El problema de si la libertad significa ausencia de normas morales, es decir, liberación individual ética. O, por el contrario, quiere decir que para conservar a la libertad ella necesita normas y principios morales. El dilema de la libertad con y sin moral.
Índice
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Primero algunos datos
Hay un índice que tiene información al respecto, el World Index of Moral Freedom. Esta es una pieza fundamental para examinar el dilema de la libertad con o sin moral.
Los números indican que entre entre 100 y 80 puntos, el país tiene una alta libertad moral. Por el contrario, entre 20 y 0, tiene la mínima libertad moral. Y, en medio, los resultados entre esos extremos.
Los de más libertad moral
No sorprende que Holanda, con 91 puntos ocupe el primer lugar. Lo interesante está en los siguientes lugares según el índice de libertad moral:
- Portugal (87)
- Canadá (87)
- Uruguay (84)
- República Checa (84)
- Alemania (83)
- España (82)
- México (81)
- Suiza (81)
- Estados Unidos (79)
Los de menos libertad moral
Del otro lado de la tabla, al final, el país con el índice más bajo es Arabia Saudita con 10 puntos. Le siguen de acuerdo con el índice de libertad moral:
- Yemen (11)
- Emiratos Árabe Unidos (11)
- Irak (13)
- Catar (16)
- Kuwait (16)
- Afganistán (16)
- Egipto (17)
- Iran (18)
- Pakistán (18)
- Brunei (20)
La complicación del índice
Aunque del lado bajo hay un patrón más o menos claro, del lado superior la mezcla es curiosa.
Uruguay más moralmente libre que Estados Unidos. México más moralmente libre que Francia y Suecia. Portugal mas moralmente libre que Finlandia y el Reino Unido.
Japón con similar libertad moral que Cuba, Mónaco y Turquía. Como que hay algo extraño en este índice de libertad moral que coloca juntos a Venezuela e Israel.
El índice de libertad moral: cinco indicadores
Esas cinco variables que utiliza el índice son de gran utilidad para examinar el dilema de la libertad con moral o sin ella. Esos componentes son los siguientes.
1. Indicadores religiosos
Es la libertad de practicar cualquier religión, la ausencia de influencia estatal en asuntos religiosos, la ausencia de censura de contenido en línea y leyes que protegen esta libertad.
Aquí los resultados son en general altos para todos los países, pero con excepciones esperadas: Cuba, Turquía, Uzbekistán, Túnez, Turkmenistán más otros que culminan con Arabia Saudita, Irán y Pakistán.
2. Indicadores bioéticos
El índice de libertad moral considera a esta libertad que incluye centralmente la libertad de abortar y la legalización de la eutanasia. Más investigación de células madre, clonación, alquiler de vientres y similares.
3. Indicadores de drogas
Esta medición se enfoca al consumo de marihuana y la aplicación de las leyes antidrogas en general.
4. Indicadores sexuales
El índice de libertad moral en este componente se refiere a la disponibilidad abierta de material pornográfico, la posibilidad de prostitución y la edad de consentimiento sexual.
5. Indicadores de género y familiares
Esto mide la libertad de movimiento de la mujer, la cohabitación de personas no casadas, el estado de las parejas del mismo sexo y el estado de personas transgénero.
El dilema de la libertad con o sin moral
La combinación de indicadores de todo tipo es, entonces, lo que explica esos resultados curiosos apuntados antes.
Por ejemplo, Luxemburgo está colocado más abajo que Portugal y México, pero eso se debe a su prohibición de drogas que es mucho mayor a la de esos otros países.
Bolivia está por encima del Reino Unido, y eso se debe a diferencias en los indicadores de drogas y sexuales. Japón está más abajo que Rusia a pesar de mayor libertad religiosa en el primero.
📌 Lo que hace el índice de libertad moral es medir la ausencia de normas morales de aspectos bioéticos, sexuales y de género mezclándolos con libertad religiosa y de uso de droga. Una combinación un tanto exótica.
Usted puede leer la explicación completa en el reporte. El punto, sin embargo, es el juicio al respecto.
El centro del dilema
¿Es la posición ideal la de la máxima libertad moral, o bien existe una posición media que sea óptima? Este es el dilema de la libertad con o sin moral.
Un asunto de responsabilidad moral que hace inevitable la pregunta de si la libertad es posible de conservar sin mandatos morales. Es decir, si es que es posible entender a la libertad general como una liberación personal.
«Pero, ¿qué es la libertad sin sabiduría y sin virtud? Es el mayor de todos los males posibles; porque, sin instrucción ni restricción, es insensatez, vicio y locura».
—Edmund Burke
¿Y la libertad económica?
Es llamativo que no parezca haber relación entre el índice de libertad moral y el índice de libertad económica. Los primeros lugares en este último son:
- Hong Kong
- Singapur
- Nueva Zelandia
- Suiza
- Australia
- Irlanda
- Reino Unido
- Canadá
- Emiratos Árabes Unidos
- Taiwan
De ellos, solo Canadá aparece entre los primeros diez lugares del índice de libertad moral.
México, por ejemplo, es el lugar 66 en libertad económica pero el número 10 en libertad moral. España el 57 en libertad económica y 6 en moral.
Uruguay el número 2 en libertad moral, pero el número 40 en económica. Cuba el 59 en libertad moral y 178 en libertad económica.
El dilema de la libertad y la moral
Al final de cuentas el dilema se centra en la inclusión de los indicadores como adecuados o no.
La libertad religiosa
No creo que haya mucha duda al respecto, ella es buena. Los gobiernos no tienen justificación para obligarla a ser de tal o cual religión. Esa es una decisión personal, cuya historia es amarga y dolorosa.
Es la idea de la separación de poderes iglesia-gobierno que produce un laicismo amigable y que es consecuencia de las libertades humanas.
Libertad de uso de drogas
También es un asunto de libertad personal que, al mismo tiempo, mezcla el fracaso del combate a las drogas y termina por justificar su legalización.
Moralmente reprobables, sin embargo, su prohibición no es parte de la responsabilidad gubernamental, como no lo es la prohibición de bebidas fuertes.
Las otras libertades
El índice de libertad moral muestra el dilema. Considera que son parte de la libertad el aborto, la eutanasia, el alquiler de vientres, la pornografía, la baja edad de consenso sexual y demás.
Esos asuntos son tomados como un signo de libertad moral y es cierto. Son acciones que están disponibles y pueden ser conductas libres. Pero no significaría que sean conductas admirables, ni morales.
Esto es algo complejo, el de la liga entre libertad y moral planteado por Tocqueville, es decir, la imposibilidad de soportar totalmente a la libertad al ser irrealizable la tarea de construir una moral propia válida y sólida.
En otras palabras, los seres libres necesitan guías externas que pongan un yugo saludable a su libertad. Si cada quien es responsable de su propia moral, eso crearía dudas y confusiones que prepararía a las personas a la servidumbre, según Tocqueville. Es el problema del relativismo moral.
Un escenario en el que la persona tiene absoluta independencia moral resulta una carga demasiado pesada para quien quiere partir de cero creando una moral original propia. Una carga imposible que terminaría en un caos propicio a entregarse a un amo que domine.
Es dudoso que podamos soportar al mismo tiempo la total libertad y la entera independencia moral. Necesitamos religión, o al menos, principios morales que tienen origen religioso.
Que algo sea realizado en plena libertad, me parece obvio, no otorga a esa conducta un sello de aprobación moral, lo que parece implicar ese índice. Que la pornografía circule libremente, sin censura gubernamental, es propio de una sociedad sin intervencionismo moral, pero no convierte a la pornografía en algo admirable.
Conclusión
Puede crearse la impresión de que los mejores lugares son los primeros y los últimos los peores, cuando no necesariamente lo sea lo mejor. Este es el problema del error de los extremos, el justo medio de Aristóteles.
Si sabemos que en un extremo indeseable están Arabia Saudita, Yemen, Irak, Emiratos Árabes Unidos y demás, podemos concluir que es posible que también lo estén Holanda, Uruguay, Portugal y el resto de los primeros lugares.
En fin, un terreno complejo que ese índice puede simplificar indebidamente. La libertad moral no significa libertad sin moral, como parece sostener ese indice y el dilema que plantea.
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