necesariamente poseen posiciones sociales de distinción.

No necesariamente son gente de dinero, ni empresarios famosos, ni están en situaciones de privilegios notorios. Estar en una de esas posiciones es una situación accidental para un líder. Esa posición no es porción de la naturaleza del liderazgo.

El líder y sus seguidores

Una parte muy interesante del análisis de Drucker es el examen de las relaciones del líder con los demás. En sus actuaciones, ellos delegan trabajos y funciones. De lo contrario no habría posibilidad de obtener resultados.

Sin embargo, no delegan aquello que ellos sienten que es lo que hace la diferencia, su característica natural, el rasgo principal de su actuación. Eso por lo que van a ser recordados.

El que los líderes sean personas orientadas a la acción, implica que ellos entienden a la realidad como una situación en la que las preguntas claves son qué es lo que se necesita hacer, qué es lo que hay que hacer.

Jamás se les ocurrirá preguntar qué es lo que él quiere hacer. Su preocupación central es la de determinar qué objetivos hay que lograr, qué metas hay que alcanzar.

Más aún, su mentalidad es la de preguntarse dónde está aquello que va a hacer la diferencia. Por mucha delegación que hagan, los líderes no van a poner a votación popular la meta a alcanzar. Ellos la tienen muy clara y no está sujeta a discusión.

Tolerantes

Los líderes, los verdaderos, son tolerantes con las personas. No esperan, ni quieren, ni forma parte de su esquema el encontrar personas iguales a ellos. La simpatía personal no es una consideración que buscan en los demás.

Toleran y hasta fomentan maneras diferentes de ser y de actuar. Pero su nivel de tolerancia es cero cuando se trata de ver resultados. Tampoco toleran desviaciones en sus valores, ni en los estándares de actuación personal. Estas cuestiones no están sujetas a negociación.

Es lógico que esto suceda. Un líder sabe lo que hay que hacer y necesita de seguidores para hacerlo.

Globo de ideas relacionadas

El concepto de líder se relaciona con temas como vulgo, muchedumbre, masas, las élites, el activismo y la meritocracia.

Más el curioso concepto de la ley de hierro de la oligarquía y de la aristocracia.

Se asocia también con los intelectuales, sus opiniones políticas y sus equivocaciones.

Así como con las nociones de empresario y emprendedor. Más los de provocadores y caudillo y cacique.

La meta lo es todo

Lo importante es la meta, las simpatías personales son secundarias. Importan los resultados y los valores aceptados. Las trampas, las nimiedades y las faltas son inaceptables.

Además, en su trato con quienes le rodean no existe la envidia personal. No temen a sus compañeros ni a sus subordinados, aunque ellos tengan posiciones fuertes.

No sufren recelos de los éxitos de su gente. Al contrario. Lo que desean es lograr algo, llegar a la meta que se han trazado.

Y esa meta no es algo que esté a discusión. No necesariamente es un objetivo popular que vaya a producir carretadas de aplausos. Más aún, puede ser una meta impopular, pero es lo que en opinión del líder se necesita hacer.

La definición de líder realizada por Drucker sale a la superficie una cuestión inevitable. Hay líderes cuya meta es buena pero también los hay malvados y crueles. Todos humanos e imperfectos, es obvio que aún así no puede ponerse en un plano de igualdad a W. Churchill y a J. Stalin. Este es el plano en el que la definición de líder expuesta antes queda sin respuesta. Y la necesita.


Otros lectores también leyeron…

Actualización última: