Un análisis de las variables y elementos que contienen las malas decisiones de los gobernantes. Dimensiones de tiempo, alcance y rasgos personales que dan respuesta a por qué cometen tantos errores los gobernantes. La anatomía de los errores de gobierno.
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Punto de partida
Tomo con base para establecer la anatomía de los errores de gobierno la célebre idea de un economista:
«El arte de la economía consiste en mirar no solamente a lo inmediato sino a los efectos largos de cualquier acto o política; consiste es determinar las consecuencias de esa política no solamente en un grupo si no en todos los grupos». H. Hazlitt, Economics in one lesson
La idea merece un examen esquemático —no porque no sea clara, sino porque para algunos parece ser incomprensible. Es una contribución vital para entender por qué cometen tantos errores los gobernantes.
En ella hay dos dimensiones: (1) tiempo y (2) personas —y cuando en ellas deja de tomarse en consideración el todo, es cuando se cometen errores en acciones políticas.
Esto equivale a una anatomía de los errores de gobierno: una explicación de las partes de las equivocaciones de las decisiones de los gobernantes.
Es un intento para responder a una interrogante continua, por qué cometen tantos errores los gobernantes.
1. Dimensión de tiempo
El error consiste en considerar solamente el plazo corto e ignorar el plazo largo —algo que podría llamarse política de urgencia extrema. Es la falacia de la visión de corto plazo.
Una fuente de decisiones equivocadas de gobierno que tiene como origen el descuido de los efectos previsibles en los plazos mediano y largo por causa de considerar solamente los objetivos inmediatos de corto plazo.
2. Dimensión de alcance
El error consiste en considerar solamente a un segmento de personas e ignorar al resto de personas —algo que podría llamarse privilegio de grupo. Es una falla de alcance que pone su atención en ciertas personas desatendiendo al resto de la población.
Es otra fuente de decisiones equivocadas de gobierno que tiene como origen el descuido del alcance total de ellas en la dimensión poblacional. Esta parte de la anatomía de los errores de gobierno añade las consecuencias en el total de personas por poner atención exclusiva en unas de ellas.
Ejemplos
Para ilustrar la anatomía del error político y por qué cometen tantos errores de miopía política los gobernantes, uso una de las muchas muestras como el cierre de fronteras, pero que se enfoca en el salario ordenado por el gobierno:
«Aumentar el salario mínimo, para fomentar el consumo y el mercado interno, además de mejorar los sueldos de trabajadores al servicio del Estado a partir de 2019. “Estos aumentos incluirán a maestros, enfermeras, médicos, policías, soldados y otros servidores públicos. Adicionalmente, es factible agregar al salario de los trabajadores del gobierno federal, cuando menos otros tres puntos, si prestaciones, como vales de fin de año, de alimentación, vestuario y otras se entregan en dinero y no en especie”, indicó López Obrador». animalpolitico.com
Pueden verse en este ejemplo esas dos dimensiones de los errores de gobierno: tiempo y alcance.
Proponer elevar el gasto de personal gubernamental, sus sueldos, privilegia a la burocracia —pero descuida su efecto en quienes no son burócratas, los que tendrán que pagar esos sueldos mayores de la burocracia. El error de esa propuesta es diáfano.
La propuesta de aumentar el salario mínimo por encima de la inflación ejemplifica el error en la dimensión de tiempo —pues los aumentos en los salarios, con el tiempo elevarán los costos de producción y esto a su vez producirá aumentos de precios de los bienes, que pagarán todos incluyendo a quienes elevaron su salario mínimo.
Lo mismo puede decirse de los cierres de frontera a mercancías extranjeras, como en el caso de los aranceles de D. Trump. Serán beneficiadas las empresas que compitan con los bienes importados —pero a la larga se dañará a las empresas y empleados de empresas que exporten y a resto también.
Otro ejemplo:
«»Ningún joven será rechazado al ingresar en escuelas preparatorias y universidades públicas, es decir, habrá 100% de inscripción». Además, López Obrador propone que todos los estudiantes de nivel medio superior cuenten con una beca mensual equivalente a medio salario mínimo». animalpolitico.com
La aceptación a preparatorias y universidades tiene un efecto inmediato bien percibido, pero olvida considerar efectos posteriores considerables: incremento de gasto público, reducción de calidad educativa, necesidad de más estructura y profesorado —con costos totales que serán pagados por los grupos no beneficiados.
📌 La conclusión toma la forma de una advertencia: antes de dar la aprobación a cualquier medida gubernamental ella debe ser sujeta a un examen de consecuencias en el tiempo y en la sociedad por entero —para evitar que se dé primacía a la inmediatez y se privilegien algunos grupos con daño a otros.
Primer resumen
Todo lo que he hecho es usar una idea de H. Hazlitt para examinar políticas gubernamentales en dos dimensiones, de tiempo y alcance que ayuda a responder por qué cometen tantos errores los gobernantes.
- El error consiste en considerar solamente el plazo corto e ignorar el plazo largo —algo que podría llamarse primacía de la inmediatez.
- El error consiste en considerar solamente a un segmento de personas e ignorar al resto —algo que podría llamarse privilegio de grupo.
Otras dimensiones del error de gobierno
A las dos dimensiones anteriores, de tiempo y alcance es necesario agregar otras dimensiones que deben ocupar también un lugar destacado en la anatomía de los errores de gobierno.
3. Dimensión de efectos del poder
Esta parte hace referencia a las consecuencias que conlleva el ejercicio del poder bajo dos principios centrales.
A. Todo poder tiende a ser abusado
Esta es la advertencia que se señala explícitamente en la tesis de la división del poder de Montesquieu —y que apunta al inevitable abuso del poder en la proporción en la que este se acumule en los gobiernos.
De donde, por lógica, es posible pronosticar que los abusos de poder y, por ende, los errores de gobierno, será más y mayores en regímenes de poder centralizado.
B. Todo poder tiende a embrutecer
La segunda advertencia acerca de los efectos del poder en los gobernantes —la consecuencia señalada por B. Tuchman. El poder conduce al aislamiento de la realidad y, por eso, a decisiones malas, incluso al embrutecimiento del gobernante.
4. Dimensión de rasgos de personalidad
En esta dimensión de la anatomía de los errores de gobierno se incluye al tipo de personalidad del gobernante —a los rasgos de su forma de ser que pueden inclinarlo hacia la concentración del poder y, por ende, a cometer más equivocaciones.
Son características como el ansia de poder como adicción incontrolada, personalidad autoritaria que es atraída a posiciones altas de poder, aspiraciones ideológicas de implantación de sociedades perfectas y en general de la mente y conducta de un dictador.
La política reduce la capacidad de razonar
Una frase de un economista muy célebre como punto de partida:
«Un ciudadano típico desciende a un nivel inferior de desempeño mental tan pronto como entra él en el campo político. Discute y analiza de la manera que él mismo reconocería como infantil dentro de la esfera de sus intereses reales. Se vuelve de nuevo primitivo». J. A. Schumpeter.
Una persona cualquiera atiende a sus propios asuntos de manera razonable, pero cuando se adentra en asuntos políticos su poder de razonar se atrofia.
Son los casos de, por ejemplo, empresarios y ejecutivos que razonan sus decisiones y acciones privadas, pero cuando opinan de política su razonamiento sufre un deterioro notable.
Otra cita con un caso más extremo, el de los intelectuales:
«No esperamos que los intelectuales suspendan el uso de sus facultades críticas bajo ciertas condiciones: por ejemplo, cuando son llevados en un tour políticamente conducido y contemplan a dictadores rodeados por un culto orquestado» Paul Hollander.
Se refiere a esos de quienes se espera un gran uso de sus neuronas, pero que dejan de usarlas en momentos en los que serían de gran uso, cuando están frente a tiranías que los miman. Resultan así admiradores de lo abominable y tienden a favorecer gobiernos centralizadores de poder.
Y el gobernante también
Hasta aquí la idea cruda es fascinante. La política produce ese descenso «a un nivel inferior de desempeño mental». Le sucede al ciudadano, pero también al intelectual.
El asunto ahora es si eso también le acontece al político mismo, al profesional especializado en gobernar. Sufre quizá también esa caída a un nivel más bajo de inteligencia, lo que explicaría por qué cometen tantos errores los gobernantes.
Quizá todo nazca del poder que otorga cualquier posición gubernamental, incluso la de un burócrata de mínima jerarquía. Y sea llevada a expresiones colosales de estupidez como «El Gran Salto Adelante» de Mao Zedong.
La conclusión muy razonable es obvia: quien sea que alcance posiciones de poder debe ser examinado buscando signos de haber dejado de pensar y razonar. Me refiero a detectar patrones de conducta claros en los que muestre ese descenso a un nivel inferior de razonamiento.
Aparece la soberbia, desaparece la razón
Una anatomía de los errores de gobierno no puede dejar de lado a la soberbia como un rasgo personal que tiene poder para explicar por qué los gobernantes cometen tantos errores.
Entendiendo a la soberbia
«La soberbia es el amor excesivo de la propia excelencia. […] Santo Tomás […] lo considera el rey de todos los vicios, y pone en su lugar la vanagloria como uno de los pecados capitales. […] un pecado mortal de la especie más atroz. De hecho Santo Tomás lo clasifica en este sentido como uno de los pecados más negros». ec.aciprensa.com
Soberbia es creerse Dios, una actitud personal por la que se entiende que se es superior, que todo lo puede, que todo lo sabe. Lo que suele acompañarse de un cierto desprecio hacia los demás, a quienes se entiende como inferiores que deben obedecer.
Síntomas de soberbia
Esto es una realidad de nuestros tiempos en la política —el líder que se ha colocado en una posición de total convicción y absoluta seguridad en sí mismo. Esto puede reconocerse en algunos síntomas.
Por ejemplo, cuando el líder se convierte en un optimista irresponsable al que ninguna evidencia en su contra logra hacerle cambiar siquiera levemente. O cuando el líder considera como traición el siquiera dudar levemente de su palabra. O cuando el líder despide a quienes hablan de la realidad delante de él, pero se rodea de quienes lo adulan.
Sobre todo, es posible reconocer la existencia de ese líder cuando el uso de la mente resulta motivo de su rechazo. El líder se ve a sí mismo más allá de la razón.
«El hitlerismo es solo un síntoma, que indica una profunda perturbación de proporciones cósmicas en el mundo: que ahora hemos llegado al final de cinco siglos de racionalismo y pensamiento libre; que en el área ocupada por la humanidad, un nuevo factor, lo irracional ha vuelto a aparecer».
Friedrich Percyval Reck-Malleczewen: Diary of a Man in Despair, London 1970, 26 citado en Hollander, Paul. From Benito Mussolini to Hugo Chavez: Intellectuals and a Century of Political Hero Worship (p. 89). Cambridge University Press.
Esto es lo que creo que bien merece mención. Esa «perturbación de proporciones cósmicas» y que es la reaparición de lo irracional. La que curiosamente va acompañada de una desaparición, la del sentido de lo sagrado y divino.
Una muestra:
«A usted, que es pueblo en el pueblo, que es tierra en la tierra, que es justicia ante el podio, que es paz ante la guerra, le decimos: ¡Fidel, nuestra bandera socialista jamás se caerá de nuestras manos! ¡Ordene, Comandante en Jefe! díganos cuál batalla librar nuestra victoria será inevitable». antorchacampesina.org.mx
Sí, al final de cuentas, la soberbia es la más grave falta humana. No extraña que sus consecuencias sean «una profunda perturbación de proporciones cósmicas».
El optimismo desbordado
Otra de las envolturas de por qué los gobernantes cometen tantos errores es una actitud de ilusión sin frenos. Tan fatal es la combinación de soberbia e irracionalidad que nada parece imposible al gobernante.
La anatomía de los errores de gobierno no puede estar completa sin considerar esa estado de ánimo extremo de euforia y entusiasmo que hace parecer como posible a la sociedad ideal.
El momento en el que todo es posible, o al menos, eso se cree. El regocijo todo lo ocupa y desplaza a la razón pausada. El romanticismo se desborda y no hay meta que no pueda lograrse.
Cosas así suceden en los cambios políticos, especialmente los percibidos como mayores en su propio tiempo.
Tocqueville lo expresó así al hablar de los momentos inmediatos después de 1789 en Francia:
«[…] un tiempo en que el amor por la igualdad y la libertad tenían partes iguales de sus corazones; un tiempo en la que deseaban fundar no solo instituciones democráticas sino también libres; no solo para destruir privilegios sino para reconocer y santificar derechos. Eran tiempos de juventud, entusiasmo, orgullo, pasiones generosas y sinceras […]».
Tocqueville, Alexis de. The Ancien Regime and the Revolution (Penguin Classics) (p. 10). Penguin Books Ltd. Kindle Edition. Mi traducción
Momentos de éxtasis político
Esto es la existencia de momentos políticos de tal optimismo que hace creer a los actores que nada existe que ellos no puedan volver realidad. Es el optimismo sin escrúpulos del que habló Roger Scruton. La esperanza alocada y que ha sido separada de la realidad, para provocar la ensoñación de un mundo en el que todo es posible.
Tiempos en los que toda decisión política es aprobada por sus intenciones y no por sus posibilidades. En los que los fracasos no son responsabilidad propia sino causados por enemigos ocultos.
En los que cualquier fin justifica los medios y en los que la duda es considerada traición. Tiempos en los que las ideas y palabras del líder son elevadas a órdenes por encima de la ley.
Tiempos en lo que los gobernantes viven en mundos virtuales creados por ellos mismos, donde sus decisiones y acciones son perfectas y que se destruye cuando la realidad les explota.
En los que la necesidad primaria en la acumulación de poder creciente en ese que ha creado un mundo de optimismo ilimitado.
Conclusión: ¿Por qué cometen tantos errores los gobernantes?
Responder a la interrogante es una tarea central que llama a esta anatomía de los errores de gobierno.
Son tantas y tan grandes las consecuencias de esas equivocaciones en la vida de cientos de millones de personas que resulta ser un tema de extrema prioridad.
Esta anatomía de los errores de gobierno apunta a cuatro explicaciones que responden a esa interrogante.
Los gobernantes cometen muchos errores cuando:
- Consideran solo los efectos de corto plazo de sus decisiones y no los de largo plazo.
- Toman en cuenta solamente los efectos de sus decisiones un un grupo de personas y no en el resto de la población.
- Sufren las consecuencias del poder que concentran y se aíslan de la realidad.
- Sus personalidad los lleva a pensar en que son seres especiales, con conocimientos que les permitirán establecer sociedades ideales.
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