Dos conceptos íntimamente relacionados y que deben servir de contrapeso al exceso de poder. El significado y características de la ciudadanía y la cultura ciudadana. Más desobediencia civil.

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Introducción

En lo que sigue se muestra el significado de dos conceptos conectados, el de ciudadanía y cultura cívica —destacando el papel que juegan como contrapeso a la natural tendencia de abuso de poder de toda autoridad.

Significado y características de la ciudadanía

El término ‘ciudadanía’ puede referirse a la totalidad de ciudadanos de algún país, pero aquí se tomará en dos sentidos:

  1. La cualidad, posición o estado de ser ciudadano.
  2. La conducta esperada en un ciudadano.

Definición de ciudadanía

Ella ha sido explicada así:

«La ciudadanía es la condición que se otorga al ciudadano de ser miembro de una comunidad organizada.[…] La ciudadanía es la expresión de pertenencia que una persona tiene hacia una sociedad determinada en la que participa». es.wikipedia.org. Énfasis mío.

Y también de esta manera:

«El estatus de ciudadano, generalmente determinado por ley. En la tradición republicana, las calificaciones para la ciudadanía están asociadas con derechos y deberes particulares de los ciudadanos, […]» McLean, Iain, McMillan, Alistair. The Concise Oxford Dictionary of Politics (Oxford Paperback Reference) (p. 76). Oxford University Press. Kindle Edition. Énfasis mío.

Una tercera forma de explicar qué es ciudadanía:

«Esta idea de ciudadanía tiene hoy su reflejo en la mayoría de los significados más comunes del término, que se refieren a la relación jurídica entre el individuo y el estado. La mayoría de las personas en el mundo son ciudadanos legales de uno u otro estado-nación, y ello les da derecho a ciertos privilegios o derechos». coe.int. Énfasis mío.

Características de la ciudadanía

Las anteriores definiciones permiten encontrar los rasgos característicos del término que, como se ha visto, puede ser entendido de diversas maneras:

1. Un concepto individual

La ciudadanía hace referencia a la condición del ciudadano y esta palabra de aplica a personas individuales, una por una. No existe un concepto de ciudadanía otorgada a grupos o colectividades.

2. Un estado o posición de pertenencia

La ciudadanía es la condición que describe al ciudadano como miembro reconocido de un país. Por tanto, es el establecimiento de un vínculo de reconocimiento propio entre el país y la persona.

3. Una relación gobierno-persona

La condición de ciudadano establece una relación mutua entre el Estado y cada uno de los ciudadanos. Es decir, una aceptación voluntaria de obligaciones mutuas entre el gobierno y cada persona, una por una.

Significado y características de la cultura cívica

📌 Esta es la parte central del concepto de ciudadanía y ciudadano, que consiste en una expectativa de conductas en la relación entre ambos, el ciudadano y su gobierno.

Es decir, aquí existen dos componentes:

  1. Los deberes y derechos del ciudadano.
  2. Los deberes y derechos del gobierno.

Discusión

La condición de ciudadano, reconocida por el gobierno, contiene las condiciones y requisitos para lograr ese título, por ejemplo, ser mayor de cierta edad y haber nacido en el país (o vivido legalmente en él durante cierto tiempo).

Y eso permite a la persona tener derecho a garantías y derechos, como votar en elecciones y gozar de la protección legal de su libertad. Suele incluir derechos como el de participación en la vida pública, pero también deberes entre personas y ellas con el gobierno (como pagar impuestos).

Es una modalidad de reconocimiento oficial de cada persona como miembro de un país, muy bien ilustrado en documentos como pasaportes o cédulas de identidad.

Cultura cívica: definición

Ella ha sido entendida como:

«Una cultura política caracterizada por (1) la aceptación de la autoridad del estado por parte de la mayoría de los ciudadanos, pero también (2) una creencia general en la participación en los deberes cívicos». McLean, Iain, McMillan, Alistair. The Concise Oxford Dictionary of Politics (Oxford Paperback Reference) (pág. 77). Oxford University Press. Kindle Edition.

O bien de una manera tremendamente reducida, como esta:

«Cultura cívica. Conmemorar mediante actos ceremoniales las efemérides representativas de la historia de la Ciudad de México, así como honrar y divulgar la memoria de aquellos creadores cuya obra ha contribuido a la formación de la identidad del mexicano». cultura.cdmx.gob.mx

De lo anterior, puede concluirse que es conveniente comprender a la educación o cultura cívica de una manera amplia y que incluya a las dos entidades que ella contiene: ciudadano y gobierno.

Una definición que, por tanto, cubra conocimientos y reconocimientos de ciudadanos y gobierno. Entre ellos se aceptan y reconocen como legítimos y tienen conocimientos mínimos de su país, aceptando entre ellos derechos y obligaciones.

📌 Es decir, no solamente las personas deben tener cultura cívica. También los gobernantes deben desarrollarla.

Características de la cultura cívica

1. Reconocimiento mutuo ciudadanos-gobierno

Es la obligación mutua de aceptación legítima de ambos, lo que, lógicamente, expresa la aceptación de derechos y obligaciones mutuas.

2. Conocimientos comunes nacionales

Todos, las dos partes, aceptan la obligación de tener conocimientos comunes acerca de asuntos nacionales. Esto incluye tradiciones, lenguaje, historia, costumbres y otros aspectos que definen a la nacionalidad.

3. Aceptación de respeto mutuo

Esto significa la aceptación, por parte de la autoridad, de que la soberanía está en la ciudadanía y que los gobernantes son delegados de ella.

Del otro lado, los ciudadanos, entonces, aceptan al gobierno como una autoridad legítima a la que deben respeto.

4. Participación pública de ambos

La idea tradicional implica la obligación de las personas de participar activamente en la vida política del país, de lo que el ejercicio del voto es una manifestación clara.

Pero también, por razones obvias, implica la obligación de los gobernantes en el otro sentido. Es decir, realizar actividades de rendición de cuentas y actos transparentes de autoridad.

Más el respeto absoluto a las leyes que forman el estado de derecho necesario para el bien común.

📌 Entonces, la educación cívica es en su esencia y tipo un trato civil y respetuoso que obliga a ciudadanía, pero también a gobernantes.

Condena de regímenes centralizados de autoridad

La naturaleza de los dos conceptos tratados contiene, implícita, una condena a regímenes de naturaleza estatista que anulan o limitan a la ciudadanía.

La existencia de ciudadanos y de gobernantes establece una ecuación de equilibrio que supone la convivencia de ambos como un sistema de balance de poderes. Esto es lo que evita problemas extremos de oclocracia y tiranía, por ejemplo.

Existe en esos conceptos una defensa de las libertades del ciudadano, las que siempre están en riesgo frente a la inercia eterna del gobierno a excederse.

Desobediencia civil

Este concepto es una posibilidad o consecuencia de la cultura cívica. El reconocer como legítima a la autoridad y participar en la actividad política estando informado de ella, por tanto, implica una reacción posible.

📌 Esa posibilidad es la desobediencia civil que es la acción o conducta de desobedecer a la autoridad política de manera abierta y pública. Y hacerlo con la justificación de objeción de conciencia moral y legitimado por un llamado a la justicia.

La razón de la desobediencia civil

Ella consiste en el desacato, rebeldía o resistencia que con plena intención lleva a la violación pública de leyes u órdenes gubernamentales. El objetivo es mostrar abiertamente la injusticia de una ley o situación política.

📌 Consiste en una combinación simultánea de protesta abierta y respeto a la autoridad a la que no se cuestiona, excepto en una instancia concreta y específica. No busca derribar un régimen, sino corregir una situación. Por tanto, la desobediencia civil no recurre a la violencia, aunque puede hacerlo en escala muy limitada.

Definiciones

Ella ha sido entendida así:

«En nuestros días, el término «desobediencia civil» es utilizado en sentido amplio […] para referirse a los más diversos actos o movimientos de protesta sociopolítica y de desobediencia a la ley que por convicción o por reclamos de justicia realizan los ciudadanos». scielo.org

O bien de esta forma:

«[…] entendemos por desobediencia civil un tipo especial de negación de ciertos contenidos de la legalidad, que alcanza su máxima expresión en sociedades democráticas, por parte de ciudadanos o de grupos de ciudadanos, siendo tal legalidad, en principio, merecedora de la más estricta obediencia». webs.ucm.es

Características de la desobediencia civil

De lo anterior, es posible derivar ciertos rasgos de esta manifestación de la cultura cívica.

1. Modalidad de participación política

Si la cultura cívica incluye el deber de participar en la vida política, la desobediencia civil es una posibilidad admisible, aunque extrema.

2. Propia de democracias

Es una manifestación pública de las posibilidades democráticas que respetan a las libertades civiles. Por tanto, no es ella un intento de transformación política ni derrocamiento de gobierno. Al contrario, es solamente una reacción dirigida a una situación concreta.

3. Conducta de última instancia

La desobediencia civil es un recurso de último uso, una reacción empleada después de haber agotado opciones normales en tratos por vías legales y democráticas.

4. Forma de activismo

Usualmente es una manifestación del activismo político por parte de grupos de personas con especial dedicación e interés. Gente que desinteresadamente toma riesgos personales para denunciar alguna situación injusta.

No es desobediencia civil, sin embargo, la serie de acciones de protesta de clientelismo o corporativismo que busca beneficios particulares.

5. Pública y notoria

Es característica central de la desobediencia civil el que sea pública, visible y notoria, capaz de ser reportada en medios noticiosos y redes sociales.

[Pueden verse diferentes ejemplos de desobediencia civil]

Conclusión

La columna explora los conceptos interconectados de ciudadanía y cultura cívica, enfatizando su rol como contrapeso al abuso de poder de la autoridad.

La ciudadanía se define como la condición individual de ser miembro reconocido de una comunidad organizada, estableciendo una relación jurídica y de obligaciones mutuas entre el Estado y cada persona. Es un vínculo de pertenencia que otorga derechos (como votar y protección legal) y exige deberes (como el pago de impuestos).

La cultura cívica es el núcleo de esta relación, representando un conjunto de expectativas de conducta tanto para los ciudadanos como para el gobierno.

Implica el reconocimiento mutuo de legitimidad, el conocimiento compartido de aspectos nacionales (historia, costumbres), el respeto mutuo (con la soberanía en el ciudadano y los gobernantes como delegados), y la participación pública de ambas partes (voto del ciudadano, rendición de cuentas y transparencia del gobierno).

Es, en esencia, un trato civil y respetuoso que obliga a ambas esferas.

La existencia de la ciudadanía y la cultura cívica condena implícitamente los regímenes centralizados, ya que establecen un sistema de balance de poderes que protege las libertades individuales del ciudadano frente a la tendencia del gobierno a excederse.

Un posible resultado de una cultura cívica robusta es la desobediencia civil, definida como la acción pública y no violenta de desobedecer una ley o autoridad por objeción de conciencia moral o por reclamos de justicia. Este es un recurso de última instancia en democracias, utilizado para corregir una injusticia específica sin buscar el derrocamiento del régimen.


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