Un producto del capitalismo

Una propuesta romántica de regreso a un pasado idealizado sin posibilidad de evolución y mejora. La idea de la economía natural llevada a sus consecuencias lógicas.

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Introducción

El significado actual de una «economía natural» contiene una especie de retroceso a tiempos en los que no existía el dinero. No es que no hubiera algunos intercambios de bienes, sino que el dinero es escasamente utilizado. La razón es que los bienes producidos no son destinados al comercio, sino al consumo del productor mismo.

Es un concepto muy ligado a las ideas de autosuficiencia y autarquía. Por tanto, la esencia de la economía natural es la de un tipo de sistema económico en el que el dinero no se utilizada para el intercambio de recursos y bienes entre las personas que los producen y consumen.

Lo anterior coloca a ese tipo de economía entre los que pueden clasificarse como primitivos, es decir, anteriores a los adelantos posteriores de sistemas económicos más avanzados y dinámicos. Más aún, la economía natural llega incluso a entenderse como lo opuesto a los sistemas de libertad económica desarrollados después.

Significado y características de la economía natural

Se esta en presencia de un concepto vago y resbaladizo sustentado más en sentimientos que en razonamientos sólidos y que contiene las características siguientes.

  • Los bienes se producen centralmente para consumo propio, no para su comercio o intercambio.
  • La producción es realizada por un grupo pequeño y cerrado con recursos propios.
  • El trabajo admite la especialización, pero ella es poco desarrollada.
  • El énfasis central está en el uso de materiales naturales y respeto a la naturaleza.
  • Incluye el desprecio al materialismo y a las sociedades de consumo, especialmente el conspicuo.

El caso de los monasterios del siglo 9

La economía natural puede verse en la circunstancia específica de una comunidad tiempos antes de sistemas económicos al estilo de libre mercado. Por ejemplo, las comunidades de religiosos en las que se producen bienes para su consumo. Un libro examina ese caso encontrando que su sistema económico es otro, no el de una economía natural, sino el del mismo capitalismo.


📕 La idea fue encontrada en el libro de Stark, RodneyThe Victory of Reason: How Christianity Led to Freedom, Capitalism, and Western Success. 1st ed ed., New York: Random House, 2005, pp. 55-63. 


Punto de partida

El autor inicia con una afirmación contundente: el sistema de mercado no fue inventado en un momento en algún sitio de Venecia, menos aún en un banco de la Holanda protestante.

Evolucionó gradualmente y comenzó hace siglos en un sitio no esperado por la mentalidad actual. Se originó en el siglo 9 en los monasterios católicos los que muestran los orígenes de los mercados libres a partir de una economía natural.

Los monjes, a pesar de colocar la espiritualidad en primer plano, tuvieron que atender a la supervivencia de sus establecimientos. Esa realidad tuvo un efecto, la reconsideración de los aspectos materiales influyó en la formulación de las creencias y doctrinas del catolicismo.

El punto central es uno de supervivencia del grupo regido por una economía natural, la que tiene que evolucionar y desarrollarse. No puede quedarse asi de primitiva y, mas aún, las iniciativas de los miembros de la comunidad crearán avances y cambios.

Pero antes…

En el siglo 14, ‘capital’ fue una palabra que se aplicaba a los fondos con capacidad de generar un ingreso (no a algo con un simple valor de consumo).

Eso es equivalente a darle al capital o riqueza una habilidad, la de producir más riqueza. Es decir, antes de que sus críticos le asignaran connotaciones negativas, se asoció con la riqueza que podía generar más riqueza, como el dinero que se presta con interés.

La diferencia es notable entre esta posibilidad y la otra, la de la riqueza que no aumenta, sino que cambia de manos nada más.

La riqueza que produce más riqueza es muy diferente a la riqueza que va de una persona a otra por medio de impuestos, o robos.

Este capital va más allá del simple hecho de prestar con interés, también crea la acción del inversionista, el que se involucra personalmente en las actividades a las que financia, no solo con dinero, sino con otros bienes que también son capital, como tierra, herramientas, instalaciones.

Es decir, el mercado en libertad desde sus inicios estuvo asociado con un nivel de supervisión o manejo, más allá de la realización y del prestamista pasivo.

Esto también es notable, porque con ello van otras funciones, como la planeación, la duración y lo que Stark llama la «complejidad comercial» de la actividad financiada. Se debía además seleccionar oportunidades, por lo que se necesitaba cierta libertad. La empresa moderna estaba siendo creada.

De la economía natural a la libertad económica

En su trayecto a mostrar su existencia en monasterios del siglo 9, llega así el autor a ofrecer una definición de libre mercado que es fundamento de la Economía Clásica. Un sistema económico en el que empresas de propiedad privada, razonablemente organizadas y estables realizan actividades comerciales complejas.

Estas actividades comerciales complejas se realizan dentro de un mercado razonablemente libre, con un enfoque sistemático de largo plazo para la inversión y reinversión de riqueza, directa o indirectamente, en actividades productivas que involucran fuerza de trabajo contratada y son guiadas por beneficios futuros y presentes.

La definición tiene elementos claves, como el de «actividades comerciales complejas», es decir, cierta diversificación y un contacto no directo con el consumidor. 

La parte de «sistema» significa tener prácticas contables. La «inversión indirecta» incluye a accionistas y créditos bancarios.

Pero, muy importante, excluye actividades de corto plazo, a las actividades comerciales realizadas por gobiernos y aquellas en la que el trabajo es forzado. Sobre todo a los intercambios simples, realizados por siglos, entre personas que compran y venden bienes.

Entonces, se tienen como bases del capitalismo, en la Economía Clásica, a principios de mercados libres, para tener oportunidad de negocio y que no existirían en casos de mercados muy regulados o propiedad del gobierno. Todo partiendo de la espontaneidad con la que evoluciona una economía natural.

Como derechos asegurados de propiedad, para que las personas puedan tener estímulos de creación de más riqueza, pues donde no existen, se prefiere consumir y acumular improductivamente. Y como libertad de trabajo, para tener trabajadores motivados que eleven sus ingresos por la productividad.

Inital 'L' - from a 9th century manuscript«Inital ‘L’ – from a 9th century manuscript» by Virtual Manuscript Library of Switzerland is licensed under CC BY-NC 2.0

Evolución del sistema económico natural

Con los conceptos anteriores en mente, Stark entra en su tema, el de la evolución de la economía.

Primero señala que la Biblia con frecuencia condena la avaricia y la riqueza, aunque no el comercio de manera directa. En los primeros tiempos del cristianismo, prevalecía la mentalidad que veía al comercio como degradante y con riesgos morales. Pero esto cambió.

El ascetismo de las opiniones fue cambiando y comenzó una tendencia a aprobar el comercio a partir del siglo 4.

San Agustín, por ejemplo, no condenaba el comercio en sí mismo, pues era una decisión personal el vivir en lo bueno. Es decir, se abría la puerta a que los mismos ministros realizaran actos de comercio. Y esto ya ve ve claro en el siglo 9.

Las propiedades monásticas registran grandes aumentos de productividad por mejores métodos de trabajo, y se especializan en cultivos, lo que produce superávits que se venden para satisfacer otras necesidades y da comienzo una economía con uso de dinero.

Economía clásica

Siendo los monasterios e iglesias los mayores terratenientes, sus activos e ingresos eran incluso mayores que los de monarcas.

Con una vida frugal y reinvirtiendo, la productividad se elevó y se pasó de la autosuficiencia a la especialización y, por tanto, al comercio. Esto creó ciudades alrededor de los conventos y monasterios, a los que las personas acudían en busca de trabajo.

Y comenzó a haber administración, en la que se valoraba el talento (sin los problemas de herencia familiar que sufrían los monarcas). 

Quien tenía las capacidades estaba a cargo de la administración, la que necesitaba registros, decisiones de negocio y cálculos que en ninguna otra economía habían sido necesarios.

Muy importante también fue la actitud con respecto al trabajo, al que se vio como virtuoso dentro de una vida simple, muy diferente a la mentalidad que lo menospreciaba y valoraba el status personal.

El ahorro, la frugalidad, también fueron vistas como virtuosas. Debe recordarse que muchos de los monjes y monjas en estos monasterios eran nobles y no rehuían el trabajo manual, ni el comercio.

Stark señala explícitamente que este compromiso con el trabajo manual es algo que distingue al ascetismo cristiano del ascetismo de otras religiones en las que se rechaza al mundo y sus actividades.

Los monasterios no dependen de la caridad ajena, sino de su trabajo y eso es virtuoso, pero además conecta al mundo espiritual y al terreno confiando en la razón humana y la posibilidad de mejorar.

Globo de ideas relacionadas

El tema de la columna se asocia con otros como el sistema de precios en un mercado libre, mercado libre y moral y ética del libre mercado.

Más otros como comercio justo, el capitalismo evoluciona y cambia y la clara idea de talento más capital: progreso.

Este es el campo de nociones conexas como ambientalismo, romanticismo político y la imposibilidad de una sociedad ideal.

Incluyendo la llamativa idea del optimismo sin escrúpulos y las buenas intenciones del gobernante.

En resumen

Hay sin duda elementos de valor en la propuesta de la economía natural, como sus motivos de cuidado ambiental y su protesta en contra del materialismo y el consumo conspicuo. Sin embargo, tiene el riesgo de presentar un retroceso importante en el progreso y el bienestar de las personas cuando renuncia a bienes imposibles de producir bajo su sistema.

De mantenerse estático, sin posibilidad de evolucionar a sistemas más avanzados, la economía natural no podría sobrevivir, excepto en un estado de pobreza y miseria generalizadas. La única posibilidad de supervivencia sería el que esa economía natural estuviera rodeada de un sistema avanzado que le pudiera proveer de los bienes de los que carecería.


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[Actualización última: 2023-07]