El examen de un tipo especial de ciudadano, no distinto del fan de un equipo deportivo. Alguien incondicional y emotivo que por encima de todo admira a un equipo o, en este caso, a un gobernante y lo hace con pocos límites. El fenómeno de los fans del gobernante y su efecto en el régimen político del país. La política de fanáticos.

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Introducción

La propuesta de esta columna es sencilla. Así como existen fanáticos de equipos deportivos, también existen fans de gobernantes y políticos. Entre ellos comparten muchas características comunes, las que tienen consecuencias considerables en la vida política de todo país. Una buena definición sobre esto:

«Se llama hincha a la persona que es partidaria de algo o de alguien. El término puede utilizarse como equivalente a simpatizanteaficionado o fanático». definición.de. Énfasis original.

Sus sinónimos aclaran aún más la idea: «apasionado, entusiasta, exaltado, ferviente, […] intransigente, seguidor, fan, hincha, extremista».

Fans de fútbol

Fanatismo en la política: sus tipos

📌 Existe un fenómeno similar en el terreno político, el del fan del gobernante o del político. Con características similares al deportivo que defiende sus colores ante todo, el fanático del político hace lo mismo con esa persona que ha decidido defender hasta el extremo.

Hay diversos tipos de fans del político dependiendo del principal motivo que justifica su extremismo:

🔴 Modo de vida

Este es el fan político que se ha tornado incondicional de alguien porque así defiende su forma de vida, es decir, su ingreso. Los ataques al gobernante del que se depende son amenazas en contra de su estándar de vida.

Este tipo de hincha político puede ser de dos tipos.

Uno es ese del que el fanatismo hace posible su avance personal, su carrera de trabajo y el ascenso a posiciones más importantes y de mayor ingreso. Son los acólitos, por decirlo así, de un gobernante ya con poder suficiente como para generar oportunidades de avance importante a otros. El nepotismo es una manifestación de esto.

Otro es el ciudadano con nulo contacto con el gobernante de su admiración, pero de cuyo gobierno supone él depender. Es el caso del clientelismo y de situaciones de dependencia de dádivas, regalos, pensiones y ayudas de cualquier tipo. La defensa que esta persona hace del su político admirado se basa en la percepción de una pérdida sensible de ingresos en caso de que eso gobernante pierda el poder.

🔴 Devoción personal

Este tipo de fanatismo en política no obedece a causas monetarias. La persona no recibe beneficio alguno del gobernante del que es fan. Simplemente es una preferencia personal extrema.

Este seguidor apasionado de algún gobernante es el más convencido de todos. Su apoyo incondicional es sincero y su modo de vida no tiene una conexión directa con el político. Este es el caso más fascinante.

Fanatismo político: sus características

Del comportamiento del hincha deportivo, es posible derivar las características del fan del gobernante.

Emotividad. Esta característica del fanatismo político significa la ausencia de la razón y un contenido emocional y con una ética sentimental.

Contiene pasión y ánimos exaltados, por lo que en el abundan gritos, cantos, sensaciones y manifestaciones de grupo destinadas a mostrar cohesión y unión.

Incondicionalidad. Otros rasgo de los fans de políticos es el de la admiración ilimitada y sin condiciones.

El gobernante exaltado por su fan es colocado por encima de cualquier falla y error y no está sujeto a críticas. La admiración otorgada no tiene requisitos.

Rivalidad. El fan del gobernante se alimenta de su posición contraria ante enemigos declarados a los que debe vencerse.

Necesita opositores y contrarios de los que se defiende al gobernante admirado, sin condiciones y con emotividad. Cualquier duda equivale a traición.

Agresividad. Este es el tono usual del seguidor exaltado ante todo lo que perciba como posible ataque al objeto de su admiración política.

Por eso, abundan los insultos personales y burlas a los vistos como contrarios. Sus argumentos ad hominem son pan diario.

Visibilidad. El admirador del político siente que debe mostrar a los demás su fanatismo y preferencia explícitamente. Por eso se tienen identificadores como botones, artículos de vestir, leyendas en los coches, banderines, pancartas y demás.

Otras más

Fantasía. Esto es la creación de explicaciones basadas en complots y conjuras en su contra. Es la descripción de los motivos de enemigos confabulados que toman diversas formas y nunca se detienen.

Simplismo. Las causas de la admiración incondicional deben ser en extremos sencillas, posibles de expresar en un par de frases o ideas emotivas que no admitan discusión y descalifiquen a los rivales rápidamente con adjetivos de carga muy negativa.

Subjetividad. El fanatismo del admirador político hace de lado y combate a todo lo que puede lastimar a su admirado, al mismo tiempo que exalta y enarbola a todo lo que lo apoya.

Si un dato económico muestra sus errores, esa información será ignorada o tomada como falsa. Si, en cambio, lo favorece, el dato será objeto de difusión y orgullo.

Rudeza. Otra de las características del fanatismo político es la del furor y la aspereza en los contactos entre fans de políticos opositores, que se perciben como enemigos irreconciliables.

Fans de un político

Ambiente de ánimos exaltados

El resultado del fenómeno del estado de ánimo que posee el fan de gobernantes y políticos es un ambiente general de vehemencia emocional y actitudes agresivas entre los partidarios de gobernantes opositores.

Mientras que un estado normal de oposición es natural dentro de un régimen democrático, los problemas comienzan a presentarse conforme crezca esa vehemencia partidista.

Piense en lector en un partido de fútbol entre equipos que son rivales clásicos y los hinchas de cada uno. Será difícil esperar una relación civilizada y apacible en sus relaciones. Si este tipo de situación se presenta en la esfera pública, eso tendrá consecuencias negativas porque así no se respetan las condiciones de la democracia.

Ella requiere a tratos civilizados y leales entre posiciones opositoras, que puedan hablar, dialogar y negociar, evitando que se sufran los males de la tiranía mayoritaria. Es decir, necesita de la idea de la república y su efecto tranquilizador de ánimos.

Un campo de lucha

Más aún, el fanatismo político trasforma a la democracia en una arena de confrontación ciudadana cuando los políticos sustentan su retórica en temas que buscan exaltar ánimos creando fanáticos propios y fomentan división social. Se crea así un escenario en el que la única solución es la victoria de uno y la destrucción del otro.

No hay aquí cabida para los ciudadanos razonables con opinión quienes desearían tener posibilidades de diálogo político.

📌 En palabras claras, cuando los partidarios de un político se convierten en sus fans emotivos e incondicionales, se dañan las posibilidades de regímenes que defiendan a las libertades y se elevan las posibilidades de sistemas de opresión general que son vitoreadas por esos fans.

El gobernante, por esa aclamación fanático, se aísla en una ficción que le lleva a cometer errores continuos que son difíciles de corregir. La esfera pública se convierte en un espectáculo de personalismo político con incluso ritos y ceremonias de culto al líder. En los que parte de la agenda es la revelación de traidores a su causa.

Conclusión

Ha sido propuesto el concepto de fan político que apoya a un personaje y lo hace si reservas. La transformación de la esfera pública en un campo de confrontación entre bandas opuestas de admiradores enemigos impide el funcionamiento de los mecanismos de división del poder y facilita la implantación de gobiernos opresores sustentados en una masa de fans convencidos o forzados.


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