Un modo erróneo de pensar. La falacia de la solución política única lleva supone que todo problema en una sociedad tiene una sola solución, la intervención gubernamental en la vida de las personas.

7 minutos

Introducción

La columna propone la idea de un modo erróneo de razonar en el terreno de la política.

📌 Se comete la falacia de la solución política única cuando se supone que la intervención del gobierno es la sola y exclusiva forma de solucionar todos los problemas que se presentan en una sociedad.

Cuando la única herramienta que se tiene es un martillo, dice el dicho, la persona verá clavos en todas partes. La falacia sucede cuando se piensa que no existe otro remedio para solventar dificultades en una comunidad que dejar su solución en manos de los gobernantes.

La falacia de la solución política única

Ella está bien ilustrada en reportes como «El 70% de españoles cree que el Estado sí debe intervenir en la economía, según el CIS».

O bien, en esta otra noticia, «La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha propuesto topar el precio de una cesta de la compra compuesta por veinte productos básicos entre los que se incluirían la leche, el pan, los huevos o la fruta».

«Gobierno destina casi 500 millones de pesos para subsidiar combustibles», se reporta en otro sitio. Incluyendo ser la solución a la infelicidad en la idea de «Un Ministerio de la Felicidad, como concepto de política gubernamental, busca promover el bienestar general y la satisfacción en la vida de los ciudadanos a través de diversas iniciativas y políticas públicas».

El mecanismo de la falacia es sencillo:

  • Se pone atención en un problema real o imaginado.
  • No importa la naturaleza de ese problema.
  • Se piensa que su sola solución en una acción gubernamental.
  • Son ignoradas otras posibles soluciones.
  • Conclusión: el gobierno debe actuar y quien se oponga es acusado de insensibilidad.

El razonamiento

Es un proceso que inicia con la atención puesta en un problema, por ejemplo, el aumento generalizado de precios. La situación se considera de importancia y como reacción inmediata se produce una interrogante. ¿Qué hará el gobierno para evitar esa elevación de precios?

O bien, se realza una situación cualquiera, como la desigualdad social, la que de inmediato se plantea con la misma pregunta. ¿Qué hará el gobierno para corregirla?

📌 La falacia de la solución política única puede descubrirse con facilidad. Se comete cuando la solución al problema se entiende como la sola respuesta a qué hará el gobierno para solucionar la dificultad encontrada.

Con una adición significativa. Las sociedades no están exentas de problemas a los que se añaden con facilidad problemas imaginarios. Esto produce una larga lista de ocasiones que justifican la intervención gubernamental sin que sean tomadas en cuenta otras posibilidades. Un caso de miopía política.

Quizá el problema no sea tan serio, tal vez sea más imaginario que real. Puede ser que el mismo gobierno lo haya producido, o que tenga otras soluciones más efectivas.

Los componentes

La falacia de la solución política única puede comprenderse mejor atendido a los elementos que la componen.

Ignora otras soluciones

Cuando la solución se plantea como la respuesta a qué hará la autoridad política, se descartan otras posibilidades de remedio. La principal opción ignorada es la solución dejada en manos de las personas mismas, desperdiciando su talento, conocimiento y experiencia.

Retira libertades

La falacia de la solución política única supone que no hay más formas de remedio que la acción estatal y eso pone de lado a la libertad del ciudadano el que es convertido en un ser que debe limitarse a cumplir con las instrucciones oficiales. De nuevo, así se desperdician las contribuciones que podrían hacer.

Su fondo es diáfano: «Tú, ciudadano, no hagas nada para resolver tus problemas, espera a que el gobernante lo haga en tu lugar».

Eleva riesgos

Concentra poder de solución y, por eso, centraliza y eleva riesgos de malas decisiones que afectan al total de ciudadanos. Por el contrario, si la solución fuese el conjunto de decisiones individuales, los riesgos se diversificarían limitando los efectos de errores en las decisiones a un nivel personal.

Produce autoritarismo

Planteando la solución a todo problema como la respuesta a qué debe hacer el gobierno, la falacia de la solución política única, alimenta un ciclo de concentración de poder. Solamente el gobierno, adquiriendo más responsabilidades, podrá remediar los problemas que se vivan en una sociedad.

Esto conduce a la pasividad del ciudadano, cuyo papel exclusivo es esperar a que los gobernantes actúen.

Puede crear problemas ficticios

El marco mental incentiva la producción de problemas ficticios, mal analizados y a su exageración sistemática. De esta manera se satisface el ansia de acumular poder de todo gobernante.

Más aún, el sistema democrático se presta admirablemente a este fenómeno. Para ganar elecciones, los candidatos tenderán a hacer promesas crecientes que solucionen los problemas de las personas, sin poner atención en las consecuencias de largo plazo.

Los ciudadanos tenderán a suponer que su voto es garantía de gobiernos eficientes y de calidad, a los que debe dejarse actuar sin contrapesos.

Crea estados mentales alterados en el gobernante

Este modo equivocado de razonar modifica a la mente. El gobernante llega a pensar que la sociedad puede conducirse como si se tratara de un panel de control con botones y palancas que mueven a su gusto. Su mente llega a crear mundos virtuales en los que nada de lo que ellos quieren es imposible.

Y muchos ciudadanos llegan a creer también en la existencia de gobernantes que son mesías políticos, super hombres que pueden resolverles quitarles toda responsabilidad personal.

Las víctimas de la falacia de la solución política única son esas dos apuntadas antes.

Los gobernantes

Estos son una élite pequeña de personas que han tomado el papel de gobernantes, es decir, de gente que supone que sabe más que el resto y tiene la responsabilidad de guiar la vida del resto. Para ellos, la sociedad ideal es aquella que han concebido, donde los ciudadanos siguen sus mandatos e instrucciones.

Por supuesto, la vida de una buena parte de los gobernantes depende de mantener el error de la falacia de la solución política única. Otras posibles soluciones los dejarían sin su modus vivendi.

Los ciudadanos

Una buena cantidad de personas razona mal también. Muchos ciudadanos también parten de la idea de que sí existe el gobernante que tiene el conocimiento para resolver cualquier problema que se tenga. Para él, por tanto, todo lo que debe hacer es elegir a esos gobernantes y dejarles las manos libres para obedecer sus instrucciones.

Conclusión: el origen

La columna propuso la existencia de la falacia de la solución política única. Un razonamiento erróneo que supone que no hay problema social que no pueda solucionarse con la intervención creciente del gobierno en la vida de las personas. Se descarta así cualquier otra forma de remedio suponiendo que tal intervención carece de fallas y de efectos no intencionales.

¿De dónde viene este error? De teorías, doctrinas e ideas cuyo cimiento es esa suposición misma.intervención carece de fallas. Esas formas de pensar están contenidas en las ideologías y doctrinas que en común proponen tal solución, la de la intervención gubernamental como remedio único y natural.

Las propuestas del socialismo, keynesianismo, fascismo, nazismo y similares sostienen con optimismo incuestionable que el aumento de las funciones y responsabilidades gubernamentales proveerá las soluciones de toda dificultad que una sociedad sufra. Siendo su centro de difusión las universidades y epicentros culturales que producen una modalidad de pensamiento grupal único.


Otros lectores también leyeron…

Actualización última: