El significado usualmente aceptado de «responsabilidad social» es uno de escasa utilidad. Precisamente por eso es un concepto que debe ser examinado. ¿Qué es responsabilidad social?

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Introducción

La expresión «responsabilidad social» es un concepto que combina admirables intenciones con una vaguedad que la hace casi inútil. En lo que sigue se hacen precisiones sobre su significado.

📍 Este es el campo de la responsabilidad moral, los efectos de la desaparición de la responsabilidad y la irresponsabilidad como enemiga de la sociedad libre. Más el llamado a actuar colectivamente y ¿qué es justicia social?

Responsabilidad social, la definición acostumbrada

La vaguedad del significado del esta noción puede ser demostrada en esta definición.

«La responsabilidad social es el compromiso, obligación y deber que poseen los individuos, miembros de una sociedad o empresa de contribuir voluntariamente para una sociedad más justa y de proteger el ambiente». significados.com

Más que una vaga responsabilidad «social», ella puede ser mejor entendida si se examina su elemento esencial. Los impactos en los demás.

Es decir, la responsabilidad social puede ser examinada con provecho si se le entiende como una idea que persigue, al menos, evitar que las personas sean dañadas por las acciones de uno.

Efectos en los demás

Es la consideración de los efectos en terceras personas de las decisiones y actos personales. Es decir, el impacto de las acciones de la persona A en las personas B, C, D y el resto. El efectos de todas las decisiones de todos en todos

Todavía más, ese efecto en otros de las decisiones y actos personales puede ser de diferentes tipos.

Efectos indiferentes, muy pequeños o neutros

Esto hace irrelevante el uso del concepto «responsabilidad social». Simplemente no tiene sentido dada la inexistencia de consecuencias en los demás.

Por ejemplo, la persona A decide cenar en casa y esto tiene efectos nulos en el resto de sus vecinos. Sería absurdo que el propietario de un restaurante afirmara que lo daña por no ir a cenar a su establecimiento.

Efectos indirectos, no voluntarios, positivos y negativos.

Esto también hace irrelevante el uso del concepto «responsabilidad social». No hay intención, no son acciones voluntarias. Y pueden tener efectos buenos y malos.

Por ejemplo, la persona B abre una papelería lo que sin duda tiene efectos en otras personas a las que ofrece otra opción de compras (a las que beneficia). Pero que el propietario de otra papelería cercana considera una acción que le afectará.

La tienda de iTunes alteró el futuro de las tiendas de discos con música. ¿Debía prohibirse esa innovación por esas consecuencias negativas en empleos y negocios?

Efectos directos positivos y negativos, voluntarios o conocidos

Este tipo de efectos sí permite aplicar el concepto de «responsabilidad social».

Por ejemplo, la persona C propietaria de una fábrica tira desechos en un río al que contamina. Ella daña con conocimiento e intención a otras.

O bien, la persona E tiene como costumbre pasear por el parque cercano a su casa y recoger basura que otros ha tirado. Lo que ella sabe que beneficia a su zona y las personas que en ella habitan.

En última instancia la responsabilidad social es realmente personal y manifiesta una modalidad de la prudencia. Es decir, la costumbre de considerar las consecuencias de los actos propios buscado al menos no hacer daño a otros.

Pre-aprobación políticamente correcta

Es un riesgo de la existencia de clisés de responsabilidad social. Esas acciones pre-aprobadas que sin gran análisis se toman como positivas y llegan a ser políticamente correctas.

Por ejemplo, la idea de que es socialmente irresponsable quien compra un automóvil de gasolina pudiendo comprar uno eléctrico. Y que no considera el uso de energía estándar para generar electricidad ni el hecho de que los automóviles eléctricos reciben subsidios (¿es socialmente responsable gastar el dinero de otros en lo que la persona compra?)

O bien, el caso de la carrera que una persona decide estudiar y que es motivada por el beneficio personal que ella tendrá. Esto no suele verse como socialmente responsable, creyendo que solo lo sería si decide estudiar otras opciones con menores ingresos pero juzgadas como necesarias.

Sin embargo, el que alguien reciba altos ingresos por su profesión significa que provee algo que las personas juzgan de gran valor y a quienes produciría satisfacciones valiosas.

Concluyendo

La «responsabilidad social» es un concepto de moda intelectual dentro de la zona de lo políticamente correcto. Tiene sin duda elementos valiosos, pero posee riesgos severos de impedir el pensamiento libre.

Es un concepto demasiado amplio y vago, que se acomoda a cualquier reclamo dándole un aura de santidad que no necesariamente es justificable.

El mismo problema que vaguedad que tienen otros conceptos como hipoteca social, gasto social y el más célebre de todos, justicia social.

La responsabilidad social es una expresión que sin mucho mérito sustituye la virtud de la prudencia, que es el hábito de anticipar las consecuencias de los actos personales.

Y a lo que añade el imperativo de la regla de oro, el buscar al menos no hacer cosas que no nos gustaría que nos hicieran a nosotros.

La responsabilidad social, en su vaguedad de significado, tiene efectos en la concepción de clasismo y miopía política que ve sectores sociales pero no personas, creando el espejismo de la macropolítica.

[El libro usado para los últimos ejemplos fue Landsburg, Steven E. The Big Questions: Tackling the Problems of Philosophy with Ideas from Mathematics, Economics, and Physics. New York: Free Press, 2009, p. 173.]


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[Actualización última: 2023-06]