Las cualidades que la hacen tan compleja, cambiante y personal que hace imposible que terceros pueden ser responsables de hacer felices a otros. Esto incluye especialmente a los gobiernos. El significado de la felicidad humana.

¿Cómo se define la felicidad humana?

La felicidad personal es el nivel de satisfacción de las necesidades y aspiraciones personales de cada individuo. Es una satisfacción duradera y justificada de la vida como un todo, subjetiva, individual y cambiante, imposible de ser articulada o medida objetivamente por terceros. Cada persona tiene su propia idea única de felicidad, que evoluciona con el tiempo y abarca desde necesidades básicas hasta elevadas aspiraciones.

¿Por qué es inútil que terceros intenten lograr la felicidad para otros?

Es inútil que terceros intenten lograr la felicidad para otros porque el significado de la felicidad es inherentemente individual y personal. Sólo la persona misma conoce la totalidad, urgencia y complejidad de sus miles de necesidades y aspiraciones. Intentar que alguien más decida la felicidad ajena es imposible, ya que nadie puede conocer en detalle lo que hace feliz a otro.

¿Cuál es la única posibilidad real para alcanzar la felicidad a nivel colectivo?

Dado el significado individual y complejo de la felicidad, la única posibilidad real para alcanzarla a nivel colectivo es lograr condiciones que propicien la abundancia y accesibilidad de satisfactores. El bien común se define como la existencia de esos medios que sirven para satisfacer las diversas necesidades de las personas, permitiendo que cada individuo, con su responsabilidad personal, decida cómo usarlos para su propia felicidad.

¿Cuáles son las dimensiones de la felicidad personal?

Intelectual o mental: satisfacción a través de la verdad y la razón (conocimiento, aprendizaje).
Estética o armónica: satisfacción a través de la belleza y el gusto (arte, gozo).
Moral o ética: satisfacción a través del bien, lo correcto y el juicio (actuar según mandatos éticos).
Espiritual o inmaterial: satisfacción a través de la unidad y el amor (sentido de vida, conexión, creencias).

¿Qué relación hay entre felicidad y libertad?

La felicidad personal es una aspiración humana válida y legítima, inherentemente dinámica y nunca completamente alcanzable. Es un estado definido por la persona y solo posible bajo condiciones de libertad, permitiéndole decidir cómo buscar su felicidad. Los gobiernos solo pueden crear condiciones favorables para la producción de bienes y servicios, pero la búsqueda de la felicidad misma es una responsabilidad individual y un proceso continuo de satisfacción de deseos y necesidades.

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Felicidad humana un intento de encontrar su significado

La felicidad personal puede ser definida como el nivel de satisfacción de las necesidades y aspiraciones personales de cada persona.

📌 Ese significado de felicidad es simplemente el de un nivel general de satisfacción de diferentes necesidades y aspiraciones dentro de una jerarquía individual, definida y expresada por la persona individual.

Una especie de satisfacción perdurable y justificada de la vida propia como un todo (Murray, Charles, In Pursuit of Happiness and Good Government, Simon and Schuster, New York, 1988, p. 44.).

📍 Una de las primeras ideas que surge acerca del tema es la del Estado de bienestar y su ambición de hacerse responsable de la felicidad, lo que ha llevado a intentos de medición de la felicidad. Dada la complejidad anotada acerca de ella, es imposible medirla y menos aún que terceros la alcancen para otros.

Significado personal de la felicidad

La felicidad humana tiene en su esencia misma un significado individual y particular, diferente para cada uno de nosotros y en extremo difícil de ser articulado objetivamente.

Cada persona posee una identidad, un conjunto distinto de necesidades, aspiraciones, gustos, aficiones, inquietudes y opiniones, con diferentes prioridades.

Cada persona tiene su peculiar definición de la felicidad y ningún hombre tiene la misma idea de la felicidad que otro (Spencer, Herbert, Social Statics, Robert Schalkenbach Foundation, New York, 1985, p. 6).

📌 Por tanto, cada persona tiene su propia idea de felicidad y esas ideas son diferentes en cada persona. No hay, por tanto, una felicidad aplicable a todos y solamente la conoce la persona, ningún otro.

Felicidad cambiante en niveles variados

Más, esa definición sufre cambios en el tiempo para cada persona. La definición puede ser mejor entendida si la vemos en alguno de los más pedestres niveles.

Quien guste de comer platillos picantes, apreciará la existencia de pimientos, especies y chiles de diversas clases. El que guste de la lectura de obras clásicas satisfará esa afición en la medida que dentro de su comunidad existan libros de Cervantes, Shakespeare y otros.

La felicidad personal, por tanto, incluye niveles tan básicos como la disponibilidad de agua. O tan elevados como la consagración personal a alguna orden religiosa. Y todo está cambiando continuamente.

Felicidad un significado humano

La felicidad personal es el nivel de satisfacción de miles de necesidades personales, que en cada persona son diferente en cantidad, calidad, dinámica y jerarquía.

📌 En un país con cien millones de habitantes hay cien millones de significados de la felicidad humana, cada instante. Todas distintas, imposibles de ser explicadas en términos objetivos y totales.

En cierto momento para una sola persona es vital la existencia de un teléfono, mientras que la disponibilidad de tribunales eficientes es la menor prioridad.

Para otra persona en ese mismo instante, ambas necesidades son cuestión de vida o muerte, cosa que en dos semanas será totalmente diferente. Cada persona en cada instante varía en prioridades de necesidades, además de variar en términos de estilos, preferencias y gustos.

Algo muy personal y complicado

📌 Este individualismo del significado de la felicidad humana provoca que sea inútil intentar alcanzarla por otra persona que no sea la misma que la decide. Por la sencilla razón que ella es la única que la conoce en su totalidad, urgencia y complejidad.

La implicación necesaria de esta individualidad de la felicidad personal es la imposibilidad de todo intento de decidir por parte de terceros la felicidad de una persona.

Es la noción de la individualidad y de la determinación de los fines personales para hacer un plan personal y propio, sin que los demás lo puedan impedir, a menos de que ellos se vean perjudicados (Mill, John Stuart, Sobre la Libertad, Sarpe, Madrid, 1984 páginas 40 y 41).

Muy complicado

Es tan compleja, tan cambiante y tan detallado el significado de la felicidad humana que no puede ser definida ni conocida en específico, ni siquiera por el mismo ciudadano en lo individual. Es imposible de verbalizar y ser explicada totalmente a otros.

Por ejemplo, en un momento de lucidez quizá alguna persona pueda darnos decenas de esas necesidades, incluso con sus prioridades.

Pero es casi seguro que esa persona olvidará cuestiones que toma como gratuitas, como la existencia de una moneda estable, la llegada a tiempo del estado de cuenta de su tarjeta de crédito y la resistencia del cosido de la camisa que viste.

Intentar conocer a la felicidad personal es una tarea imposible para terceros, lo que significa necesariamente que nadie puede intentar lograrla en otros fuera de sí mismo.

📌 Por tanto, si queremos ser felices nosotros mismos y hacer felices a los demás, la única posibilidad real es la de lograr condiciones que hagan posible esa felicidad decidida individualmente y con responsabilidad personal única.

Nada más allá de propiciar la abundancia de bienes puede intentarse colectivamente con éxito.

Ante esta complicada y compleja estructura del significado de la felicidad humana, la única solución posible para alcanzarla es la de tener un arreglo social propicio a la abundancia y accesibilidad de satisfactores que serán empleados individualmente por cada persona.

Ella es la única que conoce sus necesidades (Hayek, Friedrich, Road to Serfdom, The University of Chicago Press, Chicago, 1972, pp. 58 y 59).

Significado de la felicidad humana: amplio y diverso

Además, las necesidades deben ser entendidas de la manera más amplia, para incluir aspiraciones, inquietudes, gustos, aficiones, costumbres y demás.

Donde están incluidas motivaciones de ayuda y colaboración con los demás, obligaciones morales percibidas de amor ante el prójimo y uno mismo. Tan es necesidad el dar una limosna a la iglesia de nuestra preferencia, como el seleccionar el lugar de trabajo, o el vestir algo que proteja contra el frío.

El límite es la imaginación

Podemos imaginar, por ejemplo, la existencia de un gusto en una persona, el de tomar una copa de ron antes de comer, algo que forma parte de sus costumbres.

Lo mismo podemos imaginar para otra persona que requiere una dieta especial sin azúcares, para quien la disponibilidad de sustitutos de esa sustancia sea parte del bienestar.

Es una lista de una gran cantidad de necesidades, que va desde la disponibilidad de médicos hasta la existencia de coches a escala, pasando por una variedad verdaderamente impresionante de necesidades.

Necesidades que son satisfechas por computadoras, misas, periódicos, libros, varilla para construcción, velódromos, servicio de policía, electricidad, discos, detergentes.

Por bolígrafos, cursos de contabilidad de costos, revistas, cemento, teatro, servicios bancarios, correo, telas, universidades, gasolina, juguetes, bebidas, museos y millones más.

El bien común

Todos estos satisfactores tiene un papel central en el significado de la felicidad humana. Más aún, deben ser creados los medios que crean los medios para crear los medios que crean los medios que hacen esos bienes finales.

Esto es el bien común, la existencia de esos medios que sirven para satisfacer necesidades. Eso que podemos crear en la sociedad es el bien común, la felicidad personal es una responsabilidad individual.

Cada persona, sin tener una articulación organizada de su felicidad personal, reconoce una serie de necesidades propias a las que asigna prioridades. Y las que trata de satisfacer de acuerdo a las condicionantes personales y a las limitaciones ambientales.

De entre los satisfactores disponibles las personas seleccionan los que más les conviene considerando factores limitantes y circunstanciales, intentando lograr su beneficio. Esto no debe ser interpretado como la conducta fríamente calculadora del homo economicus.

Es la idea de un público elector que maneja activamente información y que no puede concebirse como una audiencia pasiva de las comunicaciones que recibe (Bauer, Raymond A., «The obstinate audience: the influence process form the point of view of social communication», The Process an Effects of Mass Communication, W. Schramm y D. Roberts, editores, University of Illinois Press, Urbana, 1972).

Más sobre el significado de la felicidad humana

Es muy posible que las personas no necesariamente posean ese concepto de felicidad personal como tal.

Pero sí tienen y reconocen una gran serie de necesidades, a las que ellas llaman así, necesidades. O bien caprichos, ganas, gustos, placeres, pasatiempos, carencias, inquietudes, menesteres, urgencias, obligaciones, aspiraciones, deberes y demás. Los tienen en el monto en el que los satisfacemos logramos nuestra felicidad personal.

No esperemos que cada persona haga una lista de la totalidad de sus necesidades. Y que posteriormente establezca una prioridad entre ellas y a cada una le dé una evaluación de satisfacción.

Los humanos no actuamos de manera tan ordenada y lógica. No tenemos el tiempo para hacerlo, ni la necesidad.

La persona busca satisfacer sus necesidades y para ello emprende en el tiempo actividades individuales o en grupo cuyo propósito último es ese haciendo ajustes conforme se presentan cambios en las circunstancias.

Limitaciones del medio ambiente

Más aún, esas actividades no se realizan en un vacío. Se hacen dentro de las limitantes impuestas por atributos del mismo individuo y por situaciones ambientales previstas e imprevistas.

Debemos, pues, entender que el rango posible de acciones a realizar por parte del individuo tiene varios tipos de limitaciones.

Unas son limitaciones personales como las capacidades y habilidades del individuo, los recursos con los que cuenta y su estilo propio o personalidad, incluyendo un código ético de conducta.

Otras son limitaciones externas a la persona. Por ejemplo, el nivel de disponibilidad de los satisfactores, las condiciones generales de la sociedad, las leyes y reglamentos gubernamentales. También deben considerarse las limitaciones provenientes de circunstancias particulares imprevisibles.

Un nivel subjetivo de felicidad

El nivel total de felicidad personal está dado, entonces, en una especie de resultado compuesto por el nivel de satisfacción de cada necesidad ponderado por la importancia que a ella le fue asignada subjetivamente y lo logrado dentro de la varias limitaciones dentro de las que se vive.

Este nivel, sin embargo, no es percibido por el individuo de una manera numérica, objetiva y clara, capaz de establecer que mi felicidad hace dos años era del 45.78% y ahora es del 51.09%. Sino de una manera subjetiva y global, como un concepto general de qué tan feliz se es.

Felicidad y sus dimensiones

Es posible tener una idea acerca de este tan complicado tema, examinando las distintas dimensiones que ella comprende.

1. Dimensión intelectual o mental

Ella logra satisfacerse con la verdad, en lo que se emplea la facultad de la razón.

Es el desarrollo y creación de ideas y su apego a la realidad. La felicidad personal será alcanzada en la proporción en la que se busque y encuentre la verdad.

Mucho de la educación por la que pasa el ser humano tiene este propósito, conocer la verdad o acercarse a ella. Es tener y generar información confiable sobre la realidad, una tarea encomendada a estudiosos y científicos, pero de beneficio a todos.

También, otra parte es el producto del aprendizaje personal y académico, las lecciones que dan las experiencias propias y de otros.

En sentido opuesto a esta dimensión van las opiniones que defienden el relativismo. Es decir, las que afirman que la verdad no existe y, por eso dejan insatisfecha la dimensión intelectual.

2. Dimensión estética o armónica

Ella logra satisfacerse con la belleza —en lo que se emplea la facultad del gusto armónico.

Es la creación de belleza y la recreación en ella. La felicidad personal será alcanzada en la proporción en la que se busque y encuentren cosas bellas.

Es un rasgo también único del ser humano la apreciación de la belleza. Es manifestada centralmente en lo que se llama arte: música, pintura, literatura y demás. Representa un gozo, pero también diversión y entretenimiento.

En sentido opuesto a esta dimensión van los movimientos artísticos que defienden la fealdad y sostienen la hermosura no existe.

3. Dimensión moral o ética

Ella logra satisfacerse en el bien, lo correcto y bueno —en lo que se emplea la facultad del juicio.

La felicidad personal será alcanzada en la proporción en la que se busque y logre actuar de acuerdo con ese juicio.

Es otro rasgo único del ser humano el entendimiento de la separación entre lo que es y lo que debe ser. Se manifiesta en una serie de obligaciones que deben dominar la conducta personal, encontrando satisfacción cuando se actúa dentro de esos mandatos.

En sentido opuesto a esta dimensión están los movimientos intelectuales que defienden el relativismo moral y el relativismo cultural. Los que no existe la noción del deber ser, únicamente la de ser. Al sostener que no existe el deber ser, dejan insatisfecha la dimensión moral y ética.

4. Dimensión espiritual o inmaterial

Ella logra satisfacerse con la unidad —en lo que se emplea la facultad del amor.

La felicidad personal será alcanzada en la proporción en la que se se busque y logre una comprensión del sentido de la vida propia, de la existencia misma.

También es otro rasgo único del ser humano la aceptación de una dimensión etérea, Una que es llamada religiosa, espiritual, inmaterial y que se sostiene en la capacidad de amar. Se manifiesta en el amor entre humanos, el respeto a la naturaleza, y muy notablemente en la creencia en seres espirituales.

En sentido opuesto a esta dimensión están los movimientos intelectuales que sostienen el materialismo —afirmando que sólo existe la materia y atacando la vida espiritual. Al sostener que nada existe que no sea material, dejan insatisfecha la dimensión espiritual.

Felicidad personal, otras precisiones

La felicidad personal integral con esas cuatro dimensiones es una aspiración humana válida y legítima —sobre la que hago las precisiones siguientes.

A. Inalcanzable y dinámica

La felicidad no es un estado que pueda lograrse en su total intensidad. Por ejemplo, decir que se es 100% feliz. Las personas podrán acercarse a ese estado total, pero nunca alcanzarlo totalmente.

La felicidad es un estado dinámico, que cambia en el tiempo —lo que da estados de felicidad diferentes en distintos momentos.

B. Personal y en libertad

Es un estado definido por la persona y nadie más que ella puede conocerla lo suficiente como para decidir la felicidad de otros. Si bien esas dimensiones son aplicables a todos, los detalles de su alcance son decisión propia y personal.

Ella es sólo posible bajo condiciones de libertad del ser humano. Bajo circunstancias que le permitan decidir por él mismo el cómo, cuándo y qué hacer para alcanzar su felicidad.

Para un ser sin libertad, la felicidad personal no tiene sentido.

C. Racional y universal

La felicidad personal supone que la persona tiene la facultad de razonar y actuar de acuerdo con sus decisiones de elección entre opciones posibles. Para un ser que no es racional, la felicidad personal no tiene sentido.

Esas cuatro dimensiones de la felicidad personal son universales, aplicables a toda persona en todo lugar. Sin embargo, los detalles específicos para definirla y alcanzarla son decisión libre de cada persona.

Para un compositor de música, la dimensión central será la belleza expresada en música. Pero sin abandonar la importancia de las otras tres, buscando la verdad, comportándose de manera ética y con el sentido de lo sobrenatural.

Opositores y enemigos

Los movimientos intelectuales contrarios a una o mas de esas cuatro dimensiones producirán inquietud, desasosiego y disturbio interno. Crearán sentimientos de insatisfacción a pesar de ser posiciones intelectuales que la misma persona sostenga.

Igualmente opuestos a la felicidad humana son los regímenes políticos en los que se coarta la libertad de la persona para decidir por sí misma los detalles de su felicidad.

Especialmente los gobiernos que imponen sobre la persona la felicidad que los gobernantes han decidido que sea estándar.

Nota

Las cuatro dimensiones de la felicidad han sido tomadas de Morris, T. Philosophy for Dummies (1 ed.). IDG Books, a las que he añadido mis propios comentarios y precisiones.

El lector puede hacer un experimento mental, el de imaginar mundos en los que una de esas dimensiones fuera negada a la persona.

Por ejemplo, un mundo en el que se negara la posibilidad de conocer la verdad, donde por definición no habría ciencia, ni investigación, ni escuelas.

O uno en el que se negara la dimensión estética, o la ética, o la sobrenatural. El lector puede pensar en cómo serían esos mundos.

Una meditación personal

¿Qué es realmente? No es sencillo responder.

Puede ser que «felicidad sea leer un buen libro», o «discutir buenos temas con amigos». Sí, de acuerdo, son momentos de felicidad, y en su fondo deben mostrar algo en común.

«Felicidad es poder comer cuando tenemos hambre», puede pensarse con buena base. O, bien, «tener abundante agua en el desierto».

Son estas ocasiones de felicidad y contento que muestran muy claramente la satisfacción de algo deseado. Si nos quedamos con esta idea, podemos encontrar otras ocasiones de felicidad personal.

Por ejemplo, tener salud, no faltarnos dinero, ver a los hijos graduados, visitar a los amigos, conocer algo, viajar.

Lista de deseos

El problema ahora ya no es hacer una lista de deseos, necesidades, o como quiera usted llamarles. Podemos hacer una tipología de esas ocasiones de felicidad, aunque sea momentánea.

Mejor que eso, no tenemos que hacerla. En un libro hay una clasificación muy razonable de esas necesidades y deseos. Los coloca en uno de cuatro tipos de satisfacciones. Comencemos por lo más obvio y terminemos con lo menos

Las cosas físicas

Primero, las cosas físicas que satisfacen necesidades, como el agua, la comida y el resto. También está el dinero en el banco, el sitio en el que se vive, la ropa, el auto.

En fin, creo que es claro esto. Y tiene sus niveles como por ejemplo en el caso del agua: puede ser tomada del grifo, o vertiendo Evian en un caso de cristal.

Las cosas corporales

Segundo, las cosas corporales de la felicidad personal, donde el ejemplo clásico es la salud. Lo que hace incluir aquí a las medicinas, a los hospitales y doctores. Incluso al dentista.

Hay algo más de la felicidad en este nivel, como el placer corporal, en cosas como hacer deporte, descansar y demás.

Las cosas sociales

Tercero, las cosas sociales de la felicidad, como la familia, los amigos, el vivir en sociedad, el estar en una sociedad donde vivimos seguros.

Si somos animales que no pueden vivir solos, estas cosas son las que satisfacen nuestros deseos de compañía. Deseos de hablar, comunicarnos, decir chistes, beber en compañía, discutir sobre la felicidad.

Las cosas superiores

Cuarto, cosas de la felicidad personal que son de otro tipo y que incluyen al saber, a la sabiduría, a la virtud, el pensar, a la belleza. Discutir sobre la felicidad, por ejemplo, proponiendo ideas, o leer libros.

Orden ascendente de la felicidad

El orden es importante, conforme se avanza esas cosas van siendo más y más humanas.

Por ejemplo, todos los animales necesitan comer y beber. No hay diferencias contra nosotros, pero aún así, nosotros les hemos añadido algunos extras. Usamos condimentos, tenemos recetas, producimos vinos y cervezas, todo destinado a elevar la satisfacción.

En las cosas corporales, las segundas, igual que los animales tener salud es bueno, pero las adiciones que hemos hecho son importantes. Solo los humanos hemos añadido elementos adicionales, como la aspirina, la anestesia, los estudios de medicina y demás.

Igual en las cosas sociales. Cierto que hay animales solitarios, pero con los sociales tenemos parecido. Sin embargo, también hemos añadido extras, como la escritura, el teléfono, los medios de transporte, los gobiernos y sus leyes. Las redes sociales.

En esos tres tipos de cosas de la felicidad anteriores tenemos alguna similitud con los animales, pero incluso en las más básicas hay acompañamientos netamente humanos que no tienen los animales.

Ninguno de ellos produce champaña para beber, ni aparatos de ejercicio físico, ni códigos de vestimenta para banquetes.

El nivel alto

El cuarto tipo de cosas es lo más humano que podemos encontrar, son esas cosas que «son buenas para el alma».

No hay aquí ninguna similitud posible con los animales. Es la satisfacción de leer un libro, de escuchar música, de estar enterado de las noticias, de viajar y conocer otras partes. De entrar a un museo, de colgar un cuadro, de tener fotografías de los hijos.

No hay animal alguno que llegue a ese nivel de satisfacción al saber, conocer, tener ideas. Es decir, el simple hecho de conversar acerca de la felicidad, tratando de definirla, no es propio más que de humanos. Al igual que estar en desacuerdo con las opiniones del resto (o de acuerdo).

Definición de felicidad

Entonces, estamos ya en la posibilidad de definir a la felicidad de manera más o menos razonable.

Ella puede entenderse como un estado personal en el que nada más se desea.

¿Posible llegar a ese estado de cosas? Mucho me temo que no. Tome usted, por ejemplo, al hombre que tiene cien millones en el banco. La experiencia nos muestra que seguramente querrá aún más.

Peor aún en el caso del saber. Es imposible saberlo todo y llegar a ese estado de ya no hace falta saber más.

Quizá sea que jamás llegaremos a la felicidad plena, al menos en este mundo, pero sí tenemos ocasiones en las que gozamos instantes de lo que ella podría ser.

Finalmente

Ante esa definición de felicidad, la de ya no desear nada más, hay dos caminos posibles de tomar.

Uno es el de la renuncia a absolutamente todo en el sentido de educarse para no desear nada, absolutamente nada. Es como una especie de abandono personal que desprecia todas las cosas.

El otro camino es lo opuesto. Es la lucha por ser feliz, incluso sabiendo que nunca se será. En este camino, creo, el sentimiento de felicidad se incrementará notablemente conforme se suba de nivel.

El libro del que hablo y del que sale la cita entrecomillada es el de Adler, M. J., y Weismann, M. (2000). How to think about the great ideas. Chicago: Open Court.

La conclusión es natural hasta ahora. Lo único que puede intentar un gobierno es crear condiciones favorables a la creación más y mejores satisfactores.

Y eso es posible equilibrando los poderes, dejando sueltas las iniciativas personales en un sistema de intercambios libres.

La realidad es que cada persona posee una muy personal idea de su felicidad y esa idea es diferentes en cada una. No hay, por tanto, una felicidad igual aplicable a todos. Solamente la conoce la persona, ningún otro.

Por eso hay una conexión entre trabajo, esfuerzo y felicidad que se anula con la desaparición de la responsabilidad en un régimen político que sustituya las iniciativas personales como, por ejemplo, el ciudadano creado por el Estado de Bienestar.

Se enfatiza la diversidad de necesidades y aspiraciones entre las personas, la naturaleza cambiante de la felicidad individual y la imposibilidad de que terceros conozcan o decidan la felicidad ajena. Y se concluye que el bien común radica en la creación de un entorno propicio para que cada persona, dentro de sus limitaciones, pueda buscar y alcanzar su propia concepción de la felicidad.


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