Esta columna hace una aportación lingüística proponiendo nuevas palabras que persiguen facilitar los diálogos y las conversaciones de las personas con términos más precisos y específicos. Es parte de una colección de ellas que puede verse en ContraPeso.info: nuevas palabras, clasificadas dentro de la etiqueta ContraPeso.info: humor.

La vida cotidiana exige un vocabulario adicional. Es decir, palabras que no existen para así nombrar objetos, acciones e ideas que hasta ahora no poseen un término propio. Existe una cierta escasez de palabras que sirven para denominar objetos y acciones que carecen de un término que las designe. En aras de remediar esa falta del idioma, se ofrece un remedio siquiera parcial.

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Fanil

Perteneciente a la nostalgia tecnológica, esta palabra designa a la pieza de metal qué en los teléfonos de disco facilitaba el marcado del número al detener el dedo índice exactamente en el lugar adecuado a cada número lo que permitía a las centrales telefónicas lograr la comunicación deseada.

Desde luego, esta gran intención de diseño anatómico fue rebasada por adelantos de la tecnología que ahora usan botones de marcado el lugar del disco de los antiguos teléfonos.

Pertenece el fanil a la serie de objetos que han sido desplazados del vocabulario cotidiano pero que quedan en la memoria de quienes los han usado.

Desde luego, las más jóvenes generaciones ni siquiera sospechan la enorme utilidad que tuvo el fanil, mucho menos alcanzan a comprender, por ejemplo, las grandes complicaciones que tuvieron quienes usaban tarjetas perforadas como único medio de comunicación con una computadora que requería aire puro y frío.

Historia

Aunque no hay datos históricos sobre la invención del fanil, por lo general es aceptado que fue un producto lógico e integral de diseño de un teléfono de disco.

Sin embargo, resulta interesante mencionar que existe una añeja casa de nobles venida a menos en Oiseaux-sur-Couteax que se remonta al siglo XII con el nombre de Ducado de Fanille.

Uno de los miembros de esta familia, se sabe, emigró a los Estados Unidos y patentó varios inventos que desgraciadamente no prosperaron y por lo que se considera una posibilidad que haya sido él quien sea el autor del diseño original del fanil.

De lo que sí estamos seguros es de que esa persona de nombre Gustave Louis Gérard Philipede Fanille vivió en Nueva York donde era conocido como Gus Fanil simplemente y que sometió a la oficina de patentes de ese país invenciones como la tecla con un 0 para usarse en las máquinas de escribir y que era diferente a la letra O. También inventó una tasa con asa para zurdos, una tonalidad diferente de negro para los modelos Ford T y un peine especial para barbas y bigotes que retiraba con gran eficiencia los restos de comida.

Estalixita

Este término es un tecnicismo muy usado en arquitectura y que describe en parte los terminados de las paredes interiores y exteriores. Concretamente, en las paredes con textura se da el nombre de estalixita a las porciones totalmente lisas, mientras que la palabra estaxperita se usa para las partes ásperas de las paredes.

Esto ha permitido, en el lenguaje cotidiano, crear índice de textura, haciendo que un 100% de estalixismo sea el equivalente a una pared absoluta y rotundamente lisa.

Este índice puede moverse gradualmente hasta técnicamente un 3% de estalixismo, lo que significa una pared con muy alto nivel de textura de cualquier tipo.

Su uso

Estos conceptos, que enriquecen el vocabulario cotidiano, son normalmente parte de la enseñanza académica de todo buen arquitecto, no tienen en absoluto una correspondencia siquiera similar en las mentes de albañiles y maestros de obra, quienes siguen usando su propio vocabulario, como lo demuestra el siguiente diálogo grabado en secreto y mostrado en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Teocaltiche, Campus Cacaxtla, para demostrar la inutilidad de ciertos conocimientos por parte de uno de los alumnos:

— Maestro, esta pared, la de enfrente de la casa, la que da al occidente, debe tener un índice de estalixismo del 25.8% y la otra pared, la contraria, la que da al oriente tiene que ser un poco más áspera, digamos unos diez puntos porcentuales más —dice el arquitecto mientras ve la hora en su reloj con una caricatura de Bugs Bunny.

—¿Eh? Pos, digo si así lo quiere, allí la llevo, nada más que llegue Tiburcio pa’ decirle lo que debe hacer, pero le dejo el recado con Lauro pa’ que él le diga —contesta el maestro que ve alejarse al arquitecto.

Estos términos, por otro lado, han producido niveles extremos de indecisión en quienes construyen una casa, es decir, quien va a vivir en una casa que se está construyendo tiene que tomar una gran cantidad de decisiones y una de ellas es la que corresponde al índice de estalixismo para cada una de las paredes de su futuro hogar.

Uno de los artículos recientes del Arkitectural Digest for the Very Rich but not so Famous cuenta que la esposa de uno de los clientes de un famoso arquitecto cambió de opinión más de 300 veces con respecto a la textura de una sola de las paredes, a veces dudando entre índices de 22% y 24%, al mismo tiempo que su marido modificó paredes un mínimo contabilizado de 122 veces en cinco meses.

Incorida

Sustantivo, femenino, nueva adición al vocabulario cotidiano, que se usa para designar a un tipo de herida muy leve, generalmente en las manos, y que se produce sin haberla sentido.

Es un fenómeno relativamente común el cobrar conciencia de que se tiene una pequeña costra en, quizá algunos de los dedos, sin recordar el momento ni la causa que ocasionó la herida correspondiente.

Si bien, por razones obvias, la incorida nunca llegará a ser parte importante de la Traumatología, su estudio sí es parte vital de la Psicología Clínica la que ha tratado de contestar la causa por la que el ser humano es capaz de producirse un daño sin que él sea notado hasta tiempo después.

Una de las explicaciones más razonables es la que señala a los factores de distracción como la causa principal, de tal manera que es posible concebir un sistema de anestesia para una operación a corazón abierto sin que el paciente se dé cuenta de ello si es que existen distracciones suficientes.

Desde luego, el problema está en el desarrollo de la tecnología para crear la condición de distracciones suficientes, lo que al parecer tiene un costo mucho más alto que el de la anestesia tradicional y ha provocado que esta idea sea archivada hasta mejores tiempos.

Flexerbo

Se da este nombre, flexerbo, a los verbos que tienen una multiplicidad de significados, según sea su entonación verbal y su uso contextual en la oración, por lo que son de extrema utilidad en el hablar cotidiano e informal.

De entre los varios ejemplos mundiales que existen en varios idiomas, el mostrar solo uno de ellos basta para que quede claro el concepto del flexerbo y su atinada adición al vocabulario cotidiano.

El ejemplo, proviene del Diccionario Ilustrado del Hablar Popular y Flexerbos, editado por Teocaltiche Books Inc. Co. Llc.

Fregar, flexerbo clásico y tolerable sin ser propiamente soez, con multitud de aplicaciones como las siguientes.

Connotación de fraude, como en la siguiente frase, No, la neta fue que el tipo me fregó diciendo que había tenido una reunión con un narcotraficante.

Connotación de engaño, como en la siguiente frase, Y ahora nos sale con la fregaga excusa de que tenía otros datos.

Connotación de sorpresa en el desierto, como en la frase, ¿Dónde fregados escondo los documentos de la compra del equipo?

Connotación de ignorancia, como en este pensamiento, La mera verdad es que no sé qué fregados está sucediendo con las fregadas bolsas de valores que suben y bajan.

Connotación marxista, como en la siguiente frase, Todo puede explicarse con la fregona idea de que todos quieren fregarse unos a otros, en eso de las fregaderas entre clases.

Connotación de apatía, como en esta frase, Me importa una fregada lo que le suceda a la economía, yo no haré nada excepto ir a cobrar mi fregado seguro de desempleo.

Connotación keynesiana, como en esta frase, Todo ese fregado dinero que elevó el fregado déficit del gobierno debe servir para reactivar a la fregada economía.

Connotación monetarista, como en esta frase, El fregado gobierno debe dejarse de fregaderas y abstenerse de imprimir más dinero porque lo único que lograrán es elevar la fregada inflación.

Connotación de reto, como en esta frase, ¿Y ahora que fregados hacemos para que no enteren de la gravedad de la pandemia?

Connotación de valentía, ejemplificada con esta frase, Quiero ver quién es el fregón que viene a decir que no le aguanto beber más fregados tragos que él.

Connotación de hostilidad, como en la siguiente frase, Te juro que me lo friego si cree que puede ganarme la fregada candidatura de mi partido.

Connotación liberal, como en esta frase, ¿Qué fregados tiene que hacer el gobierno emitiendo tantas leyes que complican y friegan todo?

Connotación de descontento, vista con claridad en esta frase, Ya ni la friegan, los impuestos están de la fregada.

Connotación de resignación, vista en esta frase, Nada más pasé y vi la patrulla, y supe que me iban a fregar.

Connotación dictatorial, como en, ¡Aquí sólo se hace lo que yo fregados digo!

Connotación de alegría, en la siguiente frase, Se siente fregón saber que no tienen la menor idea de dónde estoy.

Connotación de sospecha, como en esta frase, Me late que lo que dice el candidato son puras fregadas promesas que ni el más fregón va a cumplir.

Connotación de esfuerzo, vista con sencillez aquí, La realidad es que costó mucho fregado esfuerzo levantarme tan temprano

Connotación de desilusión económica, como en esta frase, Vamos a ver si ahora funciona hacer lo mismo que antes y subir el fregado déficit con el nuevo fregado paquete de pensiones a todos.

Connotación de indignación, como en la siguiente frase, No sé quién fregados se atreve a proponer otro fregado estímulo económico si el anterior sirvió de pura fregadera.

Connotación chavista, como en la frase bolivariana, Nacionalicemos todas las fregadas industrias antes que el fregado imperialismo llegue a fregarnos.

Connotación de admiración, como en esta frase, Deberías ir a ver esa película, tiene unos efectos especiales bien fregones.

Connotación de acoso, como en esta frase, Tan buena estaba y tanto que dejaba lucir sus encantos naturales que la fregaron toda la vida cuando salía por la calle.

Connotación de ignorancia educativa, como en esta frase, La verdad es que nunca supe nada de los quebrados y fracciones que enseñaban en la escuela, ni sé para qué fregados sirven.

Trabarbata

Una prenda tan útil como la corbata no ha escapado a los adelantos de la técnica y goza ahora de una gran adición, la trabarbata, que es la pequeña porción de tela, especie de cinta, colocada en la parte posterior ancha y por donde se introduce la parte delgada, evitando así el ridículo de portar ambas partes separadas, lo que es considerado un error en los cánones de elegancia.

Su origen

En su reciente Historia de la Corbata, su autora, Trementine Tripura, señala que la trabarbata fue muy posiblemente inventada durante algunas de las partidas de póquer a las que tan aficionado era Lord Sandwich y debido a las cuales desarrolló lo que ahora conocemos como sandwich, lo que le permitía seguir jugando sin necesidad de suspender la partida.

Pues bien, un amigo de Lord Sandwich, de nombre James Saint-Hertsfodishire Esq. tuvo un pequeño percance y manchó su corbata con la mostaza en la mesa, esto es, manchó la parte delgada de su corbata pues a la parte ancha había tenido cuidado de sujetarla con el brazo.

Este suceso, después de las tremendas carcajadas del grupo de amigos, originó en uno de ellos la idea de un broche que pegara la corbata a la camisa y con eso evitara sucesos como el de la mancha de mostaza.

Pero fue el Barón de Khrstuny, que se encontraba de visita de Londres, quien dijo negarse totalmente a vestir un broche igual que las damas de su natal Tul´chin, en Mongolia, lo que le llevó a hacer una apuesta con el grupo diciendo que inventaría un remedio a ese problema sin necesidad de usar broches.

Fueron cruzadas cuantiosas apuestas a favor y contra de esa invención y el barón recibió la imposición de regresar a los dos años con el dichoso invento, cosa que hizo produciendo la ahora conocida trabarbata.

Debe señalarse que la trabarbata, desde ese entonces, en el siglo XIX, se ha mantenido prácticamente sin cambios importantes y merece ser añadida al vocabulario cotidiano. Tal fue el ingenio del Barón de Khrstuny, quien no quiso patentar su invención creyendo que existen cosas tan importantes en la vida de un caballero que deben ser dejadas al dominio público sin utilidad ni beneficio.

Sueralibro

Esta nueva palabra hace referencia al conjunto de movimientos corporales que hacen los pacientes ya internados en un hospital cuando ellos caminan por sus pasillos llevando el poste con ruedas del que cuelga la botella de suero al mismo tiempo que con la otra mano intentan tapar la apertura de la bata de hospital que inhumanamente les obligan a llevar.

En efecto, como se puede constatar, los hospitales hacen que sus pacientes vistan unas batas amorfas, que tienen una apertura total en su parte trasera, lo que hace fácil poder observar en demasiadas personas partes de una anatomía que rara vez pueden ser interesantes.

Los estudios

El asunto de esta adición al vocabulario contidiano ha sido sujeto de diversos estudios, entre los que destaca la propuesta de colocar la apertura en la parte delantera, misma que fue rechazada unánimemente por la ONU en una reunión reciente.

Aunque, debe decirse, la misma ONU declaró un derecho humano el evitar la humillación de usar tales prendas.

También ha sido propuesto el uso de pijamas normales, o bien camisones ortodoxos, lo que fue implantado en forma experimental en el Hospital Santo Bombo de Bobo, Mississippi, lo que ocasionó un pequeño revuelo en la población al comprobarse que la cadena de tiendas de ropa interior, Love ain’t Blind, pagó una cantidad indeterminada al hospital para que sus pacientes llevaran pequeños negligés y eso ocasionó que una paciente enferma del estómago fuera objeto de una operación de cirugía plástica de emergencia.

Las propuestas continúan como una acción constante del organismo no gubernamental Sueralibrium International, que considera un acto de inhumanidad y contrario a los derechos humanos el hecho de que los pacientes tengan que humillarse mostrando sus vergüenzas posteriores al mismo tiempo que se pasean por los pasillos de los hospitales.

Esta organización ha empleado por lo pronto los servicios del Dr. Ludovicus Lucius para lograr que a los pacientes, al menos, les importe un bledo mostrar su anatomía.

Aguabrisas

Nombre de índole técnico-automotriz que es necesario para designar con una sola palabra al mecanismo de los automóviles que arrojan agua o un líquido limpiador sobre el parabrisas, en la parte frontal exterior del vehículo.

Generalmente el funcionamiento del aguabrisas es accionado por la puesta en marcha de los limpiabrisas o limpiadores del parabrisas, con el objetivo de limpiar polvo y otras suciedades localizadas en el exterior del parabrisas.

De esta manera, la visibilidad del conductor deja de ser afectada por tales manchas y suciedades, reduciendo la posibilidad de accidentes. Aunque en ocasionen carecen de la fuerza para limpiar los desechos digestivos de aves, los aguabrisas han sido una adición notable al vocabulario cotidiano.

Un caso

La existencia de la nueva palabra, evitará casos como el siguente, tomado de la vida real, cuando el propietario de un auto explicó al mecánico del taller automotriz el problema que tenía su vehículo:

—Maestro Godínez, buenos días… oiga, le traigo mi coche porque el otro día llovió y el parabrisas quedó con manchotas que quise quitarle, pero no pude porque no funcionaban las cosas esas que echan agua sobre el parabrisas, las que tiran agua y que luego con los limpiadores quitan. ¿Me entiende? No funcionan esas cosas que tienen orificios por donde sale el agua y que antes compuso usted de manera que el agua mojaba a los peatones a los lados.

El diálogo puede mejorarse notablemente, logrando una notable economía de palabras:

—Maestro Godínez, mi auto tiene fallas en el aguabrisas. ¿Podría usted repararlas y alinearlas?

El primer diálogo ocupa 80 palabras, mientras que el segundo solamente 14, una diferencia notable de 66 palabras, lo que produciría una mayor eficiencia en el uso del tiempo y en su efecto acumulado, aumentaría el PIB nacional.

El célebre economista japonés, Wilbur von Vvajaak, de la Universidad de Kakabeka en Canadá ha calculado que con ese solo cambio en los usos y costumbres de vocabulario, en un país de cien millones, el PIB se elevaría 0.0001% por cada nueva palabra que evitara diálogos y explicaciones innecesarios.

Repictomanía

Repictomanía es un término, parte del vocabulario cotidiano enriquecido, que designa a la costumbre de realizar dibujos de la más extraña naturaleza durante las reuniones de negocios o de similar tipo, en las que la persona es forzada a permanecer sentada escuchando lo que otra está diciendo y lo que generalmente es profundamente aburrido y fastidioso.

Es natural que la repictomanía haya sido considerada como una actividad de mayor reto intelectual que la relletra, según se ha demostrado sin duda alguna por los estudios del Centro de Negocios de Angmagssalik, Groenlandia, cuyos miembros obtuvieron el primer y tercer lugar de la Bienal de Arte Pictórico del lago de Cadibarrawirracanna en Australia.

Otros casos

El caso más extremo de repictomanía fue registrado por la Unión de Empresarios con Función Social de Huehuetlán el Chico, Estado de México, cuando uno de los asistentes acudió a una conferencia levando consigo un equipo completo de pintura al óleo.

Se trató de una conferencia sobre el tema de la construcción de empresas geotérmicas en Huacareta, Bolivia y su relación con los esquemas globales de monetarismo, presentada por eminentes catedráticos del Centre of Economic Studies de Kankan, Guinea.

Por otro lado, en la ciudad de Nueva York existe una galería especializada en arte de la repictomanía, misma que tiene una empresa subsidiaria de limpieza de oficinas en la localidad.

De esta manera, los encargados de la limpieza tienen la responsabilidad de recolectar todos los papeles abandonados en las salas de reuniones, para llevarlos a la mencionada galería, en la que mes a mes son exhibidos esos papeles.

No debe ser un mal negocio, pues se sabe de varias empresas que han adquirido algunas de esas piezas del arte espontáneo en precios elevadísimos, especialmente una de ellas, por la que se pagaron varios millones de dólares y que era un dibujo de un perico con sombrero flamenco, sobre un papel gris de un reporte financiero con la palabra «confidencial».

Saloyos

Dentro de los temas culinarios y de mesa, se da el nombre de saloyos a las perforaciones que tienen los saleros y los pimenteros, mismos que cumplen una doble función, pues al mismo tiempo que permiten salir al material de su interior, cumplen la misión de identificar el material que contienen.

Otra de las adiciones convenientes al vocabulario cotidiano enriquecido que merece una civilización adelantada.

Por ejemplo, muchos pimenteros solo tienen una perforación, o bien sus perforaciones forman una P, mientras que los saleros tienen diseños mucho más libres y espontáneos.

Desde luego, esta labor de identificación del material se torna una cuestión de insuperable importancia en los casos de saleros y pimenteros opacos que no permiten ver su interior, como los de plata y otros metales que quieren parecer la plata.

Los saloyos, como casi todo, ha sido sujeto de regulación estatal. Lo que se ha pretendido es aplicar el principio físico del Dr. Wilhem Pfaffworburg, que señala que la cantidad de sal que sale de un salero es proporcional al tamaño de la perforación usada.

Por tanto, los gobiernos queriendo que se consumiera menos sal, redujeron por ley el número y tamaño de los saloyos en lo que gastaron varios millones sin resultado aparente.

Percido (a)

Se da ese nombre a la persona con la que existe una relación asimétrica de conocimiento personal. Esa persona lo reconoce a uno, pero uno no reconoce a ella, o al menos no guarda registro posible de su existencia. Un suceso parte lo cotidiano y que no era parte del vocabulario formal.

Un ejemplo, citado con el amable permiso del Instituto de Relaciones Sociales de Palas del Rey, en España, ayuda a aclarar el significado de esta palabra; se trata de un diálogo tomado de la vida real.

Un ejemplo

Relata la situación clásica en la que una persona cualquiera lo conoce a uno realmente bien, pero uno no guarda recuerdo alguno de ella.

— ¡Hola, Pedro! ¿Como estás? Ya estas curado de esa terrible úlcera que sufriste, supongo.

— ¿Qué? ¡Ah, sí! Digo, ya estoy totalmente curado de eso. Y, digo, pues, tú, estás bien, te ves bien.

— Nada de eso, sigo teniendo todos esos problemas que ya te conté hace tiempo, ¿recuerdas?

— ¡Hombre! Sí, como no, los recuerdo. Digo, este, pues, bueno, espero que todo sea leve, digo es como todo, unas veces se gana otras veces se pierde.

— Es una forma de verlo. Pero, por favor, dale mis saludos a tu hermano Juan, que hace tiempo que no lo veo, desde que se divorció y tú te casaste con su mujer. Fue todo un escándalo.

— Sí, creo que tú, digo, te ves bien. Y lo otro, vamos, pues es algo que sucede, vaya, que nadie está exento de las cosas de la vida. Dime cuando fue la última vez que nos vimos. Fue hace ya tiempo, creo, los años pasan y…

— Nada, nos hemos visto hace poco. ¿Ya te has olvidado? ¡Qué memoria tienes! Pero es que claro, con lo ocupado que andas, pues te olvidas de cosas y de la gente como yo. Vamos, Pedro, apuesto a que ni siquiera sabes mi nombre.

— ¡Claro que lo recuerdo! Digo ya, que, bueno, pues, y es que lo tengo en la punta de la lengua. Sí, hombre, digo, que, bueno…

— Pues ya lo sabía. ¡No quieres reconocerme! Claro está que te olvidas de los pobres que no pueden ayudar en tu carrera. Luis, me llamo Luis. Veamos si ahora recuerdas mi nombre completo. Te daré una pista, nos vimos hace seis meses o poco menos en el concierto de la Filarmónica de Pszczyna, que interpretó obras polacas y fue cuando te expliqué lo de mi negocio y lo de mis males. Quedamos en que me llamarías para ver si compras algo de lo que fabrico.

— De verdad que lo siento, pero no recuerdo. Es que había más de mil personas en ese concierto y hablé con tantas y había tanto ruido. Debe ser la edad, mira que ya estoy en los cincuenta y ya no es lo mismo de antes, te vas haciendo viejo y pues suceden estas cosas.


[Actualización última: 2023-07]