El dilema de la educación dogmática. La solución sugerida e implantada deja mucho que desear. Es una simple sustitución de unos dogmas buenos por otros no tan buenos.

La columna argumenta que la idea de una educación «no dogmática» es una falacia, pues toda enseñanza se construye sobre creencias fundamentales. Lo que se percibe como «no dogmático» es, en realidad, una sustitución de unos dogmas por otros distintos, decididos por quienes dirigen el sistema educativo.

Se enumeran ocho dogmas de la educación «no dogmática», como el colectivismo, el conflicto social y el materialismo. Incluso la educación laica inculca un credo propio al ignorar lo espiritual.

📌 En suma, no se elige entre educación con o sin dogmas, sino entre diferentes conjuntos de creencias, siendo la que integra lo religioso más completa por abordar las preguntas trascendentales de la existencia.

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Introducción

En lo que sigue quiero examinar una idea que ha sido aprobada sin mucho pensarlo. La propuesta de que la educación no debe ser dogmática.

Sostener que una buena ocasión debe carecer de dogmas es considerado un avance, un signo del progreso. Esto es algo que sorprende, porque en realidad es una propuesta tan vaga que no tiene significado.

¿Qué significa al final de cuentas ‘dogma’? Dejar sin contestar la pregunta es igual a decir nada o muy poco, con un problema adicional.

📌 El de decir que la educación no debe ser dogmática puede ser interpretado en realidad como otro dogma, y la propuesta se destruye así misma.

La propuesta

📌 Esta columna propone que toda educación es dogmática, es decir, tiene creencias profundas de las que parte y sobre las que se construye la educación que se imparte. Esto incluye muy señaladamente a la idea de que la mejor educación es la que no es dogmática.

El punto central de la columna es que esa educación que se cree es superior por no contener normas es también dogmática.

Ese es el dilema de la educación dogmática

Lo que la propuesta de la educación no dogmática dice es que en realidad la educación no debe incluir algunas ideas, pero sí debe incluir otras.

¿Cuáles ideas se incluyen y cuáles se excluyen? Eso se deja sin especificar y significa que queda a criterio de alguien. De quien esté a cargo de la educación.

El dilema de la educación dogmática es el de las ideas a retirar de la educación y de las ideas a incluir en ella.

📌 Las ideas que sean prohibidas y retiradas del contenido educativo, son las acusadas de ser dogmas inadmisibles. Y las ideas que sean incorporadas al contenido educativo, por supuesto, son las no consideradas como dogmas, sino como ideas que representan avance y progreso.

Todo dependerá de quién lo decida. De ese que enfrentará al dilema de la educación dogmática y propondrá una solución en concordancia con sus propios dogmas.

La educación siempre es dogmática

Desde hace ya algunas décadas quienes han decidido el contenido educativo han tomado esa decisión. La de distinguir y separar lo que ellos consideran dogmas desaprobados.

Lo que ha sucedido en realidad es que quienes han tomado esa decisión han retirado lo que ellos piensan son dogmas, para incluir ideas que ellos piensan no son dogmas, aunque en realidad sí los sean.

📌 Lo que sucede es que el dilema de la educación dogmática es solucionado erróneamente por tratarse de una mera sustitución de dogmas. Los aprobados por el «censor» sustituyen a los que desaprueba.

Es lo que argumentó Chesterton: la educación es siempre dogmática y eso no puede evitarse.

Los 8 dogmas de la educación «sin dogmas»

Algunos de los dogmas de la educación que presume de no tenerlos son los siguientes, lo que solo en apariencia soluciona el dilema de la educación dogmática.

1. Colectivismo sí, personalismo no

La educación actual enfatiza una visión colectivista de la sociedad por encima de una visión de la identidad personal. Dice al alumno que se entienda a sí mismo como parte de un grupo, no como una persona que tiene una identidad propia y separada. El uso frecuente del término ‘social’ es muestra de esta mentalidad.

2. Conflicto sí, colaboración no

La educación actual enfatiza la división social en grupos que tienen intereses antagónicos —mujeres y hombres, obreros y patrones, ricos y pobres. Con esto, promueve el concepto de lucha social en oposición a la idea de colaboración entre ciudadanos.

3. Gobierno sí, libertades no

Promueve también las bondades de un gobierno grande responsable del cuidado de la vida integral de las personas, haciendo de lado la posibilidad de regímenes con gobiernos pequeños donde las personas son responsables de su propia vida.

La educación actual es partidaria del intervencionismo económico, promoviendo la idea de que los gobiernos tienen la capacidad para planear a la economía y hace de lado la alternativa de la iniciativa individual de trabajo y la libertad económica.

4. Materialismo sí, espiritualidad no

Enfatiza una naturaleza humana totalmente materialista, ignorando la dimensión espiritual del ser humano. Esta educación es una promotora del ateísmo y ataca consistentemente a cualquier religión cuyas creencias suelen calificar de supersticiones.

5. Tolerancia sí, razón no

Promueve también la aceptación indiscriminada de ideas políticamente correctas, impidiendo al alumno utilizar su poder de razonamiento para examinar esas ideas. Es el síndrome de la mente abierta a todo lo aprobado sin importar la calidad de lo que se dice.

6. Reclamos sí, obligaciones no

Hace entender al alumno que los derechos humanos son reclamos de concesiones gubernamentales, olvidando que los derechos tienen una contrapartida de la responsabilidad personal.

7. Relativismo sí, valores universales no

Instruye al alumno en la diversidad, como relativismo moral, afirmando que no hay normas universales. Es el síndrome de la tolerancia irrestricta que anula el poder de razonamiento.

8. Sexo sí, autodominio no

Enseña al alumno que la liberación sexual es un derecho al placer sin responsabilidades, olvidando el concepto de control personal.

La idea propuesta

Primero, es imposible tener una educación que no sea dogmática, es decir, sustentada en creencias que se toman como verdades y principios sólidos.
Segundo, la educación que se llama a sí misma «no dogmática» es una que ha sustituido los dogmas que no quiere con los dogmas que sí quiere.

📌 El dilema de la educación dogmática ha sido solucionado por medio de una sustitución de dogmas. Y los dogmas que inculca son inferiores a los sustituidos.

El dilema desvelado

La realidad es que esa educación sin dogmas que presume de ser superior a la educación religiosa tiene sus propios dogma, aunque ellos permanecen un tanto velados.

El punto es simple. Simple y lógico. Una escuela que no enseña religión, por ejemplo, la Católica, o la Judía, de cualquier manera enseña religión, otros dogmas.

No puede evitarlo. Una de las consecuencias de la educación incompleta. Quitar el currículo religioso es una manera de poner otro currículo religioso. Un currículo que tiene sus creencias.

Un autor, Budziszewski, J., en su libro What We Can’t Not Know: A Guide, ha hecho una lista de las creencias religiosas que se encuentran en las escuelas que no enseñan religión.

  • Cree que no es importante para ningún niño el conocer algo sobre Dios. Los niños, se piensa, están en una posición mejor si nada conocen de Dios.
  • Supone que las preguntas y dudas que los niños tengan acerca de Dios no merecen atención alguna. La curiosidad del niño sobre Dios no debe ser satisfecha.
  • Cree que los padres y los profesores nada saben de Dios que sea digno de ser compartido con los niños. Una especie de intención para continuar ignorando el tema de manera intergeneracional. Lo que los adultos piensen de Dios simplemente no tiene importancia.
  • Cree que, del otro lado, Dios tampoco tiene importancia. Debe, por tanto, ser tratado, como un tema de ínfima prioridad y sin impacto alguno.
  • Supone que si acaso hay inquietudes espirituales, ellas encuentran una respuesta en cualquier explicación que no sea Dios mismo.

📌 Es decir, al final de cuentas, la educación laica tiene una serie de creencias que forma un credo religioso. Uno que juzga falsos a todos los demás credos religiosos. Esta es la razón por la que realmente no puede existir una educación laica, sin religión. O se enseña un credo o se enseña otro.

Entonces

Si se cree que en una escuela laica no se les enseñara religión alguna, se equivoca de cabo a rabo. Se enseñará ese credo, esas creencias sobre Dios. Una educación incompleta, la que por ignorar a la religión tiene consecuencias, las de enseñar otra religión.

📌 Si se diera cuenta de la realidad, vería que en realidad su decisión es la de qué religión se le enseñará a sus hijos. No decide entre religión y no-religión, sino entre dos clases de dogmas.

No se hecho una apología de la educación religiosa, ni dicho que las escuelas deben tener educación religiosa. Tampoco que ellas no deben tenerla. Lo único dicho es que de una manera o de otra, las escuelas siempre tienen alguna modalidad de instrucción religiosa. Incluso la educación laica.

¿Cuál de esas opciones es la mejor, la educación con religión o laica?

Una respuesta razonable estará influida por la noción de la amplitud de la educación. Es decir, la educación que incluye aspectos religiosos será más completa que la que no los incluye.

Pero no solo eso. Al rechazar los aspectos religiosos también se ponen de lado los aspectos espirituales, volviendo a la educación una enseñanza meramente materialista e incompleta.

Una enseñanza que descuida a la filosofía de la vida, a la razón de nuestra existencia, a todo eso que forma las interrogantes mayores de nuestra existencia.

Una educación que hace que el alumno permanezca ignorante en los terrenos más importantes de su vida, me parece que comete una falla en extremos seria, la más seria de todas, el ser incompleta.

No creo que ese padre de familia realmente se dé cuenta de esa falla en la educación laica que prefiere para sus hijos.

Pero menos se da aún cuenta de que esa educación religiosa que trata de evitar para sus hijos en la escuela, también se da en casa. Principalmente en casa, aunque él no lo quiera.

La columna examina la creencia extendida y poco cuestionada de que la educación no debe ser dogmática, considerándola un signo de progreso. Sin embargo, sostiene que esta afirmación es vaga y, paradójicamente, se convierte en un dogma en sí misma.

Se propone que toda educación es inherentemente dogmática, es decir, se construye sobre un conjunto de creencias fundamentales que son aceptadas como verdades y principios sólidos.

El «dilema de la educación dogmática» radica en determinar qué ideas se incluyen y cuáles se excluyen del contenido educativo. Aquellas ideas consideradas «dogmas inadmisibles» son retiradas, mientras que otras, presentadas como avances o progreso, son incorporadas.

Esta decisión, sin embargo, siempre recae en la mentalidad e ideología de quienes están a cargo de la educación, lo que resulta en una mera sustitución de dogmas. Chesterton, citado en la columna, ya argumentaba que la educación siempre será dogmática, es una realidad ineludible.

La columna enumera ocho dogmas presentes en la educación que presume de no tenerlos, como el fomento del colectivismo sobre el personalismo, el conflicto sobre la colaboración, el gobierno grande sobre las libertades individuales, y el materialismo sobre la espiritualidad.

También señala la promoción de la tolerancia indiscriminada sin el uso de la razón, la priorización de los reclamos sobre las obligaciones, el relativismo moral, y una visión del sexo desvinculada del autodominio.

Finalmente, se concluye que la educación que se autodenomina «no dogmática» simplemente ha reemplazado los dogmas que rechaza por otros que sí acepta.

Incluso la educación laica no puede evitar inculcar un credo o conjunto de creencias, especialmente en relación con Dios y la espiritualidad.

Al ignorar la dimensión religiosa, esta educación se vuelve materialista e incompleta, descuidando las preguntas más trascendentales de la existencia humana.

📌 La elección, entonces, no es entre educación religiosa y no religiosa, sino entre diferentes conjuntos de dogmas, y la que incluye aspectos religiosos resulta ser más completa al abordar la filosofía de la vida y la razón de nuestra existencia.


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