Su definición, significado, elementos. Una forma de activismo que pone especial énfasis en la conservación de la naturaleza. ¿Qué es ambientalismo?

8 minutos

En resumen: preguntas y respuestas

¿Cuál es el significado de ambientalismo?

El término hace referencia a las inquietudes, preocupaciones, acciones e intenciones de conservación y cuidado del medio ambiente que tienen y realizan diversos grupos con diversas estrategias y tácticas. Es un movimiento activista genérico que busca la protección y conservación del medio ambiente.

¿Cuál es la diferencia entre ambientalismo y ecologismo?

En su esencia, poca diferencia práctica existe entre ellos. Son ambos términos que hacen referencia a activismos que buscan proteger y conservar el medio ambiente. Si acaso puede hacerse alguna diferencia, tal vez el ecologismo sea una versión políticamente más radical que el ambientalismo.

¿Cuál es el propósito del ambientalismo?

Evitar el daño al medio ambiente de la naturaleza y preservarla. Eso incluye medidas para evitar la extinción de especies. Persuadir a las personas de adquirir hábitos compatibles con la conservación ambiental.

¿Cuáles son los tipos de ambientalismo?

Puede ser de muchos tipos. Desde el moderado hasta el radical terrorista. Del apolítico hasta el extremismo. Del razonable hasta el fundamentalista.

Definición y características

📍 De las primeras ideas que saltan es la del desarrollo sustentable, muy conectada con la sustentabilidad como una herencia total. Lleva también a la necesidad de un enfoque ecológico correcto sin dogmas, que respete la idea de la cercanía o lejanía de la verdad.

La definición de ‘ambientalismo’, también llamado ‘ecologismo’, puede ser mejor lograda examinando los elementos que forman al concepto:

1. Una posición personal

El ambientalismo es una posición, una manera de pensar o filosofía acerca de la naturaleza y los recursos naturales. Ella se sostiene en un propósito de conservación o preservación. De allí que suela ser usada la palabra ‘conservacionista’ aplicada a quienes tienen esta posición.

2. Un tipo de activismo

Aunque utiliza conocimiento e información de las ciencias, el ambientalismo no es una ciencia, sino un activismo. Es decir, un movimiento político o social que defiende un punto de vista, el de la conservación natural.

3. Carácter intenso

El ambientalismo se manifiesta por medio de conductas intensas y visibles que persiguen difundir sus opiniones e influir directamente en la opinión pública y la política gubernamental.

El ambientalismo contiene una filosofía de activismo con intensidad variable y que puede ir desde lo más razonable hasta el ecoterrorismo: el uso de prácticas terroristas para apoyar causas ambientales. Puede incluso ser fundamentalista y dogmático.

Su propósito es implantar sus propuestas de conservación.

4. Faceta política

El ambientalismo es un movimiento que se ha incorporado a la política, ya sea mediante «partidos verdes» o por medio de ONGs. Suele asociarse con posiciones de izquierda que proponen una alta intervención estatal en la economía.

Sin embargo, también existe una versión de ambientalismo ligada a la libertad económica —la que razona que el cuidado de los recursos es estimulado por la propiedad personal.

5. Contra innovaciones

El ambientalismo, en muchas de sus versiones, es una fuerza crítica de innovaciones tecnológicas y científicas, así como industriales a las que acusa de desperdiciar recursos y alterar a la naturaleza. Como, por ejemplo, a los alimentos transgénicos.

6. Tácticas de propaganda

Como activismo, debe advertirse que el ambientalismo utiliza métodos de propaganda política para presentar favorablemente sus opiniones. Como el llamar «frankenfoods» a los alimentos modificados en su genética, la exageración y el uso de escenarios apocalípticos.

El ambientalismo ha sido incluso acusado de censura o manipulación de resultados científicos:

«[…] ocultar, inventar y manipular datos empíricos para ajustar la realidad a sus preferencias teóricas […] ajustar la teoría a ámbitos ajenos a la ciencia: a la propaganda, a la política, a la financiación de sus proyectos […] perseguir y tratar de eliminar de la comunidad científica a aquellos colegas que no estuviesen de acuerdo con unos datos que ellos mismos estaban manipulando». libertaddigital.com

Una visión valiosa

El ambientalismo, tomado con seriedad, incorpora a la discusión política un elemento valioso, aunque no único, que merece ser altamente considerado y valorado. El cuidado del medio ambiente y los recursos limitados.

La comprensión correcta del ambientalismo debe diferenciarlo de la Ecología como ciencia:

«Ecólogo es un profesionista, científico, dedicado al estudio de la Ecología, mientras que, ambientalista es una persona que se preocupa por el deterioro del Ambiente». biocab.org

Exageración ecológica

Quizá todo empezó con Stephen Schneider, un ecologista, quien dijo en 1989 que ellos «tienen que ofrecer escenarios de miedo, hacer simplificaciones dramáticas y no mencionar las dudas que tenemos…».

Es claro lo que se intenta: exagerar simplificando con certeza algo que no tiene certidumbre. Una palabra describe mejor esto, mentir.

Luego, en 2006, una entrevista a Al Gore. Le hicieron una pregunta sobre la mejor manera de comunicar a la gente lo del calentamiento global.

Respondió que para lograr que la gente creyera que existe el problema, «yo creo que es apropiado tener una exageración de las presentaciones de hechos… como un predicado para abrir a la audiencia a que escuche».

Antes, en 2004, Jim Hansen, de la NASA, escribió [ya no disponible] que, «el énfasis en escenarios extremos pudo haber sido apropiado en algún momento» cuando la gente y los gobernantes no estaban totalmente conscientes del problema. Es parte del lenguaje ligero de nuestros tiempos.

Para atraer la atención a una idea del ambientalismo que algunos tenían, esos tres justificaron acciones como crear escenarios apocalípticos, simplificar, dramatizar, exagerar.

Y hacerlo para atraer la atención de la gente y los gobernantes hacia sus ideas y teorías. Esto es lo que hacen algunos cantantes para elevar su celebridad, crear situaciones controvertidas que los medios reporten.

Ambientalismo tratado sin respeto

Las exageraciones, distorsiones, censuras, ocultamientos que cometen algunos ambientalistas no son propias de la Ciencia.

Primero, para señalar que el ambientalismo un tema científico, que como todos es complicado, complejo y que tiene reportes que son incomprensibles para los legos en la materia. Ni modo, así es la ciencia de nuestros días.

Segundo para señalar que no se trata de un tema posible de solucionar por medios democráticos ni de opinión pública. Lo que la gente piense, así sea la mayoría, no tiene correlación con una verdad científica. No puede ponerse a votación si existe la antimateria o no.

Y, lo peor, cuando al juego entran los gobernantes todo se prostituye. A ellos encanta la idea de que exista un problema enorme. Se van a ofrecer a resolverlo al mayor costo posible. Harán conferencias mundiales. Propondrán cambios imposibles. La ONU declarará que el futuro humano depende de ella y la cooperación mundial irrestricta bajo sus lineamientos.

Todo basado en un truco de medios basado en la exageración de escenarios simplificados basados en teorías dudosas.

En resumen

El punto central de esta columna es la definición crítica del ambientalismo (o ecologismo) como un movimiento de activismo político y social, distinto de la ciencia de la Ecología, que busca influir en la opinión pública y las políticas gubernamentales para la conservación ambiental, a menudo recurriendo a la exageración y tácticas de propaganda.

Se detallaron las características del ambientalismo: es una posición personal conservacionista; un tipo de activismo (no una ciencia) que puede ir desde lo razonable hasta el ecoterrorismo; tiene una faceta política que se asocia con la intervención estatal; es crítico con innovaciones tecnológicas; y utiliza propaganda, incluyendo la exageración y escenarios apocalípticos, e incluso ha sido acusado de manipular datos científicos.

Es importante diferenciar el activismo ambientalista de la ciencia de la ecología, criticando el uso de la exageración y la dramatización por parte de algunos ambientalistas (como Stephen Schneider y Al Gore) para atraer atención.

Se argumenta que esta instrumentalización de la información científica distorsiona la realidad y complica la búsqueda de soluciones racionales, especialmente cuando los gobernantes capitalizan el problema para sus propios fines políticos.

En esencia, la columna busca ofrecer una comprensión más matizada del ambientalismo, reconociendo su propósito valioso de cuidado ambiental, pero advirtiendo sobre los riesgos de su faceta más dogmática y sus tácticas de comunicación.


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