Es una de las posturas más sanas que pueden tenerse. Un buen hábito intelectual, aunque puede tener riesgos. ¿Qué es escepticismo y quién es un escéptico?

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Introducción

De lo que se trata con el escepticismo, al final de cuentas, es de dudar, dudar sanamente. Me explico.

Es común confundir al escéptico con un tipo que niega todo lo que escucha y no cree en nada. Su posición es negativa y rechaza, por sistema, lo que sea que otros digan.

Eso no es el escéptico, el que simplemente duda con una actitud positiva, la de querer saber más y cuestionar las cosas. Es una variante dura de la curiosidad.

¿Qué es escepticismo y quién el escéptico?

Un gran resumen del buen escepticismo es eso de ser veloces para hacer preguntas y lentos para aceptar respuestas.

Por ejemplo, escucha usted que un candidato a presidente diciendo que creará millones de empleos. No es una mala meta. Pero, el buen escéptico de inmediato interrogará sobre lo obvio, sobre la manera en la que se crearán.

No es negar que se crearán esos empleos. Después de todo tenemos buena idea de cómo hacerlo. Todo lo que se quiere sabe es más sobre el modo que el candidato cree que puede hacerlo. Eso es todo.

Definiciones y tipos de escepticismo

Desde el principio conviene aclarar dos tipos de uso del término.

«m. Desconfianza o duda de la verdad o eficacia de algo.
m. Fil. Doctrina que consiste en afirmar que la verdad no existe, o que, si existe, el ser humano es incapaz de conocerla».

Allí están. Por un lado, es la postura de desconfianza y duda acerca de algo, lo que sea, como el cuestionar a quien afirma que el gasto público reanimará a la economía.

Por el otro, es toda una postura profunda que puede irse hasta el extremo de decir que las personas somos incapaces de conocer la realidad; que no podemos conocer nada. Quizá, pero podemos acercarnos a ella.

Es al primer tipo de escepticismo al que me quiero referir solamente y que ha sido bien expresado así:

«El escepticismo, en definitiva, es una tendencia o una postura que lleva a cuestionar diversos hechos o situaciones, exigiendo pruebas o demostraciones a modo de evidencia». definicion.de. Mi énfasis.

Características del escepticismo sano

Mientras no llegue al extremo de no creer nada, ni se mueva al otro extremo de creer todo, en algún lugar intermedio existe un escepticismo sano y constructivo. Es posible conocer más acerca de él examinando sus características.

1. Una posición personal habitual

Es una actitud, una manera de reaccionar como costumbre ante lo que rodea a la persona. Como una forma de ser sostenida en un hábito que seguramente ha tardado tiempo en formarse y que puede incluso considerarse como virtud.

2. Dirigido a objetos seleccionados

El escepticismo sano tiene como foco central de interés piezas de información que llaman la atención. Lo hacen porque presentan ideas que admiten cuestionamiento y duda.

Puede ser que sean contraintuitivas, que sean afirmaciones débiles, que sean de gran importancia, o simplemente porque presentan una oportunidad de ejercicio mental. La Economía está llena de esas oportunidades, al igual que la Política.

3. Empleo de cuestionamientos

Comienza con el dudar acerca de algo, sigue con la solicitud de evidencias y razonamientos, para terminar con algún tipo de juicio más o menos crítico de su objeto de atención.

Puede o no ser muy disciplinado, incluso informal, pero siempre consiste en «subir al banquillo» a la información cuestionada, examinarla, darle oportunidad de defensa y llegar a algún veredicto.

4. Reconoce a la verdad

Por necesidad obvia, el escepticismo sano y el escéptico virtuoso aceptan que existe un criterio externo e independiente que se usa para juzgar a la pieza de información.

El objetivo último y real del escéptico sano es estar lo más cerca posible de la verdad. Es decir, el escepticismo sano tiene un sesgo, el de la verdad, a la que considera el criterio último de validación.

5. Molesta y estorba

Debe reconocerse que el escéptico causará problemas y molestias en quienes hagan afirmaciones que sean puestas en tela de juicio. Pocas veces son bien recibidos comentarios que pongan en duda a las propias creencias (con los políticos como ejemplo por excelencia).

Es una de las actitudes que más molestan a la mayoría de las personas. Nada tan fastidioso como enfrentar a un escéptico.

Entonces…

Puede, por tanto, llegarse al entendimiento del escepticismo sano como es un hábito personal que lleva a cuestionar cosas seleccionadas por medio de cuestionamientos que buscan encontrar la verdad.

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El caso de Sócrates

El clásico ejemplo del escéptico, que recuerdo, es el de Sócrates. Un tipo que se pasaba su tiempo preguntando cosas a la gente, interrogándolas sobre lo que le decían.

Un real engorro tener que responder a un tipo que quiere saber más y que duda sobre lo que se le dice. Es la curiosidad llevada al extremo.

Un buen escéptico hace preguntas profundas, que ponen a pensar a la otra persona. Y eso es bueno, pues añade conocimiento.

La mejor forma de no avanzar en lo que sabemos es dejar de hacer preguntas, una situación común cuando se tiene una cohorte de aduladores que a todo lo que dice su amo dicen que sí.

Globo de ideas afines

La columna se asocia con las cuatro posturas frente a la verdad, el reconocimiento de que no se trata de ganar discusiones y la habilidad para entender al tonto habitual.

Más los conceptos de paradoja y perspicacia. Incluyendo también explicación y justificación sus diferencias, superación personal y casualidad, causalidad y correlación.

Conclusión, el escepticismo sano

Ha sido explicado el escepticismo y la actitud del escéptico sano, como algo conveniente digno de ser defendido a pesar de las molestias que pueda causar en otros.


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