Es posible y deseable poner atención en la mentalidad de crecimiento en un plano individual y tratar de desarrollar esa forma de pensar en cada uno. Pero eso estaría incompleto si no también se pone atención en el medio ambiente cultural que facilita o frena a la proliferación espontánea de esa mentalidad.
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Introducción
La expresión «mentalidad de crecimiento» ha sido usada para describir la actitud con la que la persona contempla su realidad. Y distinguiendo entre una actitud positiva y otra negativa. Por ejemplo, en esto:
«Las personas que tienen una mentalidad de crecimiento creen que sus capacidades se pueden modificar, incluso si tienen dificultad con algunas habilidades. Piensan que con la práctica sus habilidades pueden mejorar gradualmente. Las personas con la creencia opuesta (que las habilidades no se pueden modificar) tienen una mentalidad fija. Piensan que sus habilidades no mejorarán, sin importar cuánto se esfuercen». understood.org/
La idea esencial es atractiva y razonable. Sostiene que la manera de pensar afecta las posibilidades de avance y progreso, tanto de la persona como de quienes la rodean. Ello ha sido explicado así:
«La forma en que las personas piensan sobre sus habilidades y talentos influye en gran medida en cómo aprenden y crecen. El florecimiento humano parece corresponder íntimamente con la mentalidad de una persona». ethicsunwapped.utexas.edu
📍 Este es el terreno de ideas como el subdesarrollo está en la mente, la teoría de Malthus (al revés) y talento más capital: progreso. Más capacidad nacional de desarrollo económico y la noción de desarrollo político.
Dos mentalidades
Es casi inevitable, partiendo de lo anterior, concluir que existen dos mentalidades de crecimiento; una positiva, otra negativa.
🩸 Mentalidad dinámica de crecimiento. Es la que tiene una persona que cree en sus talentos y los pone a trabajar. Hay un convencimiento propio de poder hacer las cosas. Es la actitud que lleva a tomar riesgos y aceptar retos.
🩸 Mentalidad fija de crecimiento. Es la opuesta a la anterior. La persona cree que no tiene habilidades, o que no tiene caso usarlas. No toma riesgos, ni acepta retos.
El concepto suele quedarse sin desarrollar y quedarse en esta explicación derivando consejos y pasos para que la persona logre ser una con esa mentalidad dinámica que crea que tiene talentos, que los puede desarrollar y que puede hacer cosas importantes.
📌 Abandonar a la idea y dejarla en eso nada más es un descuido. Conviene ver la riqueza que contiene y la herencia intelectual de la que disfruta. Hay más, mucho más, en el concepto de mentalidad de crecimiento de lo que aparenta.
La mentalidad de crecimiento: el origen
El concepto lleva a una conclusión pocas veces hecha explícita. Hay sociedades propicias al avance y otras que no lo son. Los logros de un país serán mayores conforme más predomine la noción de que las personas tienen talentos y los pueden desarrollar para ponerlos en acción y lograr lo que ellas se propongan
🖐 El progreso general será mayor en sociedades en las que abunden personas con la mentalidad de crecimiento. En cambio, será menor el florecimiento de sociedades en las que no abunden esas personas, donde ellas no tengan talentos o no crean poder desarrollarlos.
Puede darse un paso adicional y concluir que existen «culturas» que facilitan a la mentalidad de crecimiento y que existen otras que la frenan. No solo es una actitud personal e individual, es también un medio ambiente cultural en el que la persona puede o no desarrollar su creencia en los talentos propios y tener la oportunidad de usarlos.
La cultura de crecimiento
Por cultura de crecimiento se entiende a esas sociedades en las que su forma de pensar promueve la actitud individual de la mentalidad de crecimiento y produce una gran cantidad de esas personas. Más en específico, es el entendimiento de quién es la persona la que puede producir esa mentalidad.
Esto lleva a la cultura griega de la antigüedad. Su concepción general acerca de la persona era la de alguien libre con capacidad de pensar y razonar, que tiene idea de su individualidad valiosa. Es donde surgen las ideas de justicia, virtud, deber, verdad. Más lo que le siguió:
«Los griegos sentaron las bases, pero fue la transmutación de esas bases por parte del cristianismo lo que le dio a la Europa moderna su ímpetu y diferenció los logros europeos de los de todas las demás culturas del mundo». Murray, Charles. Human Accomplishment.
Y eso fue lo que dio a esa cultura la mentalidad que produjo tantos avances artísticos y científicos. Con un dato complementario enriquecedor.
«Santo Tomás de Aquino propuso el argumento, finalmente adoptado por la Iglesia, que la inteligencia humana es un don de Dios, y que aplicar la inteligencia humana para comprender el mundo no es una afrenta a Dios, sino que le agrada». Ibídem
📌 Es posible y deseable poner atención en la mentalidad de crecimiento en un plano individual y tratar de desarrollar esa forma de pensar en cada uno. Pero eso estaría incompleto si no también se pone atención en el medio ambiente cultural que facilita o frena a la proliferación espontánea de esa mentalidad.
Cultura del «anticrecimiento»
Lo anterior hace posible concluir la existencia de maneras de pensar comunes en una sociedad que son contrarias a la proliferación de mentalidades individuales de crecimiento. Es decir, culturas en las que las personas son consideradas como lo opuesto de la mentalidad griega apuntada antes.
Esto se refiere a formas generalizadas de pensar que dictan que las personas no pueden razonar, que la verdad no tiene sentido, que el mundo no puede conocerse. Filosofías que niegan la libertad y el propósito de la vida, en las que no tienen sentido las ideas de belleza, adelanto, justicia y virtud.
Aún más, es posible que las culturas propicias a la mentalidad del crecimiento personal cambien y se conviertan en sociedades opuestas a ella, cuando se popularizan ideas como el relativismo moral.
Conclusión
Fue presentada la idea de la mentalidad de crecimiento exponiendo que ella es una noción positiva dirigida al desarrollo personal que enfatiza la autonomía individual que con talentos propios permite el florecimiento de cada uno.
Y se propuso que esa mentalidad debe ser examinada considerando también el medio ambiente cultural de la sociedad, el que puede o no ser propicio al desarrollo de esa mentalidad. Olvidar esto haría que la mentalidad de crecimiento se limitara a simples métodos orientados a la motivación personal.
Es obvio que existen medios ambientes culturales en los que la forma de pensar fomenta y crea la existencia de personas con esa mentalidad. Esos son lugares de florecimiento, progreso y avance acumulado por las contribuciones y logros de miles.
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