La verdadera comprensión del concepto que debe reunir a esos dos elementos. En realidad, la expresión «democracia liberal», vista con cuidado, es un pleonasmo. Toda democracia real debe ser liberal y si no lo es, tampoco será democracia. La definición y significado de la democracia liberal.

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Introducción

El significado de la democracia liberal suele ser expresado en definiciones como esta:

«La democracia liberal es una forma de gobierno que consiste en una democracia representativa en la que la capacidad de los representantes electos para la toma de decisiones políticas está sujeta al Estado de derecho y normalmente es moderada por una constitución que la regula en la protección de los derechos y las libertades individuales y colectivas, y establece esa constitución restricciones tanto a los dirigentes demócratas como a la ejecución de las voluntades de una determinada mayoría social dentro de esa democracia liberal». es.wikipedia.org. Mi énfasis.

O bien esta otra definición:

«La democracia liberal es una forma de democracia representativa regida por una constitución que complementa la regla de la mayoría típica de la democracia, protegiendo los derechos y libertades de cualquier minoría y en general de cualquier persona». ideasyanalisis.wordpress.com. Mi énfasis

Las ideas son claras y contienen la idea de representación popular bajo el marco de una constitución que produce un estado de derecho que protege derechos y libertades.

Pero la democracia liberal es más que eso, bastante más, pues describe a la unión de dos ideas, la democrática y la liberal. El significado verdadero de la democracia liberal es mayor de lo que se supone en las definiciones ortodoxas.

Democracia y liberalismo

La exagerada admiración por la democracia ha ocasionado el olvido del problema de sus decisiones, haciendo olvidar que su idea real es mucho más que el solo gobierno de la mayoría.

Una cita será de utilidad para distinguir ideas entre dos nociones diferentes, pero que pueden estar ligadas.

«Liberalismo y democracia, aunque compatibles, no son iguales. El primero se ocupa del monto del poder gubernamental, la segunda de quién tiene ese poder. La diferencia es mejor apreciada si consideramos sus opuestos: lo contrario de liberalismo es totalitarismo, mientras que lo contrario de democracia es autoritarismo». The essence of Hayek (p.364)

Esa distinción hace posible posibilidades: (1) un gobierno democrático puede ser totalitario y (2) un gobierno autoritario puede ser liberal. O más esquemáticamente, significa una decisión doble:

  • Seleccionar entre democracia y autoritarismo.
  • Seleccionar entre liberalismo y totalitarismo.

📌 Obviamente, la mejor decisión es democracia y liberalismo —pues cualquiera otra de las combinaciones atentaría contra libertades y derechos. Es decir, el significado de la democracia liberal reúne el rechazo al abuso de autoridad política.

Discusión

El liberalismo tiene como preocupación central la libertad humana, especialmente la económica y con consecuencia obvia en la política y cultural. Algo que lo hace perfectamente compatible con la democracia, cuando ella se entiende como un instrumento de defensa de las libertades: un recordatorio de su sentido republicano.

Pero sucede que cuando la democracia es llevada a la exageración que implica suponer que es la obediencia a la voluntad mayoritaria, ella puede conducir al gobierno totalitario, Un tipo de régimen político que amparado en la suposición de que conoce la voluntad popular, impone en todos su versión de esa creencia.

La real defensa de la libertad humana, por tanto, no se encuentra tanto en la democracia sola, sino en su unión con el liberalismo —que es el pensamiento cuya preocupación central es el exceso del poder gubernamental.

El encumbramiento de la ‘democracia’ como el valor político por excelencia y la clave del avance nacional lleva a descarriar la política nacional —pues da entrada fácil a quien sea que se adjudique ser el portavoz de la nación, el representante de la voluntad popular.

Esto puede verse en los apelativos de, por ejemplo, República Democrática del Congo (117), República Democrática de Corea, la del norte (118), República Democrática Popular de Laos (133). Los números entre paréntesis son los lugares que ocupan en cuanto a libertad económica.

Primera conclusión

Si se quiere proteger a los ciudadanos de los abusos de poder, el camino no es la democracia sola. La mejor manera de proteger a los ciudadanos es añadir liberalismo a la democracia —especialmente por su preocupación por evitar el crecimiento del poder gubernamental.

Una vez establecido lo anterior, que es un aviso de precaución política acerca de la democracia, merece citarse de nuevo a Hayek:

«El concepto central del liberalismo es que bajo el cumplimiento de reglas universales de conducta justa, protegiendo un dominio privado reconocible de los individuos, se formará un orden espontáneo de actividades humanas de mucha mayor complejidad de la que pudiera jamás tenerse por medio de arreglos deliberados, y que en consecuencia las actividades coercitivas del gobierno deben ser limitadas al cumplimiento de esas reglas, cualesquiera que sean los otros servicios que un gobierno al mismo tiempo pueda realizar al administrar esos recursos particulares que han sido colocados a su disposición para esos propósitos» Ibídem pp. 365-366.

Esto añade otra dimensión a la discusión anterior —la que puede entenderse en sus dos manifestaciones:

🩸 El liberalismo que evita abusos de poder y defiende libertades, y bajo reglas universales, produce un orden libre, estructuras espontáneas, sistemas voluntarios que son imposibles de prever —y de gran complejidad social.

🩸 La democracia que supone obedecer a la voluntad popular y bajo sus propias reglas trata de imponer orden, estructuras y sistemas diseñados ex profeso —simples y que presuponen resultados anticipados garantizados.

Entonces ya es posible comprender el por qué la democracia no protege a las personas de regímenes en los que los ciudadanos pierden libertades —y, con eso, oportunidades de vivir mejor.

La democracia necesita al liberalismo

Las economías que siguen un patrón liberal tienen mejores crecimientos que las que siguen el patrón socialista —algo que debe entenderse en el significado de la democracia que respete libertades.

Las evidencias al respecto son realmente muchas, tantas que uno se pregunta la razón por la que no se ha aceptado de una vez por todas eso —lo que lleva a una pregunta usualmente ignorada

¿Por qué no se acepta que la democracia necesita al liberalismo?

La siguiente es una lista tentativa de razones que hacen atractivo al socialismo y rechazan el componente liberal.

1. Ignorancia económica

Personas que no han aprendido a ver cómo es que un control de precios causa escasez, un salario mínimo puede causar desempleo, el cierre de fronteras no crea riqueza adicional y similares.

2. Distorsión educacional

Personas que fueron adoctrinadas en escuelas y universidades con tesis marxistas y que explican a la sociedad con ideas erróneas. Son las personas que conciben al mundo como formado por conflictos inevitables entre sectores y que por todos lados ven confrontaciones de grupos en pugnas inapelables.

3. Deseo de poder

Gobernantes que siguen al socialismo porque él produce un gobierno que les otorga más poder que un gobierno que siguiera políticas liberales.

4. Miedo

Las políticas liberales dejan en libertad a las iniciativas humanas y hacen al futuro impredecible, mientras que las políticas socialistas dan la sensación de tener dominio sobre los sucesos futuros.

5. Buenas intenciones

Personas genuinamente conmovidas por la pobreza y miseria de muchas partes del mundo que se dejan guiar solo por sus intenciones y no por sus razones.

6. Primitivismo

Personas en las que domina la vieja tradición de repartir sin crear, propia de invasores y piratas, cuyo trabajo consiste en saquear sin preocuparse por el futuro.

7. Pretextos religiosos

Personas que creen que en libros religiosos existen principios de política económica y que usan el nombre de Dios para defender sus ideas y no las de esos libros. La teología de la liberación es un ejemplo de esta mentalidad.

8. Soberbia

Personas que se creen lo suficientemente sabias como para decir al resto de la humanidad lo que deben hacer, qué deben producir y a qué precio lo deben vender.

9. Corrupción

Personas que pragmáticamente reconocen que sus ingresos se reducirían, pues las políticas liberales propician mucha menor corrupción gubernamental que las políticas socialistas.

10. Deseos utópicos de perfección

Personas que creen que es posible construir utopías en la tierra, sistemas sin defectos en la que todo está regulado y planeado. No reconocen que ningún sistema puede ser perfecto y crean fantasías propias.

11. Envidia

Personas que quieren obtener sin esfuerzo la riqueza producida por el trabajo ajeno y encuentran en el socialismo un pretexto de apariencia racional. Vuelven a la envidia una política de estado.

12. Imprudencia

Personas que no consideran los efectos no intencionales de las medidas que apoyan o realizan.

13. Adoración del corto plazo

Personas que ponen todo el énfasis en la distribución de la riqueza existente sin considerar la dinámica de la economía de largo plazo que crea riqueza.

14. Deseos de destrucción de lo actual

Personas de mentalidad extrema que proponen la destrucción de la sociedad actual para construir un sistema nuevo que presuponen carece de defectos. Desechan todo el conocimiento previo acumulado por la civilización.

15. Mentalidad clasista

Personas que quieren explicar la realidad sobre la base de la existencia de clases en pugna —ricos contra pobres, empresarios contra trabajadores, hombres contra mujeres, productores contra consumidores, empresas grandes contra chicas.

Para solucionar esos supuestos conflictos, ellas proponen al gobierno como el único posible árbitro.

Segunda conclusión

📌 El significado de la democracia liberal indica que sus dos elementos combinados producen el rechazo a regímenes totalitarios y autoritarios y, por eso, protegen libertades que a su vez crean prosperidad.

Y, además, por una variedad de razones existe una realidad que al negar el elemento liberal en la democracia crea condiciones de regímenes totalitarios que, por ende, anulan libertades y frenan el desarrollo.

Sin liberalismo no hay democracia

Cuando el gobierno toma el control de la economía, así sea dentro de un sistema democrático, la democracia se mantiene solo como una etiqueta, pero no en la realidad.

Un ejemplo simple puede ilustrar esta falta de entendimiento del significado completo de la democracia liberal. Algo dicho hace un poco de tiempo:

«Andrés Manuel López Obrador, precandidato de Morena a la Presidencia [de México] aseguró que de llegar a la Presidencia construiría una refinería petrolera cercana al Puerto de Dos Bocas en esa entidad, esto con el fin de reactivar al sector energético que se ha visto afectado en esa demarcación». excelsior.com.mx

La construcción de esa refinería, en una democracia liberal, sería una responsabilidad de los ciudadanos siguiendo criterios de necesidad y rentabilidad. Tal vez la construyeran, tal vez no.

La siguiente y obligada pregunta es si las personas en el gobierno de cualquier país tienen la preparación y el conocimiento para tomar decisiones económicas como la anterior —es decir, preguntar quién tomará mejores decisiones económicas, la autoridad o el cúmulo de personas.

Esto ha sido explorado sustancialmente en varias partes que un autor resume así:

«[…] puede uno suponer que el aparato planificador está bien formado con personas poseídas con la estatura moral y los requerimientos materiales de un Mohandas Ghandi combinado con la capacidad mental y el genio creativo de Leonardo da Vinci. […] incluso con los mejores al mando ellos no sabrán lo que sucede “abajo” con suficiente detalle como para ser capaces de planear a la economía con eficiencia». Don Lavoie, National Economic Planning: What Is Left?

Pérdida de libertades

El punto es diáfano: la planeación gubernamental de la economía tiene un problema de imposibilidad práctica —no existe la información que es necesaria que posean quienes la realizan. Y los gobernantes no saben tanto como los ciudadanos para tomar esas decisiones.

Por tanto, las decisiones planificadoras estarán sustentadas mucho más en la subjetividad de quienes las toman que en la realidad económica.

Esa subjetividad les llevará a querer conducir a la economía nacional por el camino que ellos suponen que es el mejor —hacia la sociedad que ellos creen que es la deseada.

La planeación gubernamental de la economía dentro de una democracia supone que las personas vivirán mejor cuando ellas se sometan a los mandatos económicos de la autoridad —una posición de sumisión a las órdenes recibidas de arriba, en donde se decide qué hacer y cómo hacerlo.

Sin embargo, cuando se toma como cierto que las personas tienen talentos, iniciativas y motivos para esforzarse, eso rechazaría el supuesto de la planeación central que pide sometimiento y no iniciativa —añadiendo que el talento personal sería desperdiciado y eso es incongruente con la idea de un ser humano que es libre, puede razonar y tomar decisiones por sí mismo.

Para ponerse a pensar

La democracia liberal contiene un aviso de peligro ante la exageración de quienes ven a la democracia como un valor político máximo.

El real valor político es la libertad humana, no la democracia.

La sobrevaluación de la democracia es un caso de miopía política que produce el error de suponer la sabiduría de la mayoría y el riesgo de decisiones políticas precipitadas que buscan sociedades perfectas imposibles.

¿Es suficiente un sistema liberal? y Democracia y sociedad: el gran error

La democracia, cuando es deseable, es moderada por la defensa de la libertad personal que cumplen mecanismos como el imperio de la ley y la división del poder político. Cuando el gobernante democrático rechaza al liberalismo muestra su intención dictatorial.


«La democracia debe guardarse de dos excesos: el espíritu de desigualdad, que la conduce a la aristocracia, y el espíritu de igualdad extrema, que la conduce al despotismo».

— Montesquieu

Resumen

Ha sido expuesto el significado de la expresión «democracia liberal» encontrando que ella puede comprenderse mejor señalando las alternativas que planta:

  • La democracia es lo contrario de autoritarismo.
  • El liberalismo es lo opuesto de totalitarismo.

Por tanto, para quienes entiendan a la libertad como el más alto valor político, el hablar de democracia liberal es un pleonasmo, es como decir, «subir arriba». o «bajar abajo».

La democracia sin liberalismo es un concepto incompleto y distorsionado.


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