Sus dos significados, uno positivo y el otro de consecuencias riesgosas. Definición y características de dos términos de uso común, ‘politizar’ y ‘politización’.

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Introducción

Se expresan con dos palabras de uso común en el ambiente público de la actualidad. Ambas, ‘politizar’ y ‘politización’, tienen dos significados distintos que merecen ser hechos explícitos.

¿Cuáles son las definiciones de ‘politizar’ y de ‘politización’?

Su aparición es una constante en la esfera pública. Por ejemplo, este titular «Advierten politización en tema de la pandemia».

O este otro «“Politizar es abrir un diálogo, un trabajo de formación y escucha entre grupos que han estados históricamente excluidos de otros sectores”, explicó el sociólogo y académico de la UV».

«’Cuatro años de mal pelo’: la politización de los comerciales del Super Bowl en medio del debate por las políticas de Donald Trump en EE.UU». bbc.news

«El funcionario, quien solicitó que su nombre se mantuviera en el anonimato, señaló que tuvieron que realizar una oferta privada por esa razón y añadió que la comisión se ha politizado mucho». wsj.com

Y aquí con ese otro significado.

«La politización, entendida como mayor concienciación y presencia de la agenda política europea, puede reforzar la legitimación del proyecto comunitario. Sin embargo, cuando el debate se genera desde los extremos y erosiona los consensos compartidos que han construido la Unión, la esfera pública se polariza y el euroescepticismo y las propuestas de renacionalización resurgen». cidob.org

📍 La idea de la politización y el politizar trae consigo las ideas de Ortega y Gasset sobre quién es el hombre-masa y los conceptos de vulgo y muchedumbre en los que el interés por lo público es escaso y simplista. Más los fans del político.

Politizar y politización: dos significados

Las dos distintas maneras de entender a esos dos términos fue ya mostrada en las citas anteriores.

🩸 Primero, politizar puede usarse para describir el fenómeno por el que un asunto de naturaleza no política se convierte en uno de interés político que dominará el gobernante. Por ejemplo, convertir en un asunto político uno que naturalmente pertenece a la ciencia.

🩸 Segundo, politización puede usarse como la creación de interés en asuntos públicos en personas que no tienen ese interés de participación política. Por ejemplo, decir que el abstencionismo se debe a la falta de politización del ciudadano.

Como se confirma en esta fuente:

«[1] Dar orientación o contenido político a acciones, pensamientos, etc., que, corrientemente, no lo tienen. [2] Inculcar a alguien una formación o conciencia política» dle.rae.es

Politizar: crear interés en lo político y público

Esta interpretación posible de la politización apela a la bondad de crear conciencia de deberes políticos en las personas. Es esta una de las condiciones centrales de la democracia porque ella requiere en buena medida de la participación pública de la mayoría.

Es decir, el desinterés político de números importantes de ciudadanos se considera una situación indeseable en un régimen de tipo republicano.

La participación personal en asuntos públicos es un contrapeso político del ciudadano independiente que frena abusos potenciales de poder y contribuye a la diversificación de riesgos en una sociedad.

La más visible de las acciones «politizadas» de las personas es el votar en elecciones para gobernantes. Esta es considerada la primera obligación política del ciudadano, pero no la única. Tiene también la obligación a la que obliga su libertad, la de conocer y actuar en los asuntos políticos.

Politizar: convertir en asunto político lo que no lo es

📌 Esta es la otra interpretación del término ‘politización’ y describe la transformación de un asunto que no es político en uno que lo es por razones de interés y conveniencia del gobierno y los gobernantes.

Por ejemplo, en España: «En unos casos, como en la ley de partidos, se acusa al Ejecutivo de judicializar la política, es decir, de servirse del poder judicial para ejecutar su línea política y anular las concurrentes. En otros casos, como en la elección de vocales de los altos órganos de la judicatura, se acusa a los jueces de politizar la judicatura».

Esto es lo que hace posible hablar de la politización del arte, la politización del clima y de cualquier otro campo que más pertenece a otro campo que el político. Por ejemplo, de la educación que puede ser politizada para lograr ciudadanos autónomos y libres, o para adoctrinar en la ideología conveniente al gobierno.

Por ejemplo, en México, sobre los cambios hechos por el gobierno en los libros de texto, el presidente «se dijo orgulloso de este cambio, pues se modificó el contenido de dos textos para erradicar los sentidos “neoliberal” y “porfirista”». Esto es dar un tono político a los asuntos.

Conversión política buena y mala

El dar una connotación política a lo que no la tiene en principio es igual a politizar ese punto: trasladarlo de su campo original al del político, usualmente para beneficio de este. Esto abre la puerta a la posibilidad de politizar un asunto para bien general y no para el provecho personal de los gobernantes.

Supóngase el caso de un candidato a presidente que en su plataforma incluye la promesa de fundación de un organismo estatal para el fomento del deporte. Dará subsidios y becas a deportistas para que compitan mundialmente y obtengan premios.

Claramente ha atraído al deporte a lo gubernamental, lo ha politizado para su beneficio, el de obtener votos. Hay otras maneras de lograr ese objetivo sin medios gubernamentales.

O bien, el caso de un sindicato de maestros que tiene como meta el adoctrinamiento ideológico de los alumnos y que lo puede hacer como monopolio de la educación pública. Otra ocasión de politizar a la educación.

Aunque cabe la posibilidad de transformar un asunto no político en uno que político para bien general. Por ejemplo, la promesa política de un candidato para establecer libertad educativa, como sucede en el caso de los cheques educativos.

Sin embargo, el ansia de poder como adicción incontrolada del gobernante prende siempre luces de advertencia cuando un tema se politiza. Un caso es el del cuidado del medio ambiente que pasó de ser un asunto de la ciencia a uno que es parte ideológica de plataformas políticas.

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El exceso de politizar lleva al concepto de los regímenes de poder concentrado en los que todo se ha politizado y se convierte en una responsabilidad estatal.

Algo que lleva a la necesidad de diferenciar entre estado y gobierno y a la crítica política.

Más en lo profundo, la tendencia a politizar los asuntos de una sociedad libre tienen un origen remoto en las ilusiones gubernamentales de proyectos de nación que con optimismo sin escrúpulos produzcan comunidades posibles de conducir centralmente según los deseos del gobernante. Y allí, todo se ha politizado.

Conclusión

Se han definido las dos acepciones de la palabra ‘politizar’. Por un lado, puede hacer referencia a la laudable labor de lograr que crezca el interés de los ciudadanos en los asuntos públicos porque eso ayuda a la conservación de la democracia y las libertades que ella supone.

Por el otro, puede describir el muchas veces desafortunado proceso por el que los asuntos que no son responsabilidad gubernamental son convertidos en eso. Una de las manifestaciones de este fenómeno es el olvido del principio de subsidiariedad y los peligros de ignorar del tema de caridad pública o privada, ¿cuál va primero?


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[Actualización última: 2023-03]